Capítulo final

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Tiempo después...

-Cachorro no rompas...... el florero - hablo viendo el pedazo de cristal roto.

Mi pequeño hijo de ya un año, me mira con esos enormes ojos color negro...tan negro como los de ella, su madre.

Un año ya, desde que partió y aún sigo sin olvidarla, todos los días me levanto solo en mi cama, todo está igual la habitación no ha sido removida en absoluto y aunque mis amigos me dicen que sería buena renovar toda en mi cuarto, sigo sin querer dejarla ir...después de todo, yo nunca podré olvidarla.

El día de mañana se cumple un año exacto desde su partida. La manada ha sido restaurada o eso es lo que hacemos, esta reconstruida por competo, cada persona a logrado salir adelante y lo bueno de todo ello, es que con la guerra, pudimos aceptar a los humanos. Las leyes han sido revocadas y ahora no hay desacuerdos, aceptamos a ellos en nuestro mundo y poco a poco algunos de nosotros nos integramos a los de ellos. Es así como descubrí muchos lujares de ocio que visito a menudo con mi cachorro, cines, parques de diversiones, bolos y más.

En la casa todo marcha igual, no supe más nada de mi padre y mi madre se ha convertido en mi fiel compañera en los días en lo que extraño tanto a Alía, que el único consuelo son sus brazos para mi dolor. Ella llora conmigo, ya que sabe que después de todo, Alía nunca fue la mala y de cierto modo, Briana tampoco.

Ahora cada manada no solo ha integrado a vampiros, sino también a brujas. La guerra no solo nos unió, sino que también nos hizo dar cuenta que éramos egoístas al discriminar a los humanos, ya que a diferencia de ellos, nosotros solo fuimos bendecidos por la diosa con dones sobrenaturales, de ahí, nada más.

-Papapapapa - balbucea mi pequeño y jatea hacia mí.

-Déjalo ahí, ya veremos que hacer luego. - hablo cargándolo.

Caminamos por los pasillos de la casa e ingreso a su habitación. Coloco a mi hijo en su cuna, mientras busco un pañal para cambiarlo.

Caleb, agarra una de las fotos de su madre y la mira agarrándola con sus dos pequeñas manos.

-¡Mamá! - grita sonriendo y mi vista se congela.

-Sí, cachorro es mamá.

El me mira asintiendo y agarrando la foto con su mano. Cuando intentó quitarla empieza a llorar así que lo dejo tenerla.

Una lágrima sale de mi ojo al verlo agarra con sus manos la foto y limpiándola pongo mi mejor sonrisa ante su mirada.

-Mírate, que guapo.

-Mi niño - la voz de Talía resuena la habitación y meneándose con su gran panza de cinco meses corre donde mi hijo ante la mirada de su esposo.

-Mamá - grita Caleb y Talía su para en seco, su mirada decae y tratando de sonreír agarra a mi hijo con ellas.

-Es mamá, la mejor persona que existió - dice mientras su voz se rompe y algunas lágrimas salen de sus ojos.

Benjamín se para a su lado y susurra algo en su oído haciéndola hacer un puchero.

-¿Cómo está mi sobrina? - pregunto.

-Bien, ya sabemos el nombre - dice limpiándose las lágrimas con su puño.

-No lo hagas.... - exclamo casi al borde del llanto, sabiendo lo que hará.

-Será su nombre original....se lo merece - dice llorando de nuevo.

Flashback.

Los rastros de cenizas de cada alma fueron recogidas en un baúl que fue destruido por la propia bruja. Pero yo necesitaba saber más de Alía y le pedí a la bruja que me indicara todo de mi chica y así lo hizo.

Atrapada en ti®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora