CAPÍTULO 25

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Viernes por la noche.

Yoongi y Jimin me han invitado a salir con ellos a alguna discoteca de la ciudad.

Pasé todo el día sin poder decidirme entre ir y no ir, pensando en que posiblemente a Namjoon le iba a molestar el que yo saliera a disfrutar una noche con mi folla-amigo —como le dice mi querido marido— y otro gay, o el que le molestaría el que yo quisiera salir cuando hace poco fue la muerte de su padre.

Y en medio de mi preocupación llegué a preguntarme por qué me importaba tanto lo que Namjoon pensara sobre mis acciones cuando nunca me ha importado aquello en lo absoluto. Y termino preocupándome por mí, mi comportamiento y mis sentimientos que ultimamente están haciendo de las suyas.

No creo poder seguir ignorando la forma en la que me emociono cada vez que me recoge en el trabajo y me invita a cenar a algún restaurante o cuando él prepara la comida para ambos con tanta pasión y delicadeza, tampoco puedo ignorar el pequeño —casi imperceptible— sentimiento de felicidad que me invade cada vez que cuando estamos dormidos en medio de sus sueños me atrae hacia sí o me abraza.

Me hace sentir que necesita de mí, y eso me gusta a la par que me asusta.

No logro comprender del todo lo que está sucediendo entre nosotros, y creo que Namjoon está tan confundido como yo a pesar de que ninguno comente nada al respecto. Sé que cuando se queda callado y observándome con el ceño fruncido es porque está buscando alguna respuesta a aquellos interrogantes que cruzan su mente y que por obvias razones parecen tener que ver conmigo.

Me frustra el hecho de no comprender qué sucede conmigo y con Namjoon, y no puedo evitar preocuparme con la situación porque no sé qué pasará en cuanto logre descubrir lo que está pasando.

Luego de pensarlo durante un rato, termino aceptando la invitación de los chicos.

Observo la hora en mi teléfono y veo que son casi las siete de la noche, así que decido apresurarme y arreglarme lo más rápido posible. Namjoon llegará dentro de un par de horas y no quiero que me encuentre en casa para evitar preguntas y quizás regaños. Le escribo a Yoongi, avisándole que voy a llegar mucho más temprano de la hora acordada sin darle explicación alguna, no quiero que empiece con sus comentarios llenos de burla hacia mi relación con Namjoon. Él me responde diciendo que va a cocinar extra para darme cena.

Tomo una ducha rápida y desfilo en toalla por toda mi habitación mientras escojo la ropa, los accesorios y los zapatos que me voy a colocar hoy.

En cuanto logro ponerme deacuerdo conmigo misma, decido cambiarme, pero luego opto por cambiar mi falda acampanda por una larga, para luego quedar disconforme con la blusa que llevo y termino cambiándola por un crop top. Me siento en en la silla frente al tocador y me pongo los botines negros mientras observo entre mis maquillajes y recreo una imagen en mi mente.

Pasan varios minutos caundo por fin termino de maquillarme y de hacer ondas en mi cabello.

Vuelvo a observar mi teléfono y me alarmo cuando veo que son pasadas las ocho y treinta. Namjoon llegará dentro de poco. Me apresuro por bajar las escaleras y llegar hasta mi auto para emprender mi camino a casa de Yoongi.

Mi amigo me recibe con una pequeña sonrisa para luego susurrar que me veo guapa a la vez que con un gesto me invita a pasar a su casa.

—Yo siempre me veo guapa. —ante mi respuesta, Yoongi me observa con aquella expresión que dice que está cansado de mí, y luego de chasquear la lengua se dirige a la cocina para servir la cena.

Sonrío al ver que es samgyeopsal acompañado de arroz.

—A juzgar por tu hora de llegada —comienza a hablar una vez nos sentamos en la mesita ratona de la sala a comer —, supongo que peleaste con Namjoon por querer divertirte un viernes por la noche. —río entre dientes mientras envuelvo un trozo de carne en lechuga y no me digno a responder hasta que por fin logro tragar.

ESPOSOS CON DERECHOS;️ K. Namjoon ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora