Capítulo 17

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SEGUNDA PARTE

***Narradora***

Los siguientes días a Jack le dificultaba ponerse de pie, la gran herida de su torso le impedía realizar ciertas actividades. Hiccup o Flynn le ayudaban a ponerse de pie y el solo a paso lento tomaba sus duchas, con ardor hacia sus cicatrices.

Hiccup y Flynn eran quienes salían para conseguir alimentos y robar dinero de bancos o personas, este procedimiento lo hacía encapuchados con cubre bocas de telas y lentes de sol de motocicletas con goma aferrados a la cabeza, así podrían ocultar sus rostros.

Aparte de ser prisioneros fugados, no querían que se rumoreara que se habían fugado a Nueva York.

Ahora mismo Jackson estaba sentado en la mesa de la cocina del departamento. Mirando hacia la ventana frente al lava platos, mirando el cielo, con ganas de poder salir volando y huir lejos, huir hacia su solitaria vida, pero era imposible.

Su vida antes se la pasaba encerrado, antes se la pasaba viajando a los lugares del mundo donde quisiera, rentado pequeños departamentos y robando dinero y joyas por las noches, sin causar mucho daño a nadie.

-Oye albino – Entra Flynn con Hiccup llenos de bolsas de comida – Traemos el desayuno.

Hiccup se apartó la cachucha con los lentes de sol, y Flynn se apartó la capucha de su sudaderas y los lentes de marco negro sin aumento, todo para no verse sospechosos.

Jack se levantó con lentitud y torpeza, Hiccup le ayudó con una mano en su brazo, pero Jack con su mano libre apartó la de Hiccup.

-Yo puedo – Murmuró – He estado peor.

-Como quieras –Contestó Hiccup.

En ese momento, del otro lado del mundo, en el Polo donde se encontraba hecha pedazos los edificios de Guardianes, había gente que aun escavaba para encontrar a quien se quedaron bajo los destrozos y la nieve. Ya algunos sólo eran los cuerpos.

En las profundidades de la nieve y escombros del edificio general, del más gran de Guardianes, los escombros más hundidos se removían, entre tanta oscuridad, apenas y podían quitar de su camino la nieve.

-Vamos Chimuelo – Dijo Merida quien empujó con fuerza un escombro alto con ayuda del dragón.

Estaba muy descuidada y débil. No se alimentaba de nada más que la nieve y el hielo que encontraba. Para no morir del frío, Chimuelo comenzaba a generar calor de su garganta y de su cuerpo para así Mer se recostaba sobre él.

-No.......No pienso morir aquí – Mer comenzaba a escavar con sus manos la nieve debajo de ella. Si no podía salir a la superficie podría crear túneles.

Chimuelo prendió levemente las luces azuladas de su cuerpo y comenzó a calentar su garganta.

Le proporcionó luz a la pelirroja y así el también escarbaba veloz mientras derretía con lentitud la nieve a su paso, si derretía de más podría crear una ligera inundación con el poco espacio y aire que tenían.

Así que comenzaban a hacer un túnel con un ligero charco en el suelo.

-Vamos Chimuelo, yo te sigo – Chimuelo llevaba la delantera, ya que él era el veloz y fuerte para realizar la excavación.

En ese justo momento pero en las calles de Londres estaba una joven delgada, vestida de ropas grisáceas, con un capucha de su sudadera gris y cubierta de la cara por telas, donde debería ir sus ojos tenía unos lente de vidrio polarizado, por lo tanto era de espejo, para así no dejarse ver ni los ojos.

Escuadrón SobreNatural. Primer libro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora