Capítulo 22...Viviendo

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Estoy enorme, deforme, malhumorada y llorona. Tengo apenas tres meses de embrazo y parece ser que tuviera ocho. ¡Ya no lo soporto!

Anton y yo, pues no estamos muy bien que digamos. Casi siempre pasamos peleando, y después de eso, solo me encierro a llorar. El muy idiota no deja que nadie se me acerque y eso me tiene peor. Para variar mi suegra es una ¡perra!, lo he dicho, no la guanto más. Hace una dos semanas cuando Anton se fue de la manada por asuntos que resolver, me dejo con ella y la muy bruja solo me tuvo a punta de avenas, según ella para que se me llenen los pechos de leche. Pero nadie me entiende, nadie lo hace, mientras más me encariñe con este bebe, más difícil será para mi decirle adiós cuando, Briana, decida hacerle algo malo. Es mejor si él bebe se queda con Anton, mientras yo simplemente decido irme, es lo mejor, no quiero que algo malo les pase, esas mujeres me lo hicieron saber; mientras yo viva en la manada, todos están en peligro.

-No otra vez. - camino al baño a vaciar mi comida. Este bebe, odia las avenas y que creen, yo igual. Como es posible que la leche tenga un sabor horrible cuando lo mezclan con la canela

Lavo mi boca, camino hacia mi estante y ya ahí, decido que leer. Anton esta raro conmigo, no me dice nada, ni yo a él. Solo llega, habla con él bebe y me ignora....ya para mí, eso es nuestra costumbre de día a día.

Ni siquiera puedo leer con claridad cuando ya siento mi estómago rugir por quinta vez en el día. Camino en busca de mi saco, ya que el clima esta feísimo. Agarro mi abrigo y salgo de la habitación, aun cuando sé, que las alarmas se activarans en la oficina de Anton; No tiene límites, esa es la única manera de que me asegura que este sana y que nada malo le pase al bebe.

Camino ante la mirada de varios empleados, se perfectamente que casi nunca salgo de mi encierro, por lo cual al verme no disimulan ni un poco. MI amada suegra se encuentra con otra señora tomando unas pequeñas tazas de té. Las dos me observan y no me inmuto en saludar, paso por donde ellas y miro la comida.

Dos pedazos de pastel, algunas galletas recién horneadas, jugos de diferentes sabores, gomas de colores y más.

Mmnn, la boca se me cae al suelo con tanta comida....<<Delicioso>> agarro un pedazo de tarta de chocolate con fresas, algunas galletas de limón con piña <<algo de sal>>, Dios esto de estar embarazada no es tan positivo. Me preparo un sándwich de jamón, queso, lechuga, tomate y mucha mayonesa, demasiada diría yo. Mientras me lo preparo no puedo dejar de picar algunas cosas, así que casi mi pastel esta acabado y mis galletas igual, coloco un poco de jugo de mora en un vaso y me dispongo a salir con mi comida....hasta que.

-¿Qué crees que haces? - me reclama Lilia.

La veo y ya me frunzo, odio tanto que se meta en mi vida.

-Iré a mi habitación.

-No comerás nada de eso. - señala mi comida. - Te he dicho miles de veces, que debes de cuidar a mi nieto. No quiero volver a repetirlo - arrancha mis cosas y ya me veo a punto de llorar. ¡Malditas hormonas!

-Pero...es que tengo hambre.

-Le diré a las muchachas que te preparen avena.

-No quiero, no me gusta.

-No te he preguntado, lo menos que puedes hacer es hacerme caso. Encima de que vives de arrimada.

Me quedo sin palabras, de todos sus insultos este es el que más me ha dolido. ¿Cómo puede decirme eso?, ella también es una arrimada. No es su casa.

-Dámelas, no comerás nada de eso. Los humanos siempre tan tontos. - veo como vota la comida, a la basura, y de verdad que no puedo soportar eso. ¿Cómo es posible que vote la comida, en vez de darle a su nieto?

Atrapada en ti®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora