XXV

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...

Al irse Christopher pensaba que lloraría a mares y que no saldría de casa.

La realidad es otra y definitivamente no había pensado en eso.

—Déjame ayudar con eso —Andrea toma una de mis maletas y baja con ella las escaleras.

Así es, nos iremos de vacaciones como mamá quería. En la granja familiar.

—Hija, ¿Va todo bien? —Mamá desliza su maleta por la alfombra del pasillo rumbo a las escaleras—. Sería mejor que traigas todo de una vez, ya se acerca la hora.

Entro en mi habitación y tomo mi cartera, celular y auriculares en la otra mano. Observo mi habitación como si fuera la última vez.

¿Por qué pienso que esto es una despedida?

Cierro la puerta y voy hacia la escalera.

Antes de salir de casa mi celular vibra y la pantalla me muestra el nombre de...

Lauren.

Automáticamente corto mientras la rabia hace su aparición.

—¡Kristen es hora!

—Ya voy.

El celular vuelve a sonar y esta vez atiendo.

—¿Qué quieres?

—Kristen... sé que crees que soy la peor persona del mundo pero escúchame esto es muy importante.

—Lo único importante era nuestra amistad, ¿Y sabes lo qué pasó? Se destruyó así que no tengo el porqué escuchar lo que tengas que decir. No me vuelvas a molestar.

Corto la llamada y salgo de casa.

—¿Era Christopher?

Niego mientras subo al auto, me quedo en silencio algunos minutos para luego caer presa en los sueños.

(...)

Mamá me despierta al llegar a la granja, abro los ojos y observo todo en silencio.

No tengo ganas de nada, solo quiero dormir así que me acurruco más en el asiento trasero del coche.

—Vamos Kristen, sé que no quieres seguir adelante de que ya no tienes ganas pero no puedes abandonar, la vida sigue.

Levanto la mirada y la sostengo con Andrea.

—¿También te sentiste así cuando se acabó con James?

Ella asiente y me ayuda a salir del auto.

La vista es hermosa, a lo lejos se observa la pequeña casa, tras de ella se extiende un pequeño bosque, al costado se encuentra una piscina y al otro costado el final de la tierra, dando lugar al hermoso paisaje del cielo y la ciudad bajo este.

La casa se encuentra en la punta de una colina, siempre me gusta venir aquí cuando estoy tensa, el paisaje y el sonido de los animales logran darte un estado de tranquilidad total, aunque nunca supe el camino hasta aquí siempre duermo durante el viaje.

—Vaya mira cómo ha crecido ese árbol,
¿Te acuerdas cuando los plantamos?
—Pregunta Andrea mientras nos acercamos a la casa.

—Sí la verdad, siempre me gustó estar aquí, ¿Sabes? —Ella asiente—. Es tan tranquilo, estoy esperando con ansias la noche de chicas.

—¡Niñas vengan a bajar las cosas!

—Yo también.

La noche de chicas consiste en que mamá cocine pizza, prender la chimenea y ver una película de preferencia cómica, si es que la televisión sigue andando.

Coloco las mantas en el suelo mientras Andrea enciende la chimenea.

—¡Chicas la pizza está lista!

El olor llega hasta mis fosas nasales, guardo este momento. Me preguntaba si algún día podría volver a ser feliz pues ahora sé que si tienes a tu familia estás completa.

Mamá trae la pizza y juntas nos sentamos en el suelo, Andrea se encarga de la televisión.

—¿A qué se debe de que hoy andas muy servicial? —Pregunto saboreando el queso derretido de la pizza.

—Siempre te la pasabas haciendo todo cuando veníamos, me toca.

La televisión se prende emitiendo un sonido horrible, la pantalla se queda gris y Andrea mueve las antenas, siempre tardamos muchos minutos hasta que encontremos la posición adecuada.

—Iré al baño un rato —Dejo mi plato en la mesita frente a nosotras y voy por el pasillo.

La casa es de madera y de una planta, el baño se encuentra al final al lado de la puerta trasera. Me acuerdo de mis visitas anteriores.

Jamás iba a venir sola aquí, tenía tanto miedo de los monstruos imaginarios, la puerta trasera empeoraba mi terror.

Sonrío al recordar eso mientras me adentro en el baño, desde aquí escucho como el sonido de la tele se detiene dando lugar a voces, esta vez no tardamos tanto en lograr que funcione.

Cuando llego a la sala la tele está apagada y nadie se encuentra allí, una pizza a medio comer en el suelo.

Mi respiración se acelera, observo la puerta principal abierta voy a la cocina y tomo un cuchillo, me pongo una campera y salgo afuera.

—¿Mamá?, ¿Andrea?

Es imposible que la emperatriz de sangre llegue aquí, simplemente imposible.

—Aquí —Su voz viene de atrás.

Corro hasta allí y veo a Andrea discutiendo con mamá.

—¿Qué pasó? —Mi mirada viaja de mamá a Andrea y viceversa.

—Nada hija, solamente queríamos ver la hermosa...

—Deja de mentir mamá, ve y mira la televisión.

Alzo una ceja sin entender y Andrea aparta a mamá de ella y me lleva de vuelta dentro de la casa.

Enciende la televisión.

—No entiendo —Mi voz se apaga al ver el título de la noticia.

"Joven se suicida estando embarazada"

—Pobrecita... —Susurro aún sin entender.

—Solo mira Kristen.

Y miro y desearía no hacerlo.

Christopher aparece en la pantalla, sus ojos rojos al igual que toda su cara.

—Ella no dejó nota alguna, sólo se suicidó.

Lauren se suicidó y estaba embarazada.

...

La Emperatriz de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora