Mundo Paralelo {Corazón de Melón}

Capítulo 7: Mereces un high five. En la cara. Con un ladrillo

La castaña entró por aquella puerta hecha un lío.

-¿¡Nathaniel que haces con esta ¿¡Por qué están encerrados aquí!? ¿¡Qué...- la interrumpí.

-¡Hey, hey, hey!- dije haciéndole señal de que parara- En primera, no pasó nada entre nosotros.- relajó su expresión- En segunda, no soy "esta", tengo nombre; y en tercera, si hubiera pasado algo, eso no te incumbe. Métete en tus propios asuntos.- salí de los vestidores.

Al fin salí de allí. Nathaniel es una de las últimas personas con las que quisiera quedarme encerrada. Aunque debo admitir que no se pasó "demasiado" de la raya.
Ví a Rosa a lo lejos.

-¡ROSAAAAA!- grité sin pensarlo dos veces.

-¿¡Qué pasa!?- dijo asustada.

-Nada, solo quería preguntarte si sabías que fue lo que pasó ayer.-dije ya más calmada.

-Pues la directora aún no ha dicho nada, y creo que nunca lo hará. Al perecer, si lo dice la reputación de la escuela será afectada.- dijo intrigada.

-Sea lo que sea, es demasiado sospechoso.- dije poniendo mi mano en mi quijada.

-¿Ahora eres detective?- esa voz no la confundiría nunca.

-¿Qué quieres militar?- dije ya con un poco de enojo.

-Nada. Solo que talvez tenga información que te interese.- dijo quitándole importancia.

-Y para tenerla te tengo que dar algo a cambio ¿no?- dije vacilando.

-Muy astuta, panqueque.- rodé mis ojos.

-¿Y qué quieres?- ya estaba acabando con mi paciencia.

-Mmmm...no lo sé. ¿Tienes alguna idea?- si que estaba divirtiéndose​.

-Idiota- me dispuse a ir pero me agarró del brazo y me acercó a su rostro.

Un teléfono sonó.-¿Si?- era el de Rosa.-Ya voy para allá.- colgó- Adiós Sucrette es una emergencia. Creo que sabrás que darle a cambio.- río y me guiñó un ojo antes de irse.

-¡Ya suel...-

-Shh- puso su dedo índice en mis labios.-

Me miró a los ojos. Debo admitir que me perdí en sus ojos por un instante.

-Ya se lo que quiero.- me agarró de la cintura y me pegó más a él. Traté de safarme de su agarre, pero fue inútil.- Tienes que acompañarme a entrenar mañana. Es todo.-

Me soltó.

-Esta bien, pero dime qué pasó ayer.- aunque trataba de evitarlo, mi cara se convirtió en un tomate.

-Todo a su tiempo, panqueque.- me sonrió y se fué.

¿¡Qué mierda le pasa a todos!?

Sonido del diablo. Me tocaba clase de baile. Genial, sólo me faltaba que me tuviera que vestir con un tutú rosa y mi día estaba completo.

Me dirigí al aula.
Era un salón enorme lleno de espejos y muy luminoso. Y al parecer había llegado tarde. De nuevo.

-Debes ser la chica nueva. Sucrette ¿no?- asentí- bienvenida a tu clase de baile.¡Ve a cambiarte!- me extendió una muda de ropa negra. Asentí y me dirigí al baño.

Después de cambiarme y verme enormemente ridícula, salí del baño. Sinceramente estaba muy incómoda. Tenía puesto una blusa sin mangas negra y unos shorts de licra, demasiado cortos, del mismo color.

Rezaba para que a nadie se le ocurriera salir al pasillo en ese momento. Y por el momento mis plegarias se volvía realidad. Hasta que alguien me jaló del brazo. ¿Qué tienen todos con tomarme del brazo aquí?

-Vaya, vaya mira que tenemos aquí.- se pegó más a mi- No crees que esa es muy poca ropa.- susurró en mi oído.

-Escucha idiota.- me separé bruscamente de él- No te atrevas a poner una mano en mi de nuevo.- miré a Alexy a los ojos directamente.

-Vamos linda, no te hagas la difícil.- me tocó el trasero.

Mi respuesta fue un golpe, en la cara, con mi puño cerrado.

-Eso va a tardar en sanar.- tocó el moretón que le deje en la mejilla- Eres una chica ruda ¿eh?, me gusta.- se acercó a mí de nuevo.

Esta vez respondí con un rodillazo en la entrepierna. Su grito sonó en todo el pasillo así que la directora salió de su despacho.

-Ustedes dos vengan ¡ahora!- chilló.

Genial, al menos no me tuve que poner el tutú. Pero siendo sincera, preferiría ponérmelo antes de cumplir el castigo que me acaban de poner.

Después del horario escolar...

Mi castigo era quedarme a limpiar el sótano con Alexy, después de escuela.

Vaya, no pudiese pensar en algo mejor.

Y ahí estaba yo. En el sótano con este idiota.

-Me gustaba más la otra ropa.- ¿Por qué no se calla?

-¿Ahora me ignoras?- calma Sucrette, cuenta hasta mil.

-Me encantan las chicas difíciles.- sólo termina de limpiar, y sal cagando ostias de aquí.

-Eres sexy.- se estaba acercado.

Sólo tuve que mover la escoba un poco y él estaba en el suelo.

-Sexy ninja.- me guiñó el ojo.

-Me encantaría darte un high five.-sonrió- En la cara. Con un ladrillo. Porque al parecer, el moretón no fue suficiente.- dije ya con la paciencia agotándose.

Salí del sótano después de limpiar mi parte. Caminé por el pasillo oscuro. Mire mi reloj, ya eran al rededor de las 9:40 de la noche.

-¡Shh!- me agarraron de la cintura, taparon mi boca y me arrinconaron en la pared, ocultándome.

-¿¡Cast..- puso su índice en mis labios indicando que me callara.

Me señaló al pasillo. Alguien estaba ahí y no era nadie de la escuela...