Capítulo 5: ¡ABRE LA MALDITA PUERTA!

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Los tres nos dirigíamos a clase de arte, ya que la campana había sonado.

-¡Vamos, entren todos!- el maestro de arte parece muy emocionado.

Rosa se sentó con Armin. Y yo me tuve que, nuevamente, sentar en la única silla vacía. Junto al pelirrojo tierno.

-¡Hola!- le sonreí.

-H-hola...- se sonrojó.

El profesor entró en el aula.

-Hola a todos. Soy su nuevo profesor de Arte. Ya saben que pasó con el otro...- hubo un silencio incómodo- Bueno, para nuestra primera clase, quiero que pinten algo.- se oyeron murmuros- No se preocupen, no debe ser perfecto. Quiero que pinten que anda por sus mentes ahora. Al final de la clase los trabajos serán presentados. Tienes dos horas y media. ¡Comiencen!- se veía bastante ilusionado.

¿Pero que coño dibujaría yo ahora? Lo único que se me pasa por la cabeza es terminar de ordenar mi casa.

-¡Señor Patrick, reúna a sus alumnos y llévelos al gimnasio! ¡Es una emergencia!- la voz de el profesor Farrés estaba llena de pánico.

En el aula se formó un ruido insoportable, todos estaban aterrorizados.

- ¡C-CALMENSE POR FAVOR!- Castiel se paró enfrente de la clase.- Tenemos que salir de aquí, pero no lo haremos sin que mantengan la calma. ¡Chicas ustedes primero! ¡Alexy vé con ellas! ¡Vamos, vamos!- señaló la puerta.

Todas salimos de la clase directo al gimnasio. Alexy iba con cautela delante de nosotras. Aunque no se sabía que ocurría, parecía muy serio.

Finalmente llegamos al gimnasio y pocos minutos después llegaron los chicos.

-¡SUUUUU!- Armin me abrazaba.- ¡Menos mal que estás bien!- me apretó.

- A-armin, necesito respirar...- dije como pude.

-Lo siento, lo siento.- río.

Todos los alumnos ya estábamos en el gimnasio, o almenos todos los de mi clase.

-Atención por favor. Necesitamos que no salgan de aquí hasta que les avisemos. Es por su propio bien.- la voz de la directora empezó una ola de murmullos.- Mañana se les explicará lo sucedido.- se oyó un silencio.

-¡¿QUÉ?!-Rosa gritó- ¡Nos dejará así!- estaba demasiado furiosa.

-Rosa cálmate, ven vamos a sentarnos.- la llevé hasta una bancas.

-Hola chicas- Alexy habló, con su sonrisa mojabragas de siempre.

-Hola Alexy- respondimos al unisoro.

Se acercó peligrosamente a mi cara.

-¿No quier..-

-Ya déjalas en paz, ¿vale?- Castiel le interrumpió.

-Vaya, vaya. Jitomate decidió hacerce el valiente.- se acercó a Castiel y lo agarró por la chaqueta.

-Nunca te metas con alguien más fuerte que tú.- Castiel respondió.

-¿Tú más fuerte que yo? ¡Ja! Qué chis..- el puñetazo de Castiel lo interrumpió. Por una vez se callaba.

-Te dije que no buscaras lo que no te conviene.- Castiel hablaba de nuevo.

No dije nada. En shock. Estaba en shock. ¿Ese es el chico que se sonroja solo por pedirme que le de un espacio en el banco? ¡Wow!

-Lo siento, no quería llegar a esto. Pero ese ya se lo merecía hace tiempo.- Castiel dijo mirándome a los ojos.

-No hay problema, sólo espero que no le hayas hecho mucho daño.- reí. Me sentía nerviosa por alguna razón.

-Bueno...- rascaba su cabeza nervioso.

-Gracias.- sonreí.

-¿Hola? Sigo aquí.- Rosa se quejaba.-

Reí.- Lo siento Rosa.- miré a Castiel.- Adiós.- me despedí con la mano.

-Ahora vuelvo, tengo que aclarar algo.- Rosa se levantó y caminó en dirección a Lysandro.

-Vaya, vaya. Mira a quien tenemos aquí.- cabeza de uva abría la boca. Estaba con sus perritas falderas, claro.

-Si no quieres que te parta todo a lo que llamas cara, déjame en paz por una vez ¿vale?- me voltee y fui a los vestidores.

Almenos aquí era tranquilo. El ruido del gimnasio no molestaba. ¿Es tan grave lo que pasa?

Oí la puerta cerrarse.

-¿Ahora quién va a partime la cara?- río.

-¡Estúpido pitufo morado! ¡ABRE LA MALDITA PUERTA!- grité.

Nadie respondió. Las perras ya se habían ido.

-Si me tengo que quedar encerrado aquí contigo, puedes callarte la puta boca por un estúpido momento.- oh no, él no.

-Si vamos a estar aquí encerrados quizás el "delegado"-hice comillas con mis dedos- quiera ser más amable de lo que ya es ¿no?-

Si estaba encerrada con ese idiota.

Mundo Paralelo {Corazón de Melón}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora