Con el corazón agitado de los continuos llantos del bebé, ojeó el testamento una vez y después otra extrayendo sólo unas cuantas palabras significativas.
Horrorizado, bajó los papeles y miró con gesto acusador al niño.
-No te ofendas, bebé, pero yo no soy el guardián de nadie.
Diez minutos más tarde, Justin estaba al teléfono con el receptor entre la oreja y el hombro acunando al infeliz pequeño en sus brazos.
Al menos había dejado de gritar. Por el momento.
-No puedo creerlo -repitió su hermana por tercera vez.
-Eso ya lo has dicho.
-¿Eres el tutor del bebé?
-Según este testamento, sí.
-Alucinante.
-Jazmine -intentó razonar con su hermana-. No lo entiendes. No puedo hacer esto. ¿Qué sé yo de niños?
-¿Aparte de no querer tenerlos?
-Muy divertido -contestó él sin pizca de humor-. Ahora, ¿vas a bajar aquí a ayudarme o no?
-No -dijo Jazmine con cierto tono de diversión todavía en la voz.
-Jazmine... -miró horrorizado cómo el bebé masticaba el borde de la manga de su camiseta. La saliva goteaba de la boca del bebé mojando la tela blanca-. Esto es asqueroso -murmuró.
-¿Qué?
Volviendo al problema principal, añadió: -No importa. Jazmin, tienes que venir.
-Siempre he dicho que serías un padre estupendo.
Sí, lo había dicho, pero ella había sido la única que lo había pensado.
-Corta ya -en silencio maldijo a sus padres por haberle dado una hermana con aquel sentido del humor-. Esto es serio. Tengo que corregir esta situación. Y aprisa.
-¿Qué hay que corregir?
Justin oyó a unos de sus sobrinos al fondo intentando decapitar a su tío.
Justin pestañeó. Quizá hubiera llamado a la persona errónea para pedirle consejo sobre niños.
Con la mano tapando la mitad del auricular, Jazmine dijo con calma:
-Adam, no le retuerzas el brazo a tu hermana, se lo vas a romper. Increíble. Adam. Un salvaje de nueve años.
-Sinceramente, Justin -habló Jazmine con él de nuevo-. Vas a tener que enfrentarse a esto. ¿De quién es el bebé, de todas formas?
El nombre quedaría siempre grabado en su memoria.
-Del sargento Kevin Powell. Servimos juntos en el Golfo. Según la nota, Kevin y su mujer se han matado en accidente de coche.
-¡Oh! ¡Qué horror!
-Sí -murmuró mirando hacia la criatura que le observaba con enormes ojos azules.
Maldición, llevaba años sin ver a Kevin. ¿Qué le había hecho para que le odiara tanto como para encasquetarle a aquel chiquillo?
-Oh -exclamó su hermana de repente-. Tengo que dejarte. La lección de violín de Thomas empieza dentro de quince minutos. Entonces Tina tiene ballet y Adam...
-¿Karate?
Su hermana lanzó una carcajada.
-No, ¿crees que soy tonta? Percusión.
Dios bendito. Justin sintió una oleada de pánico al sentir que su hermana lo dejaba en la estacada.
-Jazmine, por favor. Necesito ayuda. Al menos hasta que averigüe cómo salir de esto.
Su hermana suspiró con dramatismo. Después de un momento, pareció pensarlo mejor.
-¡Por supuesto! Llamaré a _____.
-¿_____? -repitió él-. ¿_____ qué?
-No sé cómo no pensé en ella en el primer momento -siguió Jazmine hablando para sí misma-. Estoy segura de que estará encantada.
-¿Encantada de qué?
-De verdad, Justin-cortó Jazmine de forma abrupta-. Tengo que darme prisa. Te llamaré más tarde para decirte a qué hora debes esperarla.
El pitido del cuelgue retumbó en su oído.
Abandonado, Justin colgó y bajó la vista hacia el silencioso niño acurrucado contra su brazo. La verdad era que ahora que estaba callado, tenerlo en brazos no era una sensación tan desagradable. Una expresión pacífica surcaba la cara del bebé y Justin lanzó un suspiro de alivio. Quizá lo peor hubiera pasado ya.
Un momento después, frunció el ceño ante la repentina sensación de humedad que le traspasó la cadera y el muslo. Apartó como una bala al bebé y bajó la vista hacia sus pantalones de deporte verdes de militar. Empapados.
Y de una forma mucho más asquerosa que la manga de la camiseta.
Lentamente desvió la mirada con asombro hacia el bebé.
El niño pareció reírse de él
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Un regalo inesperado
FanficEl capitán Justin Bieber había luchado en muchas batallas como oficial de la marina. Pero hacer de padre fue la misión más dura de todas. Cuando dejaron a un bebé en la puerta de su casa, Justin pidió refuerzos y la niñera _____, _____ apareció en s...