CAPÍTULO 2

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Golpeo la pared a mi espalda, la misma pared que divide mi habitación de la de Namjoon. Estoy siendo un poco sutil para que por lo menos le bajen el tono a su voz... Bueno, gemidos; pero hacen caso omiso a mi sugerencia "silenciosa" así que opto por volver a golpear la pared, esta vez más fuerte, acompañado con un grito.

—¡Maldición, Namjoon, estoy tratando de dormir! ¡Pero sus jodidos gemidos no me dejan! ¡Ya bajenle al tono, no todo el mundo debe enterarse que estás teniendo sexo!

Los gemidos se dejan de escuchar al instante en el que empiezo a gritar. Durante un minuto pienso que por fin se callarán, pero al instante vuelven, lo que provoca que mi vena de la paciencia esté a punto de estallar.

Saco mis piernas de la gran cama mientras alejo las sabanas con brusquedad. Apoyo mis pies descalzos sobre el frío piso, ignoro los escalofríos que me recorren el cuerpo ante el contacto de diferentes temperaturas y me levanto con la ira creciendo en mí. Arrastro mis piernas por la habitación oscura haciendo uso de mi memoria hasta llegar a la gran puerta que da al pasillo. Mis piernas se mueven con gran rapidez por causa de la rabia, y es que cómo no estar así con la bella alarma que Namjoon usó para despertarme.

Abro la puerta con mucha fuerza que llego a creer casi se desprende del marco. Salgo al pasillo y camino hacia mi derecha tomando como rumbo la habitación de donde provienen los gemidos. Mis manos están convertidas en puños y mi mandíbula está tensa, tanto que me duele.

Tomo el pomo de la puerta con fuerza y lo giro mientras empujo la puerta hacia dentro de la habitación. Entro hecha un demonio en persona, mi rostro de seguro que está rojo.

Lo primero que diviso es el cuerpo desnudo de Namjoon sobre el cuerpo de la zorra desnuda. Apenas los ojos de la chica dan con los míos empuja a Nam a su derecha y cubre con las sabanas su pálida figura, ignorando por completo que él casi cae al suelo, en otra ocasión me hubiera reído a carcajada limpia, pero no quiero dejar de lado la razón por la que estoy aquí. Nam al comienzo no entiende el porqué la chica realiza esa acción. Los dos me miran con sorpresa, pero pronto la expresión de él se vuelve a una de rabia. Me fulmina con la mirada y yo imito su acción.

—¿Qué mierda, Lee Soohae? —bufa.

—¿Qué querías que hiciera? No me dejaban dormir con sus asquerosos sonidos.

Suspira con hastío y se levanta furioso del suelo al que la chico lo arrojó segundos atrás.

—Jean —le habla a la pelirroja en su cama mientras se da la vuelta para quitarse lo que creo es un condón y lo lanza a un bote pegado a la pared—, vete. —susurra tratando de no perder la calma con ella, lo noto por cómo agarra el puente de su nariz. La chica lo mira confundida sin mover un solo dedo. —¡Que te vayas, maldición! —le grita tan fuerte que no solamente a ella ha asustado, sino que también a mí, pero en seguida vuelvo a mi papel de reproche.

La chica rápidamente se levanta y va tomando sus prendas que están regadas por toda la habitación. No se ha cambiado bien cuando ya la veo pasar por mi lado mientras sale de la habitación. Me fulmina con la mirada y yo le sonrío con burla mientras levanto mi mano y muevo mis dedos en su dirección en forma de despedida, una despedida llena de socarronería.

Cuando veo que la chica ya ha doblado por el pasillo giro mi cabeza en dirección a Namjoon y observo todo su cuerpo desnudo parado al otro lado de la habitación. Sus fuertes brazos, su pecho bien ejercitando, su torso no tan tonificado mostrando lo que son indicios de sus abdominales, sus muslos no tan gruesos pero con músculos marcados, y su grande erección que aún no ha desaparecido luego de haber arruinado aquel momento de "intimidad". Al ver lo último me muerdo inconscientemente el labio inferior.

ESPOSOS CON DERECHOS;️ K. Namjoon ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora