Capítulo 28.

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~"Un Amigo Conoce La Canción De Tu Corazón Y Te La Canta Cuando Se Te Olvida"~

Me quedo mirando embobada, sin respuesta alguna, es que me resulta imposible, un sueño.

—¿Prueba o Verdad?—me dice intentando no reírse, porque seguramente tengo que tener una cara de empanada.

—Ve…verdad…—le digo.

—¿Quién es el mejor amigo del mundo mundial?—me dice riéndose, y abriendo sus brazos para recibirme.

—¡Túú!— digo lanzandome encima suya. Me da vueltas por el aire mientras reímos, sé perfectamente que estamos montando una escenita en medio de un bar, pero que más da, llevo sin verle un año, sí puede parecer que en cierto modo sea poco tiempo, pero para mí ha sido un verdadero infierno.
Me baja al suelo, pero sin romper nuestro abrazo.

—¿¡Qué haces aquí!?—le digo atrapando su cara entre mis manos.

—He venido a ver a mi princesa.— me dice antes de lamerme un dedo, lo que provoca que retire las manos de inmediato.

—Que asco.—le digo, limpiando mi mano en su camiseta.—Te presento a Sam, John, Fred… y Amanda. Chicos, él es mi mejor amigo Henrik.

Se saludan todos mutuamente, aunque Amanda se demora demasiado en soltarle la mano en el saludo, «todavía le tiro el servilletero a la cabeza.»
Pasamos el resto de la cena, con anécdotas divertidas de cuando éramos pequeños, de los ligues de Henrik «idea de Amanda, no mía». Y nos reímos demasiado con la historia de la primera cita desastrosa que tuvo con su ex novia.
Recuerdo muy bien, todos los consejos que le podía llegar a dar a lo largo de un solo año de instituto, no es que sea un mujeriego, pero es muy impaciente y quiere encontrar a la ideal lo antes posible.
Siempre ha llamado la atención femenina, no es un chico que pueda ser ignorado.
Castaño, casi moreno, ojos marrones, buen físico y aunque desde fuera pueda parecer duro, en verdad es un amor literalmente, es muy cariñoso con las personas.

—Bueno, yo me voy a ir. Ha sido un placer muchachos, nos vemos ¿Me acompañas a casa bomboncito?—dice Amanda despidiéndose de todos, y cogiendo a Raúl de la mano.
Ellos dos se marchan, y ya quedamos menos en combate.
Los chicos han ido a por más copas, mientras que Henrik y yo nos quedamos en la mesa.

—¿Y ese tal Scott, del que tanto me has hablado?—me dice susurrando.

—Te lo dije, ni idea, se ha tenido que ir por no se que asuntos familiares, llevo una semana sin saber nada de él.— le digo. Se queda pensativo por un momento.

—Es cierto me lo contastes, lo siento tengo mente pez.—dice encogiendose de hombros.—Bueno, al menos dime que te has fijado en el rubio que te está comiendo con la mirada.— me dice mientras me hace señales con la cabeza.— no hagas la niña del exorcista, se disimulada.

—Soy disimulada, besugo.

—Eso no te lo crees ni tú, al lado de la puerta del baño, está al lado de la puerta del baño, camiseta azul.—me dice entre dientes.

—Marujo.— me levanto de la silla, con dirección al baño, al menos había excusa para pasarme por ahí. Llego al supuesto sitio donde se encuentra el chico, y choco contra alguien. Levanto la vista, para encontrarme con sus ojos verdes.

—¿Scott?

Hola mis devoradores de libros.
¿Qué tal os va todo? Espero que bien.

Esta sería la portada de mi nueva historia

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Esta sería la portada de mi nueva historia. Estoy trabajando en ella, y pienso dedicarle bastante tiempo, para que salga lo mejor posible. Todavía no la he publicado, estoy en ello estoy en ello.
Como siempre un voto ayudaría.
Un besazo y hasta la próxima.😘😘

En el reflejo de mis ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora