CAPÍTULO 1

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Todo se encuentra oscuro en la habitación en la que estoy, no logro ver nada, no hay algún espacio por más mínimo que sea por el que se logre filtrar algún rayo de luz, no hay ningún objeto dentro de la habitación que emane luz, a no ser que no esté encendido.

Por instinto, me acerco a la pared más cercana a mí, tanteo con mi mano por toda la pared, esperando encontrar el objeto que necesito en estos momentos. Una sonrisa amplia se asoma por mi rostro al encontrar lo que tanto estaba buscando. Presiono el interruptor y una fuerte luz blanca ciega mis ojos en el proceso en el que se enciende. Por inercia, llevo mis brazos a la altura de mi rostro y con los antebrazos cubro mis ojos de aquella luz.

Alejo mis brazos de mi cara, regresándolos en un lento y delicado movimiento a su posición original a mis costados. Mi ceño se frunce cuando la luz vuelve a rozar mi vista mientras mis ojos se abren de par en par. Gracias a la ceguera que me dejó la luz en el primer impacto con mis ojos, veo todo borroso, solamente veo una mancha frente a mí decorada de diversos colores suaves, e incluso puedo llegar a adivinar de que se trata de alguna persona, más específicamente un hombre, su silueta lo delata.

Espero un momento a que mis ojos mejoren su condición. Poco a poco la figura de colores va tomando forma. Es una persona muy parecida a... ¿Holland?

—¡Ah! —suelto un grito, mejor dicho un fuerte chillido, como toda la fangirl que soy —¡Oh por Dios! ¡Joder! —chillo la última frase repetidamente al no poder creer lo que mis ojos ven. Quizás es una alucinación, o un juego pesado que me juega mi mente. Lo primero que se me ocurre es pellizcar mi brazo. ¡Lo sentí!

Lo que significa que no es una alucinación.

—Vale, Soohae, tienes que relajarte —me digo a mí misma, intentando calmarme —, sé que tu sueño más preciado de conocer a esta belleza de hombre se ha vuelto realidad, pero tienes que calmarte. Quizás es una trampa... ¡A la mierda! —exclamo luego de unos segundos de silencio.

Corro rápidamente hacia aquella persona que es mi amor platónico y que está a tan sólo unos metros de mí mientras le digo —grito— lo mucho que lo aprecio. Me muevo de un lado a otro como loca, según yo tratando de controlarme antes de llegar a él para no tener que asustarlo y hacerlo huir de mí. Hasta que luego de un par de minutos —por fin— logro controlarme.

Una gran sonrisa se apodera de su rostro, misma que se me contagia y me obliga a acercarme lentamente a él, quien se halla posicionado en el centro de la habitación, como todo diamante que llama la atención en medio de una exposición, hasta parece que emite luz propia. Es tan hermoso, ninguna persona famosa se puede comparar a él, al amor de mi vida. Sigo acercándome a él con mucha lentitud, quizás porque estoy conpletamente cautivada por su belleza.

Tomo su rostro entre mis manos con suma delicadeza y lo observó detenidamente. Escucho que de sus labios emana un extraño sonido que me obliga a posar toda mi atención en ellos. Acerco mi oído a ellos y escucho claramente lo que parece ser un... ¿Gemido?

Abro mis ojos de golpe, lanzo un leve gruñido de frustración al aire que se ahoga en la oscuridad de la habitación, mi habitación. Toda la tranquilidad y la paz que se había apoderado de mi ser se esfuma de golpe. No creo que a nadie en su maldita vida le agrade el ser despertado de uno de sus mejores sueños por culpa de los puñeteros gemidos de una prostituta, aunque creo que a la pobre chica no le dan nada a cambio de sexo, así que supongo que esa debe ser una de las tantas zorras que Namjoon se folla todos los benditos días.

¿Quién es Namjoon? Oh cierto, no les he contado nada de la historia que hay detrás de esta historia.

Mi nombre es Lee SooHae, una chica de veinticuatro años que viene de una familia de mucho dinero, guapa, sin pelos en la lengua para decir las cosas, madura, soy amante a la moda y, por muy irónico que parezca, soy toda una niña cuando se trata de mi cantante favorito, Holland.

ESPOSOS CON DERECHOS;️ K. Namjoon ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora