Capitulo Cinco. Parte III.

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_____ la alcanzó justo cuando llegó corriendo una madre sonriendo con gesto de disculpa. Era la típica madre californiana de anuncio. Pelo corto rubio, un bronceado saludable y un cuerpo bien formado con pantalones cortos blancos y una camiseta ajustada de color amarillo claro.

-Perdonad –dijo recogiendo la pelota que le pasó _____-. Mi hijo de cinco años es incansable. Su padre ya está pensando meterlo a futbolista -inspiró con intensidad, y miró a Estrella con atención. Estiró una mano y suspiró al acariciar la mejilla de la niña-. ¡Qué niña tan preciosa!

-Sí, lo es –admitió Justin sin saber cómo reaccionar.

Le dirigió una rápida mirada a _____ y notó su sonrisa de orgullo.

-Tiene tus ojos -comentó la mujer mirando a Justin.

El frunció levemente el ceño con una mezcla de emociones. 

–No es mía.-La mujer parpadeó.

–Perdona mi error. Pero es preciosa de todas formas –continuó hablando la mujer para aliviar la tensión-. Yo siempre he querido tener una niña y en vez de eso, tengo cuatro chicos. Si alguien me garantizara que tendría una como ésta, iría a por ella.

–¡Eh, mamá!

-Ya voy. Perdonad de nuevo.

Justin la observó alejarse con placer. Si no hubiera interrumpido una tarde perfecta, él no se sentiría tan... ¿tan qué? ¿Culpable?

-¿Por qué le has dicho que Estrella no era tuya? –preguntó _____ en cuanto estuvieron solos de nuevo.

–Porque no lo es.

–Puede que no lo sea biológicamente, pero legalmente...

Las facciones de Justin se contrajeron y _____ se preguntó en qué estaría pensando. ¿Cómo podría abrazar a aquella pequeña, enorgullecerse de sus avances y todavía no querer conservarla?

–¿Sabes? –dijo _____ apretando los dientes–. Para ti es muy fácil decir: es tuya, cuídala. Pero no veo yo que tú tengas ningún niño. ¿Y por qué si te gustan tanto?

_____ palideció.

–No estoy casada.

-Ni yo tampoco, por si no lo habías notado.

–Esto no se trata de mí –se defendió _____ sabiendo que era un argumento muy débil.

–¿Por qué no? No pareces tener mucho problema en decirme a mí lo que debo hacer con mi vida.

-Justin...

Horrorizada, _____ sintió que se le empañaban los ojos de lágrimas y sacudió la cabeza.

–Vamos, _____. Cuéntamelo. ¿Cómo es que alguien a quien le vuelven loca los niños sigue soltera?

Cuando _____ pensó que podía alzar la cabeza sin ponerse a llorar, lo miró.

-Estuve prometida una vez. Se murió.

-¡Oh, Dios! -Justin suspiró, alargó una mano y le tomó la suya para apretarla con suavidad–. Lo siento. No debería haber dicho nada.

-No. Tenías razón. Es fácil para mí decirle a alguien que críe a un niño que no contaba tener -deslizó la mirada hacia la niña que estaba jugando feliz con el dedo de Justin–. Pero es que no entiendo cómo no puedes quererla.

-Querer algo o a alguien es una cosa... Decidir que es mejor para cada uno es otra.

El silencio entre ellos pareció hacerse eterno. Por fin Justin preguntó en voz muy baja:

–¿Le sigues amando?

_____ inspiró con intensidad. Unas semanas atrás su respuesta hubiera sido una rápida afirmación. Ahora, si tenía que ser sincera consigo misma, era otra historia. Dios, ¿qué le estaba pasando?

-Siempre tendrá un sitio en mi corazón.

Justin asintió despacio.

-Eso no responde a la pregunta.

_____ lo miró a los ojos.

–Es la única respuesta que tengo.

Justin la miró con intensidad.

-¡Eh! -dijo de forma abrupta-. Sujétala tú mientras me voy a cargar el coche.

-¿Nos vamos ya?

–Sí –asintió recogiendo la cesta y un par de servilletas-. Tengo que hacer algunas cosas en la base.

-¿Qué cosas? Pensé que tenías el día libre.

-Sólo unas cosas, ¿de acuerdo? Prepara a la niña. Ahora vuelvo.

Justin se alejó por el camino como un soldado, sin mirar a derecha ni izquierda sólo al frente. ¿Qué acababa de pasar allí? ¿Es que le molestaba tanto que ella siempre se acordara de Zac?

-¿Y por qué se resiste tanto a ti? -preguntó _____ al bebé-. ¿Por qué no puede admitir que te quiere? ¿Le cuesta de verdad tanto?

La niña escupió una burbuja de mora.

_____ enarcó una ceja.

–Eso mismo pienso yo.

Un regalo inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora