No se trata de un problema amoroso normal.
Se trata de 'La emperatriz de sangre' Que hará todo lo posible para separar a Kristen y Christopher con notas bañadas en sangre que contienen advertencias y que luego de ser leídas desaparecen.
Si no lo t...
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...
Martes
Hoy es el gran día o sea, el día de la salida con Christopher.
Me levanto hago un baile de festejo por lo que logré (que es mucho) me voy al baño cepillo mis dientes me lavo la cara, me baño y pongo un vestido azul.
Conecto mi celular que se quedó apagado por falta de batería y encuentro un mensaje de Christopher.
Nos vemos luego, paso por ti.
Salgo de mi habitación y miro Netflix, la casa está vacía, Andrea está en el colegio, mamá en el trabajo posiblemente llegue dentro de dos horas para almorzar y luego se irá nuevamente.
Mi mirada se dirige al basurero y recuerdo la nota de sangre.
¿Dónde está el frasco?, El frasco en donde estaba la nota.
Busco primero en la sala luego en la cocina, en las habitaciones de la casa, en los basureros... nada, es como si el frasco hubiese desaparecido ni bien hizo todo su deber, el cual era albergar la nota hasta que la lea.
Llamo a mamá.
—¿Mamá? ¿Viste un frasco?
—¿Cuál de todos Kristen?
—Uno que estaba en la mesa de la sala.
—Sí, cuando te vi manchada de tempera estaba en la mesa, luego desapareció de allí.
—Gracias.
Corto, es imposible. De seguro Andrea lo tiene y todo es una broma.
—Andrea, ¿Viste un frasco sobre la mesa de la sala?
Andrea parece furiosa.
—¿Me llamas e interrumpes en mitad de clase solamente para preguntarme la ubicación de un frasco?
—Sí.
—Pues no, no lo he visto ahora déjame en paz —Corta.
¿Quién querría un frasco ordinario?
A no ser que no sea un frasco ordinario, a lo mejor lo de la nota esa sea verdad...
¿Cómo puedo pensar eso? Río por lo ridículo de la situación.
Me siento en el sofá y escucho el timbre de casa, el sonido retumba por todo el lugar.
Me quedo quieta un rato, algo horrible invadió mis pensamientos me levanto pidiendo con todo mi ser que no se haga realidad lo que estoy pensando y abro la puerta, sin mirar quién podría ser.
Un frasco con una nota roja dentro es todo lo que veo.
Ahora me encuentro sentada en el sofá, el frasco con la nota roja enfrente mío sobre la mesa.
