Capítulo 15...Abrumada

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Siento un frio enorme llenando mis huesos. Mi cuerpo tiembla y no entiendo el porqué.Abro mis ojos y me encuentro en uno de los patios de la casa, mi piel de gallina me delata y desorientada me pongo de pie aun consumida por la temperatura.

¿Qué paso?, tal vez y esa respuesta tenga nombre.

-¿Alía?

Con mis dientes tiritando y mis manos buscando tapar el frio de mis labios doy la vuelta y Damián me mira con un poco de asombro.

-No....seee...quuue hha ppassadoo. - hablo con mucho frio.

Unos pasos resuenan en el lugar y un Anton con la cara de cansancio y desesperación llega hacia mí. Al verme abre sus ojos, pero se tranquiliza un poco.

-Alía, por dios.... ¿Has huido de nuevo?.

Niego con mi cabeza y mis dientes castañean por el frio de la noche.

-Nnooo..sse quue me ha ppassado.

-Mi luna. - se acerca. - Estas helada.- habla mientras toca mi cuerpo.

Soy levantanda de inmediato como una novia y mi cuerpo no protesta para nada, con mis manos juntas busco con desesperación el calor que sale de su cuerpo y me acomodo en su gran pecho.

-Descansen. - menciona su amigo y sus pies retornan su camino.

Soplo mis manos obteniendo un poco de calor y Anton me apega más a su cuerpo, haciéndome saber que esta junto a mí. Abre la puerta de nuestra habitación y como a una bebe me acomoda en la cama y me atrae a su pecho.

-¿Estas mejor?. - solo muevo mi cabeza y me apego mucho más a su pecho. <<Se siente tan bien>>. - Eso es, así, pronto entrarás en calor. - besa mi frente.

Mi cuerpo poco a poco empieza a sentir la temperatura más alta y poco a poco mis entumidas extremidades se mueven.

-¿Mejor?

-Sí, gracias.

-¿Qué hacías afuera?.

-No lo sé. - hablo francamente. - No lo recuerdo.

-¿Tratabas de huir de nuevo?.

-¡No!, te lo prometo, ya entendí que no puedo.

-Me alegro, no quiero que te separes de mi lado, eres mía Alía y es mejor que lo entiendas.

-Lo sé. - admito moviendo la cabeza. - soy tuya.

-Solo mía, de nadie más.

-Si. - suspiro cansada. Me acomodo en su pecho y lo siento acariciar mi cuerpo sin descaro alguno, toca mi cintura y sin importarle nada ingresa su mano a mi piel desnuda. No digo nada, sé que de algún modo perdería mi batalla con él. Mis ojos están demasiado cansados y mi cuerpo igual, no entiendo el porqué, pero sin saber cómo me quedo dormida con total tranquilidad en el hombre que me reclama como suya.

....

Unos besos recorren mi mandíbula y piel, haciendo que mi cuerpo se erice por competo.

-Mnnnn.

Pero los besos siguen y mi pijama es descubierta en mi abdomen para seguir con su trabajo.

-Basta. - hablo dormida.

-Si no despiertas cariño, subiere más esta blusa hasta ver lo que me pertenece y he estado ansioso por probar.

Abro los ojos ante tal confesión y subo mi cuerpo al respaldar de la cama. Acomodo lo vestido y lo miro asombrada. Él me ha visto solo con mis bragas y.....!Mierda!, el ya me ha visto desnuda no una ni dos veces. ¿A qué le temo entonces?

Atrapada en ti®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora