Capítulo 24...¿Bebe?

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-¿Qué, Alía, que será la última opción?

-Anton...

-Responde.

-Nada, deja de meterte en conversaciones ajenas.

-Maldición - se enoja - A la recámara, vamos.

-No, por favor.

-No me hagas enojar.

Bajo mi cabeza y me despido de mi amiga. Camino delante de él y mis ojos empiezan a votar pequeñas lágrimas de dolor. Extraño salir...mi vida no puede ser peor.

-Hijo - le reprende su padre al verme.

-Ahora no, papá - exclama con ira en sus palabras.

Llegamos a la habitación y me siento en los sillones de la sala. Agarro uno de los libros y empiezo a fingir que leo.

Anton me mira desde lejos y se quita la camisa y zapatos. Miro por el rabillo del libro su escultural cuerpo y muerdo mi labio <<Que guapo es>

Camina a zancadas donde mí, y finjo mi mentira. Se arrodilla al paso y empieza a acariciar mi abdomen.

-Hola, hijo - saluda y besa mi vientre. Me hago la distraída, pero al sentir como el pequeño reconoce su tacto no paro de mirarlo.

-Eso...muévete para papi.

Y parece que tienen una conexión entre los dos, las patadas del pequeño empiezan a aumentar y mi vientre se mueve con ellas.

Pasa un buen rato besándolo y acariciándolo y se levanta directo al baño. Inconscientemente muevo mi mano en él y la patadita no duda en aparecer.

-Me prometes que cuidarás de papá.

Dos patadas.

-Muy bien bebe, ahora sé que te quedas en buenas manos.

Sigo leyendo el libro que elegí al azar y acaricio mi vientre pesado. Minutos después, Anton sale con una toalla en su cadera y me mira.

-¿Qué quieres comer?

-Nada

-Alía, no estoy para tus actitudes. Contesta.

-Estoy llena, tu padre me alimento bien...aunque, trajo algunos pastelitos con él. Quiero eso.

-No, has comido mucho dulce y eso les hace mal.

-Pero....

-Que dije.

-Ay - agarro un X libro y se lo lanzo. - ¡Si no me vas a traer eso, entonces para que mierda me preguntas que quiero comer!

Anton agarra su ceja; lugar donde el libro le ha dado, y me mira.

-¿Qué te pasa Alía?

-Idiota, me haces querer algo y luego me dices que no puedo comer. ¿Quién te crees? ¡Mi madre!

-No quiero pelear.

-Siempre eres tu quien pelea.

-¡Porque tu.....diablos, siempre acabas con mi paciencia!

-Porque eres un tonto. ¡Y no me grites!

-! Tú, no me grites. Suficiente tengo con aguantarte todos los días con tus encierros idiotas!

-¡Yo! ¿Quién es la loca que siempre quiere huir?

-No lo he hecho, ¡Te recuerdo que ahora tengo a tu hijo en mi vientre!

-¡También es tuyo!

-¡Qué más da, nunca me has dejado ser libre!

-¡Porque me perteneces!

Atrapada en ti®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora