—¿Cómo es posible que un gimnasio permita este tipo de cosas?—dije sin aún creérmelo.
—Una respuesta fácil y sencilla.—me dice John colocándose al lado mía.—dinero.
Oímos un ruido de una moto, yo sabía quién era así que levantando la mano, Henrik aparcó al lado de la camioneta.
Y vino al trote con nosotros.—¿Cuál es el plan?—dice colocándose el pelo.
—¿Él también viene?— salta renfunfuñando Sam.
—Te lo creas o no, este también es mi mundo moreno.—le contesta.— ¿como te crees que nos conocimos Noah y yo?
—Ya basta de rabietas de críos. Que ninguno se separe del grupo, en piña unos atentos de los otros. Cogeremos un buen sitio por el que podamos, por suerte acceder fácilmente al ring en caso de que Scott esté en peligro. ¿Entendido?—digo abriendo la puerta. Todos asintieron y me siguieron.
El lugar estaba abarrotado de gente, era increíble como había cambiado el aspecto de aquel lugar en apenas unas horas.
Siempre estaba todo colocado y se mantenía limpio, cada máquina colocada con sumo cuidado y dividido en secciones dependiendo de la zona que quieras trabajar.
La zona del ring siempre estaba cubierta por pasillos totalmente al descubierto de trastos, por si había algún accidente y tenían que llevarse alguien de esa zona.Ahora todo estaba irreconocible, el lugar alrededor del ring los ocupaban sillas y sillas donde los hombre se sentaban y boceaban discutiendo por quién ganará el combate, todos aquellos pasillos de seguridad habían desaparecido para dar solo a dos por los que los luchadores deberían pasar. Aquella iluminación tan buena causadas por los grandes ventanales y los focos de luz artificial que adornaban el techo habían desaparecido. Unos grandes trozos de tela raidas tapaban la poca luz que podría pasar de la calle a la una de la madrugada, y los focos que daban gran cantidad de luz habían sido reemplazados por otros que daban paso a una luz lúgubre y casi muerta, dando como resultado que el lugar te pusiera los pelos de punta.
Mis músculos se contraian y relajaban cada paso y respiración que daba, la sensación era familiar, la mente en blanco, los músculos tensos, la respiración calmada y el corazón agitado, la boca pastosa, y sobre todo la mirada pérdida.
Si no tuviera esta quemazon en el pecho indicandome que algo de esto no iba a salir bien, mi mente ya habría formulado una frase, que en muchos años he temido volver a pensar y sobre todo de decir. «Bienvenida a casa.»Indiqué a los chicos un lugar muy cercano a uno de los pasillos por los que se suponía iba a salir o Scott o su contrincante. Nos sentamos todos en la misma fila, yo entre medias de John y Henrik, me han intentado convencer de que no interviniera en ninguno de los casos, pero quieran o no, sé de boxeo y de este mundo tanto o más que ellos, y sé lo que tendríamos que hacer en cada caso.
Esperamos quince largos y agonizantes minutos antes de que el combate empezara, ya habían sentado a Fred y Sam varias veces por pillarlos intentado colarse en los vestuarios, que por lo visto el imbécil de Peter había cubrido por guardaespaldas bien formados.
Todos los hombres en la sala se levantaron de sus asientos y empezaron a abuchear a una gran figura que se hallaba en el centro del ring. Levanté aún más la cabeza para poder divisar de quién se trataba, y cuando por fin logré ver de quien se trataba, simplemente se me cortó la respiración.El contrincante de Scott se hallaba en el centro del ring como si se tratara de un animal enfurecido, tenía grandes tatuajes repartidos por todo el cuerpo, y una gran musculatura y altura haciendo que su aspecto fuera demasiado amenazador.
El árbitro del combate señaló el pasillo pegado a nosotros y los hombres empezaron a animar.
Peter salía levantando las manos animando al público a que gritara y aplaudieran aún más de lo que lo hacían.
Dos hombre grandes y vestidos de negro le siguieron y dieron paso a Scott.
Tenía tensa la mandíbula el pelo despeinado y el cuerpo cubierto por un albornoz, su mirada chocó con la mía y pude ver las grandes bolsas moradas que tenía debajo de los ojos. Le negué con la cabeza para que se rindiera, que no lo hiciera. Simplemente recibí un "lo siento muñeca" vocalizado y su puesta en marcha hacia el ring.Hola mis devoradores de libros.
Creo que estos episodios de ahora en adelante van a estar cargados de nuevos sentimientos, tanto amargos como dulces.
Espero que os estén gustando.
Como siempre un voto ayudaría.
Un besazo y hasta la próxima.😘😘
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En el reflejo de mis ojos
Teen FictionTodo sucede por algo, el destino es así, nunca sabrás lo que te va a deparar. Sólo sé que pase lo que pase él es y será siempre el reflejo de mis ojos.