ESPOSOS CON DERECHOS;️ K. Namjoon ✔

CAPÍTULO 14

¿Por qué el ver su rostro lloroso me causa el mismo sentimiento de tristeza y agonía a mí?

En cuanto aquellas palabras se deslizan por sus labios, mi corazón se salta un latido para reanudar su marcha con una velocidad un tanto desenfrenada. Sería imposible el no haber reaccionado de dicha manera cuando sus palabras han resultado tan sorpresivas para mí, cuando es la primera vez que le escucho decir aquél tipo de palabras dirigidas hacia mí, y en general hacia el resto del mundo.

Él es quien siempre mantiene una filosofía de vida basada en no depender de nadie de ninguna manera, y que no necesita aferrarse a alguien o a algo para poder salir a flote de cada uno de sus problemas, no importa de qué magnitud o ámbito sean. Nunca lo había visto tan destruido, es más, nunca lo había visto llorando, incluso, antes de que se presentara este inconveniente, llegué a pensar que posiblemente no tenía sentimientos, o que era lo suficientemente fuerte para nunca caer.

¿Qué tan grande es la piedra con la que se ha tropezado para tener una caída tan fuerte que le hace querer apoyarse en alguien para poder levantarse?

Lo veo separarse un poco de mí y levantar su mirada lo suficiente para conectarla con la mía. Sus ojos muestran dolor y suplica y el único brillo que hay en ellos es a causa de las lágrimas que sigue derramando como cascada, pasando por sus mejillas hasta descender a su mandíbula y caer al suelo.

—¿Por favor podrías abrazarme? —susurra en un hilo de voz y no puedo esconder mi sorpresa —Lo necesito... —su voz se rompe en un sollozo y no es hasta que tomo su nuca y lo atraigo hacia mí para abrazarlo que deja de mirarme y de sollozar.

Comienzo a acariciar las hebras de su cabello con la confusión aún en mi pecho. No puedo parar de preguntarme qué es lo que ha pasado? ¿Por qué Namjoon está así? Y justo cuando estoy decidida a preguntarle para sacarme de dudas mi teléfono suena, avisando de una llamada. Suelto a Namjoon y él al instante se aleja de mí, regresando a la posición en la que estaba cuando lo encontré minutos atrás. Lo observo por unos minutos con algo de lástima para luego dirigir mi vista a mi bolso para buscar mi teléfono. Capto el nombre de la madre de Namjoon en el identificador de llamadas y al instante contesto.

—¡Soohae! —su grito me sorprende al instante —¡¿Sa-sabes dónde está Namjoon?! —observo al mencionado y regreso mi atención a la conversación. Ella no espera a que le responda y continúa hablando de una manera histérica —¡Salió de casa como un loco y no hemos dado...!

—¡Señora Kim! —le interrumpo —Él está conmigo... ¿Qué...? —dejo la pregunta al aire, esperando que la señora Kim sepa lo que intento preguntar.

—Dongseuk falleció esta mañana. —y, sin más, suelta un sollozo. Mi vista se dirige inmediatamente a Namjoon y cuelgo el teléfono para prestarle más atención a él.

Me acerco a su figura, y sin que él me lo pida lo atraigo hacia mí para abrazarlo, porque sé que lo necesita. Comienzo a acariciar lentamente su cabello y separo lo que se ha pegado a su frente para dejar un beso allí para confortarlo.

No, no lo estoy haciendo por amor, lo estoy haciendo por lástima hacia él, ¿no? Lo estoy mirando como si fuese un pequeño niño que ha perdido a su padre y que necesita alguien en quien apoyarse, ¿cierto? Sí, solamente es eso. Estoy ayudando a alguien que necesita y que ha pedido mi ayuda, y no tengo el corazón tan pequeño como para abandonarlo cuando más lo necesita.

—¿Puedes levantarte? —mi voz suena tan suave que me sorprendo a mí misma —Vamos al baño para que te des una ducha, Namjoonie.

Despego su cabeza de mi pecho y noto que su mirada ahora se encuentra perdida, pero sus lágrimas no dejan de descender. Es como si no se perteneciera de lo que está pasando a su alrededor, así que sin esperar a que él me dé permiso, pongo mis manos alrededor de sus brazos y hago lo posible por levantarlo, sin esperar que Namjoon me ayude en la tarea como si de un títere de tratase.