Capítulo VII: Una dolorosa despedida

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Muy al sureste, alejado de todos los otros reinos se encuentra un maravilloso lugar, la tierra de las Lumen Oris conocida como Sideris, en ella hay una gran cascada que nace cerca del estrecho de las sirenas conocido como el Fretum que muere en un gran estanque muy al oeste en la tierra de los gigantes de piedra, sus aguas son cristalinas y reflejan el azul del cielo como un gran espejo que se mueve sin parar a un ritmo suave y delicado dentro de sus cauces entonando una melodía endulzante al oído y tranquilizante para el cuerpo, un respiro para el alma.

En ella, Hellen acostumbraba caminar por los bordes o por encima del agua dejando conducir sus pies al ritmo del agua hasta donde se forma un pequeño estanque que da descanso al paso de sus aguas, se encuentra un poco después de un gran estrecho al que llaman la garganta de la cascada.

Era el otoño, la primavera había muerto, el verano dormía, los arboles oscurecían sus hojas soltándolas al aíre, dándoles libertad de tapizar en amarillo y café otoñal los suelos, el otoño sonreía cálidamente con los rayos naranjas del sol del atardecer cuando Hellen daba uno de sus acostumbrados recorridos por la cascada, se había escapado de su guardia personal que estaba a cargo de su salud, debido a que desde el sitio de Regis Venti en el incidente de la Ciudad Oscura no recuperó del todo su fuerza y salud, siempre menguando desde entonces.

Mientras caminaba sobre el agua sus fuerzas la abandonaron por completo, como el sereno cae sobre el pasto y las flores, así cayó Hellen sobre el agua, los nenúfares la acogieron entre flores blancas, rosas y amarillas llevando el cuerpo hasta la orilla y sus cabellos se fundieron con el agua ondeante, su vestidura en color salmón claro se tornó blanca y amarilla tomando la forma como si un nenúfar la revistiera, en su rostro claro una sonrisa fiel dibujada como si ya esperara a la muerte, la recibió con las manos extendidas regalándole una sonrisa.

El viento sopló llevando entre sus alas una amarga noticia a todos lugares, no tardaron en llegar los señores de cada ciudad, el Sauce Blanco, Anvel, Montanea, Regis Venti, Escondida, Áurum, Bosque esmeralda y los centauros del Bosque de las Ilusiones acudieron ya avanzada la tarde conmovidos por la muerte de la más grande y poderosa criatura sobre la faz de la tierra, la hermosísima Hellen señora de las Lumen Oris.

Arbora Vésperi había permitido la entrada a los magos y elfos, los Ventus tenían acceso total a la ciudad.

—¿¡Cómo permitieron que mi señora Hellen saliera sin ustedes!? —Dijo Arbora triste y molesta a la guardia real que estaba conformada por doce hermosas Lumen Oris.

—Mi reina Arbora, le suplico que nos perdone, la reina nos pidió que la dejáramos dar un paseo a solas, nosotras nos negamos, pero con su poder no nos permitió oponernos. —Dijo una Lumen, al parecer era el jefe de la guardia de la reina.

—No quiero escusas, ya está hecho, así debía de ser. —Dijo Arbora Vésperi con lágrimas en los ojos, el dolor abrazaba su ser.

Todos los señores reunidos frente al cuerpo ya sin vida de Hellen lloraban su muerte tan repentina, las Lumen Oris entonaban una melodía triste junto con el trinar de las aves que también lloraban la muerte de su reina, un lamento por Hellen.

Handelle enfurecido por el dolor del deceso de la mujer que amó desde que la vio, hizo correr descontroladamente las aguas de la cascada donde cayó Hellen haciendo brotar las piedras que revestían el fondo y la fuerza del agua les dio un filo gris, todo en tan sólo un instante. Se le dio el nombre de los rápidos de Handelle, Andelian lo tomó del hombro y le dijo —Ten calma Handelle, todo estará bien, entiendo tu dolor.

-¡Ella se ha ido! Nos ha abandonado, me ha dejado sólo. -Dijo Handelle con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta.

—Se ha ido, tienes razón, pero no nos ha dejado solos, ella siempre vivirá en nuestros corazones así como su bendición siempre estará con nosotros. —Dijo Andelian con voz segura y reconfortante.

EL CETRO Y LA GEMA. La SagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora