Noche 12, parte dos [Ayuda]

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Cuando desperté de mi molesto desmayo, Ruy estaba a mi lado y me trajo comida en la cama. Eso me encantó. Luego él se quedó dormido mientras me abrazaba, no tenía problemas con eso pero ahora tengo ganas de responder el llamado de la naturaleza de nuevo. Justo en el maldito momento más perfecto.
Lentamente me muevo hacia el borde de la cama y coloco una almohada para que me reemplace.

-No puede ser, justo ahora. -maldigo con los dientes apretados mientras bajo las escaleras dos escalones a la vez. Entro al baño y cierro la puerta con seguro. Tardé unos minutos y ahora me siento más aliviada, lista para volver con Ruy. Pero, como siempre tiene esa mala costumbre, me topo con Dante en el pasillo. Debería estar dormido.

-Hola hermanita. -dice con un tono agresivo -¿Que tal la siesta con tu novio?

-Ya me tienes harta. ¿Qué te ha hecho Ruy para que estés así? -cuestiono con las manos en mis caderas. No pienso dejarlo ir hasta que responda mis preguntas.

-Él... No es lo que piensan todos. Creo que... que...

-¡¿Qué?! Dilo. -coloco mis manos en los posabrazos de la silla de ruedas para quedar frente a frente.

-Creo que Ruy me dejó así, en esta maldita silla. Yo lo vi en el día del accidente. -susurra por lo bajo sin mirarme a los ojos.

¿Qué? ¿Ruy, en el día del accidente?

-Eso es imposible. -niego con la cabeza -Era un hombre, y la policía dijo que murió en el choque. -intento explicarle lo que él ya sabe.

-Yo sé lo que ví. -Dante mueve su silla y regresa a su habitación en silencio. Necesito un vaso de agua fría o un té para tranquilizarme un poco, mis nervios están a mil porque Ruy me dijo que mis padres y el abuelo debieron llevar a la abuela de emergencia al hospital. La encontraron desmayada en la cama, su piel estaba muy pálida y ahora está revelación por parte de Dante, es demasiado para mí.

Minutos atrás~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Lian debe vivir, ella es mi amiga, no puedo dejar que Walter la asesine. No debo. Ya tengo pensado en lo que haré, entraré a la casa sin que nadie me vea e iré a su habitación. Por eso es que justo ahora me encuentro frente a la gran casa de los abuelos de Lian, espero que no sea demasiado tarde.

Al entrar por la ventana de la cocina, encuentro, afortunadamente, a Lian buscando algo dentro del refrigerador. Está un poco inclina y con su trasero en alto hacia mí, esto es un poco incómodo. Me aclaro la garganta para llamar su atención, cosa que la asusta y da un salto.

Esa no era mi intención -¿M-Milo? -balbucea dando unos pasos hacia atrás, no tiene a donde ir y choca contra el borde de la mesada -¿P-Por qué re-regresaste? -pregunta temblando un poco. Sé que ella me extrañó pero no es momento para abrazos ni nada.

-Vamos. Ven conmigo. -hablo tomando su brazo para sacarla de allí, Walter sólo quiere a Lian. Por lo que el resto de su familia está a salvo.

Pero ella trata de soltar su brazo, hasta comienza a llorar -No, no. Basta. ¡No iré a ningún lugar contigo! -contesta con desesperación en sus palabras, mientras golpea mi mano para que la suelte.

-Quiero ayudar. Walter pronto vendrá y... no quiero que mueras. -murmuro agachando la mirada. Lian me mira horrorizada y recupera su brazo de un tirón.

-Tú jefe. ¿Cierto? -habla asustada -No iré, estoy a salvo aquí. -habla alejándose de mí. Ella no lo entiende.

-Por favor, sólo quiero...

-¡No te me acerques! -exclama retrocediendo mientras yo avanzo al mismo tiempo. No podemos seguir aquí ni un minuto más.

-¿Lian? -ambos escuchamos que alguien la llama desde la sala. Ella intenta correr hacia allí pero la detengo sosteniendo su muñeca, no tiene idea de lo que está pasando.

El Dueño De LobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora