Epílogo

11.8K 617 35
                                    

POV ALÍA

Bailo al ritmo de la música mientras preparo un emparedado para comer. Mi pequeño y su padre han salido a comprar un nuevo juguete de X superhéroe que Caleb ha querido. Por mi parte me he quedado en casa, ya que no quería hacer nada más que descansar.

Todas las cosas con el pasar de los meses han ido cambiando, para empezar ya no existe tal mansión, debo admitir que la casa que ahora es nuestra, es amplia y grande, pero no tanto como lo era cuando vivíamos en esos 2000 metros. No tenemos a personas sirviéndonos, sino a una fiel ayudante de cocina, a la cual he mandado a casa. Mi suegra ya no vive con nosotros y aunque parece raro decirlo, a veces la extraño, nuestra relación mejoró desde mi "nueva vida", de vez en cuando le invito a pasar el día con nosotros o a tomar un café, todo depende de lo que decidamos, ella en estos casi nueve meses desde mi llegada ha ido lidiando con su soledad, pero por lo que sé está conociendo a alguien, y eso es bueno....o eso creo.

Mi cuñada, bueno es la sorpresa del siglo, cuando pensamos que ella y Damián iban a tener algo más que una relación nos equivocamos, ya que se terminaron casando antes que nosotros mismos...

Vaya.

Nadie esperaba eso.

Yo por mi parte, conocí la tumba de mis padres, también a algunos familiares y decidí que no quería que nada cambiara en mi vida, seguiré siendo Alía y punto.

-Mamamama

La pequeña hija de mi mejor amiga, grita como loca antes de entrar siquiera a casa. Abro la puerta anticipando su llegada y su hija hermosa se lanza a mis brazos. Madeline es hermosa, tiene el cabello rubio de mi amiga y los ojos celestes de su padre, una belleza total.

-Mamamamama

-Mi princesita hermosa - digo acomodándola entre mi vientre.

-No debes hacer mucho esfuerzo - me regaña la voz de Anton desde el umbral de la puerta.
<<Llegaron>>

-Es que....

-Dámela - dice cargando a nuestra ahijada y besando sus mejillas. - El doctor te mando hacer reposo estas últimas semanas - dice tocando mi vientre de ya ocho meses y tres semanas.

Hago un puchero con mi boca y Anton ríe besando mi coronilla.

-Eres hermosa, y por eso te cuido - soba mi panza.

-Vale - me rindo y toco la mano de Madeline. - Es tan bonita.

Talía ríe viendo la escena y los gritos de Caleb resuenan el lugar. Entra corriendo con Benjamín atrás suyo y mira a Madeleine con ternura.

-Papi ¿pude cargarla? - su lenguaje va mejorando, pero no lo molesto mucho ya que apenas y tiene casi dos años.

-Ven - dice tocando su mano.

Lo lleva al mueble y sienta a la pequeña en el para que mi hijo la vea, él la examina de pies a cabeza y agarra su mano, haciendo que, Maddie pegue un agudo grito y Caleb ría.

-Bonita - dice besando su mejilla y mi ahijada chilla con sus manos en puño.

Me quedo mirando la escena y juro que no puedo ser más feliz. Maddie mira a su padre parado en la puerta y empieza hacer pucheros para que la cargue.

-Mami, te extrañe - dice mi pequeño corriendo a mi pierna y abrazándola.

-Pensé que me habías olvidado - me acomodo en el suelo, para verlo de cerca.

-No mami - me abraza, viendo aun a la pequeña.

-Será nuestro secreto - digo abrazándolo y susurrando eso en su oído. Mi hijo ríe y yo lo abrazo más.

Me rio abrazándolo desde atrás y los gritos de Darly y Dañina resuenan también, hemos acordado hacer una parrillada por el cumpleaños de Anton y mi regalo está bien guardado.

Atrapada en ti®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora