VII

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 Viernes

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...
Viernes

He dormido bastante bien, me siento en la cama mientras me desperezo War Of Hearts empieza a sonar ese es el tono de llamada de mi celular.

—¿Señorita Kristen?

—Aquí —Suelto un bostezo.

—Hemos atrapado a la señorita Carolina Hernández.

Mi celular casi se me cae de las manos, ¿y si esa es la razón por la cual ayer no llegó la carta? ¿en realidad ella es la Emperatriz?

—¿Si?

—La liberamos.

—¿No encontraron ningún indicio de algo?

El agente Watson se queda un minuto callado.

—No, lo siento mucho ahora interrogaremos al que nos dió el nombre de Carolina.

Interrogarán a Christopher.

—Muchas gracias por mantener este caso abierto —Digo, pues es la verdad hasta ahora no ha pasado algo de lo que decía en las cartas.

—Tocando ese punto... señorita, una vez realizada la interrogación con nuestro proveedor de información y no obtengamos información valiosa tendremos que dejar este caso, por ahora.

No me siento como desde hace días pensaba que me sentiría: defraudada,
frustrada... no, al contrario me siento un tanto aliviada esto le quita importancia a el caso, haciéndolo así un tanto menos importante.

—Gracias agente, lo entiendo.

—De nada, le estaré avisando cualquier cosa.

(...)

Bajo hasta la sala mamá me espera en la mesa, sonríe mientras tomo asiento.

—¿Tocino? —Me ofrece.

—Gracias —Tomo el plato donde están los tocinos y me pongo tres—. ¿Cómo va la herida?

—Un poco mejor... y tú, ¿Cómo vas?

—Bastante bien, ayer no llegó ninguna nota creo que dejaré de mostrarle tanto interés a eso.

—Me parece estupendo.

El silencio se extiende por toda la casa pero no es un silencio molesto, después de comer todo caigo en la cuenta de que Andrea no está en la mesa y ella siempre llega para almorzar después del colegio.

—¿Y Andrea? —Le pregunto mientras tomo mi plato, el de ella y en donde estaban los tocinos para llevarlos a la cocina.

—¡Salió con James! —Grita mamá desde el comedor.

—¡Vaya! —Le respondo.

Nunca habían salido más de una vez por semana esto es un tanto raro, empiezo a lavar los platos, una vez me seco las manos con una toalla voy a la sala donde está mamá, me hace un gesto para que me siente al lado suyo.

La Emperatriz de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora