Noche 11 [La cama]

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Estuve un poco ocupada con Ruy dando paseos por el vecindario pero pude llevarle comida a Milo como lo prometí y lo mejor fue que nadie lo notó. Con Dante siguen las cosas tensas pero creo que pronto se le pasará, en la tarde lo encontré en mi habitación con Milo, éste intentaba mover la silla de Dante con la mente. Ese chiquillo de las arregló para subir la silla en el pequeño ascensor, obviamente tuvo que doblarla pero luego de eso lo hice regresar a su cuarto junto con su feo gato. Milo comió toda la comida que llevé para él y me dio las gracias muchas veces. Pero ahora tengo un problema, está anocheciendo y Ruy pidió para quedarse en la casa por unos días. Claro que mis abuelos aceptaron pero... ¿Dónde dormirá él? Creo que tiene intenciones de quedarse en mi habitación. No puedo permitirlo porque Milo está allí. Aunque tengo una idea.

–¿Puedo pasar? –pregunta Ruy al estar en la entrada de la casa. Por todo lo que hicimos juntos, olvidé de hacerle un recorrido pero mañana será.

–Claro, muchacho. Prácticamente eres parte de la familia. –dice mi abuelo dándole unas palmadas en la espalda con una sonrisa radiante en su rostro. Él está mucho más feliz porque la abuela ha mejorado un poco y todos nos alegramos por eso.

–Lian. –él me llama cuando estamos subiendo las escaleras, me detengo para voltear y mirarlo curiosa –¿Podría quedarme en tu habitación? –lo dijo suavemente y en voz baja. Que tierno, le da pena.

–Si. –asiento con la cabeza. Por alguna razón su rostro se vuelve muy rojo. ¿A caso se sonrojó?

–N-No quiero que piensen... q-que soy un-un aprovechado. Digo, no dormiremos en la misma cama. ¿Cierto? –suelta una risa nerviosa –¿Cierto? –repite al verme sonreír de lado.

–Tranquilo. –respondo cuando continuamos subiendo. Al llegar a mi habitación, yo fui la primera en entrar para ver si todo estaba en orden como lo dejé. Quité los ajos de la puerta para que Ruy no crea que estoy loca y las trenzas de la ventana las cubrí con las cortinas, no tuve tiempo de quitarlas.

–Pensé que el ático sería tétrico y frío, pero tu habitación es linda. –comenta él cuando da unos pasos por el estrecho pasillo hasta llegar a la cama que está a la derecha –Tu perfume está en todos lados. –agrega mientras mira la habitación fugazmente hasta que sus ojos se posan en mí.

–¿Te molesta? –pregunto bajando la mirada por un momento. En eso siento sus brazos a mi alrededor y él levanta mi mentón lentamente para que lo mire a los ojos. ¿Cómo llegó tan rápido? ¡Que importa! Me encanta sus ojos claros, son de un verde profundo. Como los de Jana, simpre estuve celosa de su color de ojos.

–¿Molestarme? –Ruy lleva un poco de mi cabello hacia atrás sin despegar la mirada de mis ojos –Me encanta. –susurra juntando nuestras frentes por un momento. No puedo evitar cerrar los ojos mientras me concentro en su cercanía y en las caricias que me proporciona con sus manos. Me siento en el cielo. Pero soy obligada a abrir los ojos cuando él de separa de mí, creí que me daría un beso pero me equivoqué.

–¿Qué? –pregunta él mientras sonríe de forma juguetona en respuesta al ceño fruncido que le dí.

–Nada. –niego mirando a un lado. Si no quiere besame está bien.

–Oh, vamos Lian. No te pongas así. –Ruy suelta una risa y deja varios besos sobre mis labios pero, al notar que no correspondo, se detiene –Sólo estoy bromeando. Por favor, me encanta tus besos.

–No me gustan esas bromas. –hablo dando unos pasos hacia adelante. Ahora yo estoy jugando con él. ¿Qué te parece eso Ruy?

–Deja de mentir, me amas. –él da unos pasos hacia mí para luego sostenerme de la cintura. Suelto un chillido por reflejo para luego reír, me hace cosquillas. Ruy retrocede y cae sobre la cama conmigo en sus brazos, continuamos riendo hasta quedar sin aliento, yo me acomodo mejor estando sobre su pecho –Creo que me saqué la lotería, tengo a la novia más linda, coqueta, sexy y tierna de todas. Pero más sexy. –remarca subiendo y bajando las cejas. Tonto.

–Ya basta. –me quejo. Trato de esconder mi rostro pero él me toma de las mejillas.

–Te hice sonrojar. ¡Mi venganza está cumplida! –suelta una risa de maniático. Eso me hace rodar los ojos y lo callo dándole un beso en los labios. Es lento al principio pero yo le doy un poco más de pasión. ¿Qué hice para merecer un novio tan perfecto? No me importa, nadie nos separará.

Continuamos basándonos pero ahora yo estoy bajo él, Ruy toma el control de la situación, creo que su orgullo no le permite aceptar que yo lleve las riendas. Se sostiene con un brazo mientras que nuestras lenguas exploran la boca del otro, dando pequeñas pausas para recobrar el aliento. Estoy tan sumergida en el beso que apenas noto que una mano de Ruy acaricia mi vientre por debajo de la ropa, lo hace con cuidado y delicadeza. La música de fondo es perfecta para el momento y los pétalos de rosas que rozan mi piel son tan suaves.

Un momento. ¿Música? ¿Petalos de rosa?

Me separo rápidamente de Ruy cuando veo a Dante en la habitación, está dentro del ascensor pequeño y arroja pétalos, creo que también puso la música de fondo –¡¿Qué haces aquí?! –le pregunto poniéndome de pie, jamás he estado tan molesta con Dante hasta este momento.

–Vine para asegurarme que la pareja tenga su gran momento especial y que sea perfecto. Perdón por interrumpir, yo ya me iba. –habla rondando los ojos y termina de arrojar los últimos pétalos. ¡Niño malcriado y metiche!

–¿Dónde está Milo? –le pregunto en voz baja. Lo envié a su cuarto para que Ruy no lo vea.

–Sheldon lo cuida. –comenta susurrando –Más te vale que no te vuelve a encontrar así con éste. –me amenaza fruncido el ceño.

–Lárgate. –cierro la puerta con fuerza y lo escucho reír porque ya cumplió con su cometido.

–Creo que deberíamos dormir. –Ruy toma una manta y almohada, dormirá en el suelo.

–No hace falta, hay espacio en la cama. Después de todo, sólo vamos a dormir. –digo rápidamente. Él no se negó a mi petición y dormimos abrazados durante toda la noche.

El Dueño De LobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora