The Walking Dead (Ross Lynch)

Capítulo 35: Adiós Clementine (Final)

Nota, (importantísima, deben leerla):

Ok, he leído en sus maravillosos comentarios, que quieren un final feliz, entre Ross y nuestra rubia protagonista. Lamentablemente, esto no va a poder ser de ésta manera, ahora les explicaré porque: Nati fue mordida, ella representa síntomas de la mordida, cosa que significa que ella va a transformarse en un caminante. Y Ross, bueno, él está mal por la pérdida de la chica que siempre amó, y la que siempre estuvo ahí para él. Lo único que puedo adelantar es que Ross seguirá vivo, aunque en peligro.

Ahora, si quieren un final feliz, muy pero muy feliz, lean la segunda temporada de The Walking Dead, la publicaré cuándo tenga tiempo (ésta tarde). Les aseguro que estará buenísima, y les puedo adelantar que alguien que creían muerto regresará. No diré quién, pero les daré una pista: es alguien que se encontraba en el grupo original (Max, Ross, Alice, Theo, y Nati) A ver si adivinan quién retornara.

.. Eso si, no podrán ser Ross y Max, porque ellos estarán cuidando de Clementine, duh.

Bueno, por favor, no empiecen a criticar mi final, siento mucho si no les gusta, pero así lo pensé desde que comencé a escribir ésta historia.

Quiero darles las gracias, porque sinceramente, si no fuera por ustedes, yo no tendría ánimos para continuar ésta sentimental historia. Gracias, los amo.

En el cap, lo que ponga en letra negrita, es lo importante que tienen que recordar. Recuerdenlo.

Quiero que se reporten con un sensual voto o comentario, todos mis lectores, por favor, ¿si?

Dedicado a: Chechaa2001, porque con sus sensualotes comentarios siempre logra sacarme una sonrisa.

Estaba paralizada. ¿De que? De miedo. Si, le tengo miedo a un hombre con un arma, pero no a una mortal horda de caminantes. Tonto, ¿no?

-Hola...-saludé sin ninguna expresión en la voz, mientras rogaba internamente que no me disparara.

-Ok... eso es civilizado. Te ves horrible-comentó refiriéndose a la sangre que tenía sobre mi.-ve hacía allá-señaló un mueble. E hice lo que ordenó, ya que, de lo contrario, posiblemente me mataría.-deja tus cosas ahí-ordenó. Entonces, comenzaron a oírse unos pequeños golpes en la puerta que iba a abrir.

-Déjame salir-¡Era Clementine!-¿quién está ahí?-preguntó. Yo iba a responder, cuándo él me apuntó al rostro, y se llevó uno de sus dedos a sus labios.

-¡Tranquila, por favor, dulzura!-pidió el tipo. Y luego, dirigiéndose a mi, bajó la voz-tus cosas ahí-ordenó nuevamente. Saqué las únicas cosas que aún conservaba, que eran el hacha, y el walkie tolkie.

-Esto es todo lo que tengo-comenté, y él miró unos sofás enfrentados.

-Bien, siéntate ahí-ordenó, y obedecí. Él me miró, aún con el arma en sus manos.-¿acaso sabes quién soy?

-No. No sé nada sobre ti-contesté con desprecio infinito.

-Y no lo harás-replicó.-y ahora estarás pensando: "¿quién podría tener un problema personal conmigo?", ¿eh?-lo miré, confundida-hace un par de semanas, ¿puede que haya habido un auto en el bosque? Con comida, agua, y cosas que se necesitan para sobrevivir-en ese momento, me sorprendí. Él era el dueño de la camioneta que tenía las cosas que nos habíamos llevado.-si, no soy un criminal, tampoco un asesino, Nati. Solo soy... un padre. Entreno en ligas menores.

-Todo estaba ahí para ser tomado, moríamos de hambre. ¿Acaso...-me interrumpió bruscamente.

-¡¿Todo estaba ahí para ser tomado?! ¡¿Acaso sabes lo que has tomado de mi?!-preguntó alterado.