Ross estacionó frente a una casa que ni conocíamos. Acto seguido, Max lo imitó. Los cinco bajamos del auto, con los cuchillos en mano, esperando ver a algún caminante, los cuáles estaban lejos, así que no había de que preocuparse.
Max junto con Theo, forzaron la entrada y entramos, cerrandola al pasar. Entramos a la deshabitada sala de estar, la cuál se encontraba en buen estado.
Pasé la mirada por algunas de las tantas fotos que se encontraban en el lugar. Una linda familia, pequeña pero linda, vivía ahí. Ahora quién sabe dónde estarán, si vivos o muertos. Los familiares parecían muy unidos.
-Parece un buen lugar para pasar la noche-comentó Ross con una sonrisa. Asentí, algo distraída, mirando por la ventana, la pequeña casita del árbol que había.
-Creo que deberíamos revisar la casa, por si acaso-propuso Alice mirando alrededor, los demás asintieron.
-Ustedes vayan arriba, yo revisaré aquí abajo-ordené. Alice y Theo me obedecieron, mientras que el rubio y Max ni se movieron.-¿que pasa?
-No vamos a dejarte revisar sola-contestó Ross, antes de que Davis pudiera decir algo.
-Bien. Max, vienes conmigo. Rubio teñido, ve con Alice y Theo.-ordené. Max le sonrió victorioso a Ross, mientras que él le fulminó con la mirada. Acto seguido, subió refunfuñando las escaleras.
De repente escuchamos unos susurros. Nos miramos alarmados y observamos cada lugar de la habitación, hasta que encontró un walkie tolkie, que parecía algo arruinado pero aún funcionaba. Me lo tendió y lo tomé. Estaba encendido.
-¿Hola?-pregunté acercandome un poco a la ventana. Una voz algo infantil y asustada me respondió:
-Hola. Tú no eres mi madre-comentó con algo de tristeza.
-No lo soy-admití asintiendo aunque seguramente no podría verme.
-¿Quién eres?-me preguntó con curiosidad.
-Me llamo Natalia. ¿Dónde estás, pequeña?-quise saber mirando alrededor.
-En la casita del árbol. Espera-me pidió. Dirigí mi vista a la casita, y vi a una niña asomarse-¿me ves?
-Puedo verte. Quedate ahí, iré por ti-avisé.
-Está bien-replicó. Miré a Max, quién iba a preguntarme algo, pero lo interrumpí.
-Sigue vigilando que no haya ningún caminante por aquí. Yo iré a buscar a la pequeña-ordené y él asintió sin protestar.
Salí por la puerta trasera de la cocina. Miré nuevamente a la casita, en dónde la niña se encontraba. Caminé hasta haya, cuándo algo se lanzó sobre mi. El revólver que tenía voló por los aires al igual que el cuchillo.
Le pegué un puñetazo al caminante, en un intento de alejarlo de mi. Pero, no fue suficiente, pues acercó su rostro al mío, para morderme. Logré alejarlo con las manos, pero por unos momentos. El ruido de unas fugaces pisadas se escucharon en nuestra dirección. Como pude volteé la cabeza hacía atrás y vi a la niña con la que hablaba por el walkie tolkie, tendiendome un martillo. Lo tomé rápidamente, y golpeé con él la descompuesta cabeza del caminante. Una, dos, tres y cuatro veces repetí la acción, hasta que dejó de moverse y sonreí satisfecha. Miré a la pequeña con agradecimiento.
No parecía pasar de los ocho años, por lo que me preguntaba cómo era que había sobrevivido sola. Tenía el cabello castaño y rizado por un poco más abajo de los hombros. Y sus ojos eran de un hermoso color miel. Era para definirla en una palabra, adorable.
-Gracias-susurré con la voz algo agitada. Ella me sonrió un poco.-¿cómo te llamas, pequeña?
-Clementine Gray.-contestó con orgullo.
-Bien, Clementine. ¿Cómo fue que sobreviviste a esto sola?-pregunté inclinandome para quedar a su altura.
-Mamá y papá, me llamaban, diciéndome que tuviera cuidado y que no saliera de casa, aunque mi niñera no me lo habría permitido. Un día, una de esas cosas, entró a casa, y mi niñera me dijo que corriera y me escondiera. Por lo que me escondí en la casa del árbol por dos días-finalizó mirando la pequeña casita.
-¿Dónde está tu niñera?-quise saber.
-Es ella-respondió mirando con algo de nostalgia al caminante que había matado hacía unos minutos.
-Oh, lo siento.
-¿Tú la mataste? ¿verdad?-preguntó con cierta inocencia.
-Algo antes que mi la mató-contesté con sinceridad. Asintió.-¿cuántos años tienes, Clementine?
-Tengo ocho. ¿Cuántos tienes tu?
-Tengo dieciséis. Ven, te presentaré a mis amigos.
-¿No son monstruos, verdad?-solté una pequeña risita.
-No, no lo son.-tomé su mano, y entramos a la casa. En la sala de estar, me encontré con los chicos, quiénes tenían baja la mirada.-chicos, ¿que les pasa?-pregunté algo preocupada.
-No hay zona segura en Atlanta-respondió Ross con pesar.
-¿Cómo? ¿Como lo supiste?-le pregunté sorprendida y decepcionada.
-Prendimos la radio hace un rato. Y... simplemente dijeron que comprobaron que no había tal zona segura-contestó Max dando una patada a la pared, por lo que Clementine se escondió detrás de mi.
-¿Que haremos ahora?-susurró Alice sin notar la presencia de la pequeña.
-Sobreviviremos, lo haremos. Nos protegemos entre nosotros-contesté y todos me miraron con algo de esperanza. Y justo ahí notaron a Clementine.
-¿Quién es ella?-preguntó Theo mirándola con ternura.
-Ella es Clementine. Ésta es su casa, pero ella estaba en la casita del árbol-informé.
-Clementine, ¿dónde están tus padres?-preguntó Ross con suavidad. Ella me miró, cómo preguntando si podía contestar.
-Puedes confiar en nosotros. Cuéntanos-pedí y ella asintió.
-Mis padres estaban de vacaciones en Savannah. Pero, jamas volvieron. Igualmente, yo sé que están bien-agregó con una sonrisa.
-¿Cómo lo sabes?-preguntó Max frunciendo el entrecejo, con el walkie tolkie en sus manos.
-Porque con eso-señaló lo que tenía-con eso me contactaba con mis padres. Damelo-ordenó y se lo quitó.
-Bien. Nos quedaremos aquí a pasar la noche, y luego viajaremos en busca de algún lugar seguro. ¿Que les parece?-propuse.
-Creo que es una buena idea. ¿Llevaremos a Clementine con nosotros?-preguntó Alice.
-Obviamente, no podemos dejarla aquí. Bueno, Clem, ellos son mis amigos. Él es Ross-lo señalé y él le sonrió amablemente-ella es Alice-repetí la acción-él es Theo. Y él es Max-los señalé. Max asintió con la cabeza y Theo le sonrió.
-Hola-saludó timidamente la pequeña. ¿No les dije que es adorable?
-Ok, Clem. ¿Que te parece irnos de aquí?-le preguntó Max sonriendo. Ella ladeó la cabeza, pensando.
-Pues me encantaría. ¿Cuándo nos iremos?-preguntó ella.
-Mañana por la mañana. Ahora, creo que tenemos que descansar-contestó Theo antes de que pudiera abrir la boca. Todos asentimos y subimos las escaleras, para repartir las habitaciones disponibles.
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Nota:
Holisss, ok, ¿saben quien es Clementine? Es una niña del juego de The Walking Dead. Ay, como amo a esa niña, es muy adorable y valiente.
Bueno, puede que aparezcan algunos personajes más en la historia, ya que esta basada en ya dicho videojuego.
Feliz san Valentín super atrasado!! A alguien le regalaron algo? A mi nada :(, no me quieren.
Voten y comenten!!!
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The Walking Dead (Ross Lynch)
FanfictionEsta historia, está inspirada en el videojuego de The Walking Dead, asi que algunos de los personajes del juego saldrán en el fanfic.