CAPÍTULO 9

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Aplico un trazo más del labial carmesí que he escogido en mis labios y observo mi reflejo en el espejo. Agrego un poco de perfume antes de escoger un collar de entre mis joyas. Acomodo el objeto sobre mis clavículas para posteriormente peinar mi cabello —el cual he rizado en mis puntas—, encargándome de que quede a medio lado y que caiga en su totalidad sobre mi hombro derecho.

Aseguro las correas de mis zapatos de tacón y me pongo sobre mis pies, sintiendo cómo mi vestido rojo cae hasta un poco más abajo de mis tobillos, para luego salir de mi habitación y bajar las escaleras hasta la planta baja en donde Namjoon probablemente ya me está esperando.

Veo a mi cónyuge, acomodado sobre el sofá, conversando con su secretario, asistente personal y casi mejor amigo, Kim Seokjin.

Namjoon está vestido con un traje negro a excepción de su chaleco, su corbata y algunas decoraciones en su chaqueta que son de un color plata y en lo único en que puedo pensar es que se ve sexy; su traje no convina en lo absoluto con el mio como normalmente lo usarían las parejas. Una vez le comenté que deberíamos hacer eso de combinar nuestra ropa en eventos elegantes para que las personas no comenzaran a sospechar como de seguro ya lo estaban haciendo, pero a él le importó poco y sólo me respondió con un seco e indiferente "no como de lo que las personas hablen de mí, de ti o de nosotros", y tiene toda la razón, pero yo sólo quería darle otro punto creíble a nuestro falso matrimonio.

Por otro lado está Seokjin, quien viste un poco más simple con un traje y moño negro y una camisa blanca, dándole un aspecto un poco tierno e inocente pero que sin duda lo hace ver guapo.

Seokjin siempre me ha llamado la atención gracias a su extraordinario físico y personalidad. Tiene un rostro que incluso hasta yo envidio y unos labios extremadamente provocativos que nadie puede resistirse a la tentación de besarlos. Aunque a mí me ha tocado resistirme a ello y a mis osados pensamientos.

Vaya que desde que conocí a Seokjin siempre he querido saber cómo es él en la cama, pero dado a que es el secretario y amigo de Namjoon me ha tocado reprimir mis pensamientos y deseos hacia aquel hombre. Bueno, en realidad no es porque sea amigo o secretario de Namjoon, más bien es porque conoce nuestros círculos sociales y nuestras familias y en caso de que llegue a tener un enredo con él puede que suceda, en el mejor de los casos, que Jin lo interprete como que le pongo los cuernos a Namjoon o también se entere de toda nuestra farsa, y, en el peor de los casos, que vaya contando por todos lados nuestro supuesto matrimonio y que se nos caiga la farsa que hemos estado construyendo durante un año y diez meses frente a nuestras familias y el resto del mundo. No quisiera ser noticia nacional.

—Señora. —Seokjin se pone de pie en cuanto me ve, interrumpiendo rápidamente su conversación con Namjoon y haciéndome sospechar un poco, y hace una reverencia en mi dirección.

—Secretario Kim. —respondo a su saludo con un leve asentimiento de cabeza y una pequeña sonrisa sin mostrar mis dientes dibujándose en mi rostro. —Cariño —saludo a Namjoon con una amplia sonrisa muy bien fingida y me acerco a él para dejar un corto beso en sus labios. Esto de actuar se me está dando muy bien.

—Amor... —Namjoon me regresa el saludo y toma de mi mano para sentarme a su lado poniendo nuestras manos juntas en su regazo mientras yo me cruzo de piernas y me pego a él siguiendo su actuación.

—¿De qué hablaban? —pregunto sin poder contener mi curiosidad.

—Oh, Seokjin me contaba sobre un pequeño percance que hubo en la empresa, pero ya se solucionó todo.

—Ah... —asiento en su dirección, haciéndole creer que me he comido todas sus palabras, pero aún así algo me dice que me ha mentido. —Namjoon-ah, se nos está haciendo tarde.

ESPOSOS CON DERECHOS;️ K. Namjoon ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora