Ross golpeó el volante, con furia, rabia y frustración. Lo miré algo confundida, y extrañada. Él nunca era violento, era un tipo pacífico, excepto cuándo algún chico se me acerca. Que le vamos a hacer, es un mejor amigo muy celoso, y eso me gusta. Un momento, ¿que dije?
-¿Que te pasa?-le pregunté frunciendo el entrecejo. Él me miró, algo nervioso.
-Pasa que nos quedamos sin gasolina.-y ese es el momento en el que quería mandar todo a la mierda. No teníamos más gasolina, y digamos que estábamos casi en las afueras de la ciudad, por lo que no podríamos buscar nada.
Me tape la cara con las manos, y salí del coche, para ver cómo Theo aparcaba cerca de nosotros. Me acerqué a ellos, mientras Max, quién tenía unas ojeras increíbles, me miraba preocupado.
-¿Que pasa? ¿Por que pararon?-preguntó Alice, acercándose a mi. Suspiré pesadamente.
-No tenemos gasolina-contesté pateando una piedra pequeña.
-Estamos jodidos-refunfuño Max, y el niño con el que nos habíamos encontrado, salió del auto, despertando de repente y refregandose los ojos.-ey, despertaste, amigo.
-¿Cómo te llamas?-preguntó Clementine sobresaltandonos a todos. ¿Cuándo fue que salió del auto?
-Me llamo Kenny, pero me dicen Duck-respondió algo emocionado y con una sonrisa. Ross se acercó a él, y se inclinó para quedar a su altura.
-Duck, ¿alguna de esas cosas te rasguño o te tocó?-quiso saber, hablando con suavidad. El niño negó levemente con la cabeza.
-Eso es genial. Bueno, mejor nos presentamos. Ella es Clementine, él es Ross, Max, Alice, Theo. Y yo, me llamo Nati-presenté simplemente, él asintió.
-Bien. Ahora, ¿que haremos? No podemos ir con un solo auto, además por lo que veo, también nos estamos quedando sin gasolina.-comentó Alice con preocupación. Entonces Max miró detrás de mi, y su rostro, por primera vez en días, se iluminó por completo.
-Miren-señaló, por lo que volteamos, encontrándonos con una gran estructura. Era una escuela, enorme, por lo que me preguntaba cómo es que no la había visto antes.
-¿Entonces?-preguntó Ross, desafiando a Max con la mirada.
-Podemos quedarnos ahí-explicó con paciencia.
-Estás loco. No podemos, debe estar completamente infestado. Además, estamos muy alejados de la civilización-contradijo Theo cruzandose de brazos.
-Nosotros queríamos alejarnos, ¿no?-le recordó Max algo molesto-además, debe de tener mucha comida, y podemos reforzar el lugar para evitar que entren los caminantes. Y podemos descontaminarlo.
-¿Y que haremos cuándo se nos acabe la comida?-preguntó Ross alzando una ceja. Si, al parecer éstos dos no se soportan. Max bufó con algo de impaciencia.
-Saldremos a buscar más. Ahí hay un bosque, debe de haber animales ahí, ¿verdad?-nos miramos entre todos.
-Bien. Creo que nos quedaremos aquí, y sobreviviremos.-propuse, con una sonrisa.
-Pues vamos a desinfectar esa escuela-anunció Theo sacando un cuchillo.
-No podemos llevar a Clem y a Duck con nosotros-los miré. Ellos no podían estar presentes cuándo mataramos a esos caminantes.
-Cierto. Alice, quédate con ellos-ordenó Ross, con seriedad. Ella lo miró, fulminante.
-Pero, yo quiero ir a desinfectar esa zona-se quejo cómo niña pequeña, lo que me hizo soltar una pequeña risita.
-Está bien, que Theo se quede contigo mientras nosotros tres hacemos esto, ¿vale?-ellos dos asintieron energéticamente. Mientras que tomábamos 3 hachas, de esas para cortar madera. Al acercarnos, pude notar que el patio delantero, era muy espacioso. Y no pude evitar pensar en que a Duck y a Clem les gustaría, para poder jugar. Y entramos a la trética escuela-¿Dónde está el interruptor de luz?-pregunté al encontrarme con la pura pero aterradora oscuridad. En ése momento, enserio deseaba tener una linterna.
-Aquí-de repente se prendieron todas las luces, y vi como Ross sonreía victorioso, al lado del interruptor.
-Ya, ahora te amo-bromeé sonriendo, y él se sonrojo intensamente. Aunque solo era una broma.
-Mejor sigamos-ordenó Max con frialdad e inexpresivo. Fruncí el entrecejo, pero me mantuve en silencio absoluto.
En los pasillos, no había nada, nada de nada, lo que me extrañó muchísimo. Pues esperaba encontrarme con aunque sea algunos caminantes. Raro, demasiado. Revisabamos todo, todo, por las dudas, nunca se sabe.
Al entrar en el último salón del primer piso, solo nos encontramos con un profesor caminante, al que le atravese la putrefacta cabeza, con el hacha que llevaba conmigo.
Al subir las escaleras para llegar al segundo piso, nos encontramos con una agradable sorpresa. Y por agradable, quiero decir completamente desagradable.
20 caminantes, lo que era una horda, que por suerte estaban en el fondo del piso y no podían vernos desde dónde se encontraban.
-¿Que hacemos?-susurré, Max me miró obvio.
-Lo que debemos hacer. Matarlos-contestó, sacó un revólver del cinturón, que tenía silenciador y comenzó a dispararles a los caminantes, quiénes al darse cuenta, se voltearon, y lentamente se acercaban a nosotros. Por lo que tomé valor, y corrí hacía ellos con mi amigo detrás. Destroce la cabeza de uno de los infectados, mientras gritaba:
-Que los follen en el infierno, putos-al escucharme, Ross y Max soltaron tremenda carcajada, que hizo distraer al primero, por lo que un caminante aprovechó y se abalanzó sobre él. Presa del pánico, me aproximé hacía mi amigo quién intentaba librarse del agarre del infectado. A éste último le rebané la cabeza con furia.
Le tendí la mano, y él la tomó con cuidado. Y tiré de él, ayudándole a levantarse. Me agradeció con un abrazo, que fue interrumpido por un carraspeo de parte de Max.
-Creo que debemos ir a la cafetería, para ver cuánta comida tenemos-recordé luego de unos segundos de incómodo silencio.
En silencio, nos dirigimos a ya dicho lugar, dónde encontramos comida para más o menos un mes, eso nos aseguraba que no tendríamos que salir en ese tiempo. Que suerte.
-Suerte que aquí hay luz. Es el lugar ideal para quedarnos-comentó Ross con una enorme sonrisa de satisfacción.
-Si-respondió Max victorioso. Nos dirigimos al patio de la escuela, que era gigante, y muy espacioso, genial para que Clem y Duck jueguen. Había algún que otro caminante rondando por ahí, a los cuáles les destrozamos la cabeza.-creo que habrá que poner una barricasa aquí, para evitar que los infectados pasen.
-Eso haremos-aprobé, por lo que él esbozó una sonrisa. Dimos vueltas y vueltas por el lugar, matando a los caminantes que nos encontrábamos. Ya después nos deshariamos de los cuerpos
Al terminar con la "limpieza", llegamos al coche dónde Clem hablaba animadamente con Duck, quién tenía una boba sonrisa. Lo que me hizo sospechar algo...
Nos acercamos a Alice y a Theo, ambos conservaban, con un tono de voz muy dulce.
-Ya desinfectamos todo-anuncie sobresaltandolos.
-Eso significa, ¿que ahora estamos seguros?-preguntó Alice extrañamente contenta.
-No todavía, tenemos que poner una barrera para evitar que los caminantes entren-contestó Max cruzandose de brazos.
-Cuándo terminemos de ponerla, aquí estaremos seguros-prometí mirando el edificio, al igual que mis amigos. Y por primera vez en días, me sentí segura.
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Nota:
Hola hermosas. ¿Que les pareció el capitulo de hoy? ¿Estuvo bien, o aburrido? Cuentenme.
Voten y comenten, o me convertire en un ponicornio salvaje, y no podré subir cap. Ah que?¡Besos!
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The Walking Dead (Ross Lynch)
FanfictionEsta historia, está inspirada en el videojuego de The Walking Dead, asi que algunos de los personajes del juego saldrán en el fanfic.