C E R O

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...

Me miro una última vez en el
espejo creo que estoy bien para una fiesta. Bajo las escaleras corriendo y allí me encuentro con Lauren mi mejor amiga, esta chilla cuando me ve y luego me abraza.

Ella está guapísima su vestido azul resalta su palidez y ojos verdes, su melena negra está atada en una cola de caballo.

—Vamos —Pasa un brazo por mi hombro y juntas salimos de casa.

Afuera en el coche de Lauren nos espera su hermano, es muy raro que ella no esté manejando.

Siento como mi cuerpo se derrite cuando veo el perfil de Christopher en el asiento del conductor, una vez que subo él me observa por el espejo retrovisor y siento que me ruborizo, parece esa clase de chicos a los que les aburre todo y que solamente asiste a una fiesta porque su hermana le insiste en ir.

—¡Vamos Christopher! —Dice Lauren desesperada mientras se mira en el espejo—. Es para hoy.

Su hermano enciende el auto.

La fiesta resultó ser un caos en todos los sentidos o a lo mejor es un caos para mí porque soy una aguafiestas.

Suspiro mientras observo el vaso de plástico en mis manos una sustancia negra está dentro supuestamente es gaseosa, para mí es una gaseosa con todo tipo de drogas. Estoy en el patio trasero, lo más alejada posible de la sala donde están bailando emborrachándose, besándose... estaba apunto de llamar a un taxi para volver a casa, no quiero molestar a Lauren ni a Christopher de seguro ellos sí estarán disfrutando, pero no llamo puesto que algo llama mi atención.

Escucho una protesta tras mío, me giro y un chico se encuentra tirado en el césped bajo un tipo mucho más grande que él.

Abro los ojos más de lo normal al notar que el otro muchacho mucho más corpulento empieza a ahorcar a la persona que tiene bajo sus grandes piernas, absolutamente nadie se inmuta.

No voy a dejar que maten a alguien frente mío sin hacer nada al respecto.

—¿Crees que puedas hablarme así nada más después de todo lo ocurrido?

El chico que se encuentra ahora muy rojo sigue forcejeando y al escuchar las palabras de su agresor niega.

—Yo no quise molestarte, solo quería arreglar las cosas... —Sus ojos se vuelven rojos y empieza a toser.

Desesperada camino hacia ellos y sin pensarlo dos veces tomo de sus hombros al hombre alterado y corpulento, forcejeando para que deje libre a su víctima.

Resulta inútil, me saca de encima suyo como si fuese un molestoso mosquito merodeando alrededor.

Me quedo tirada en el césped, estoy por pararme cuando alguien aparece para poner orden.

—¿Qué piensas que estás haciendo Harry? —Dice una voz familiar.

Christopher toma a Harry del brazo, resulta que ese es el nombre del chico corpulento.

—Enseñado buenos modales —Escupe mientras lanza una mirada de odio hacia la persona que segundos atrás estaba apunto de matar.

—Largo de aquí Duch, ¡Ahora!

Harry camina lejos de nosotros, tambaleándose y maldiciendo a toda cosa o persona que se le cruce.

Me levanto para ir junto al agredido que ahora da arcadas, nadie se percata de su existencia.

—Tienes que tratar de controlarte más cuando estás en una fiesta, aquí la mayoría no está en sus cinco sentidos. —Dice Christopher deteniéndome.

Se siente como si fuera su hermana menor, estúpida e inútil y no me refiero a Lauren, no, es como siento cuando me habla. De seguro piensa eso, me ve como su hermana cuando yo a él no.

—¿Tú si? —Le pregunto.

Me mira perplejo, como si escuchara hablar a un cangrejo.

—Claro.

Siento que alguien nos mira, giro pero el patio está casi a oscuras, me imagino unos ojos rojos saliendo de la nada y me estremezco.

—Vamos, ya es hora de regresar a casa.

Asiento y Christopher me toma de la mano no es por cariño ni nada de eso, lo tengo en claro lo hace para que no me pierda entre el gentío.

Pero aún siendo consciente de eso, no puedo evitar sentir hormigueos en el estómago.

—Aléjate de mí Christopher...
—Escucho un susurro en mi oído.

Me vuelvo rápidamente, nadie absolutamente nadie está cerca mío.

Al final encontramos a Lauren bailando con Mateo, Christopher les dice que ya es hora de irse.

Subo y me siento al lado de Christopher en el asiento del copiloto.

Mientras nos alejamos de la fiesta me quedo pensando en esa voz, no podría identificar si era la de una mujer o la de un hombre.

Luego traté de no pensar más en ello.

Pero a la hora de dormir, la voz sonaba una y otra vez.

¿Quién es la persona que no quiere que me acerque a Christopher?, ¿O acaso alguien me quiso jugar una broma pesada?

❤️

La Emperatriz de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora