ESPOSOS CON DERECHOS;️ K. Namjoon ✔

CAPÍTULO 17

(Se recomienda leer la nota del final.)

Camino a paso lento, mirando fijamente cómo el asfalto pasa por debajo de mis pies de manera hipnotizante hasta llegar a una banca a unos cuantos metros del puesto de helados del que precisamente provengo.

Dos vasos algo grandes de helado de diferentes sabores se sostienen entre mis dedos durante todo el tiempo que conlleva mi trayectoria hacia Namjoon, quien se ha acomodado sobre una banca de piedra mientras observa a lo que parecen ser un par de niños jugando alrededor de un árbol.

Paso por delante de su mirada y tomo asiento a su lado, pasándole el helado de brownie que me ha pedido que comprara.

Cuando Namjoon prácticamente me obligó a ir con él minutos atrás, pensé que quizás me iba a llevar a algún lado como a algún restaurante para acompañarlo a comer o a cualquier otro lugar en el que pudiese distraerse. Sin embargo, gran sorpresa la que me llevé cuando con una sonrisa parecida a la de un pequeño niño —y cabe destacar que resaltaba sus hoyuelos en una actitud y una acción que tomé como manipuladora— apareció en su rostro mientras me miraba fijamente y me decía que quería comer helado. Y apesar de que sus palabras parecían como si me estuviese pidiendo permiso para hacerlo, él tomó la decisión solo aún cuando le decía que estaba cansada.

Un suspiro cansino se escapa de mis labios cuando la primera cucharada del helado de chocolate amargo que elegí para mí entra a mi boca.

Quiero lloriquear debido a que prefiero mil veces estar acostada en mi cama, intentando descansar, que estar aquí, comiendo un helado que aunque no es que me desagrade, no soporto mucho ya que me parece un tanto infantil... Y mi estómago tampoco es que lo soporte mucho que digamos.

Veo de reojo a Namjoon saboreando lo poco y nada que le ha quedado en su cucharita para volver a tomar un gran trozo del alimento que llega a sorprenderme el hecho de que no se le congele el cerebro. Pero bueno, Namjoon es todo un enigma para mí a pesar de que suelo decir de que lo conozco como a la palma de mi mano. Y llego a la conclusión de que así como lo conozco, muy irónicamente, no lo hago en realidad.

Suele ser predescible pocas veces y he logrado comprender y saber cuáles son sus reacciones y emociones ante algunas situaciones, pero no conozco nada sobre él. Nunca me he interesado por cuándo es su cumpleaños, o su comida favorita, o lo que le gusta hacer, cuáles son sus hobbies y demás. Nunca me he interesado por alguna de esas pequeñas cosas así como él tampoco se ha interesado en lo que me gusta. O al menos no hasta el día de hoy cuando propuso conocernos mejor a lo que yo le di una respuesta negativa.

Y de un momento a otro siento la curiosidad florecer en mí. Empero, la reprimo y decido meter un tema de conversación para distraerme de aquella sensación.

—Namjoon... —carraspeo ya que mi voz suena más ronca de lo normal —¿Podrías decirme por qué hemos venido aquí a comer helado?

—Mhmm —el no gira su cabeza para observarme en ningún momento, más bien se mantiene con la vista en los mismos niños de minutos atrás que ahora corren por la extensión del parque —... Pues no comí postre después de almorzar, así que aquí estamos. —sus brazos se abren y se alzan por encima de su cabeza
para luego dejarlos caer, dejando sus antebrazos sobre sus piernas. Mi comisura derecha se alza en una vaga y divertida sonrisa debido a su respuesta. No hay que ser lo suficientemente inteligente como para saber que su contestación ha sido una completa mentira.

—Claaaro... Ahora cuéntame la verdadera razón. —Namjoon suelta una corta risa y niega con la cabeza sabiendo que su "grandiosa" mentira que no le ha tomado mucho crear ha caído.

—¿No son ustedes las mujeres las que dicen que el helado ayuda cuando se está triste?... Pues quise comprobar esa teoría. —me quedo en silencio durante un par de segundos, analizando un poco sus palabras y no la razón que lo llevan a decirlas debido a que es más que obvio que se debe a su padre. Hago un sonido gutural en señal de asentimiento y suelto un suspiro en silencio mientras poso la cuchara sobre una de las bolas de helado que hay en el vaso.