Capítulo 11: Juntos para siempre

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Rosalya POV

-¿¡Cómo pudo hacerme esto!? ¡Después de todo lo que he hecho por él!- una lágrima rodó por mi mejilla. Y, siguiendo a esta, unas cuantas más.

Lysandro había roto conmigo.

Después de tantas promesas que me hizo, de tanto que lo ayudé y apoyé, después de tantos te amo. Aunque, ya veo que no los decía enserio.

Necesito hablar con Sucrette. Estuvo para mí cuando las cosas se pusieron feas los otros días. Ella me escuchará.

Tomé mi teléfono y la llamé.

Después de algunos timbres lo cojieron.

-¿¡Rosa!?- no era la voz de Su.

-¿Quién eres?- dije.

-Castiel. Creo que Sucrette corre peligro. Tenemos que hablar.- dijo con la voz rota.

-¿¡Qué!? Pero ¿¡qué pasó!? ¿¡Dónde está ella!?- esto no es verdad...

-Te veo ahora mismo en el café cerca del instituto. Adiós. Apresúrate- colgó.

No, no, no, no.

Salí corriendo de casa. Usualmente usaba mi auto, pero estaba demasiado nerviosa para conducir.

Después de unos treinta minutos más o menos, llegué al café. Castiel ya estaba ahí.

-¡Habla!- me senté con prisa.

-Bien, contaré todo desde el principio.- aclaró su garganta.

Nathaniel POV

-¿Qué hago? ¿Qué hago?- estaba friéndome el cerebro, tratando de pensar en una forma de acercarme más a ella, hacerla recordar.

-¿Nath?- mi hermana entró en mi cuarto.

-¿Qué pasa Amber?- la miré.

-Es que... No te ves muy bien. Estos últimos días, haz estado encerrado en tu cuarto desde que llegas a casa. Me preocupas.- bajó la mirada.

-Ay, pequeña tontita.- la rodeé con mis brazos, ella se acomodó en mi pecho.- Todo está bien, solo estoy un poco cansado.- acaricié su cabello.

-Eso espero. No me gusta verte así.-

-Dormiré un rato ¿vale?- se separó de mi y asintió para después dejar un beso en mi mejilla e irse.

Bueno será mejor que descanse de verdad.- Mi teléfono sonó.- O tal vez no.

-¿Hola?-

-¡Nath, te necesitamos!-

-¿Castiel? ¿Qué cojon...-

-¡Ven al café que queda cerca del instituto! Es sobre Sucrette. ¡Date prisa!-

-Estoy en camino.- colgué.

Tomé mi chaqueta, llaves y bajé las escaleras lo más rápido que pude.

Encendí mi coche y me puse en marcha.

Por favor que no le haya pasado nada malo a ella.

Sucrette POV

¡Auch! Todo mi cuerpo dolía y tenía un constante mareo.

-Hola querida.- abrí mis ojos como pude. Aunque fue en vano, toda la habitación estaba oscura. Si es que donde estaba metida era una habitación, claro.

-¿Quién eres? ¿Dónde estoy?- por más que trataba de enfocar mis pupilas, ni siquiera una sombra veía. Y la luz del foco que tenía colgando encima no era de mucha ayuda.

-Qué lástima que no me reconozcas. Porque.....- sentí como se acercó a mí por la espalda- estaremos juntos para siempre.- susurró.

-Lysandro....-

-En carne y hueso, hermosa.- ríe.

-¿Qué mierda quieres?- ya me hartaba.

-Ya lo dije, linda. Quiero que estemos juntos para siempre.- ¿pero que coño?- ¿Qué opinas, futura esposa?-

-La droga es mala.- reí. Sentí como él se tensó.

Mierda.

Giró mi silla quedando frente a él.

-¡Serás mi maldita esposa, quieras o no, zorra!- me pegó en la cara.

No podía hacer nada, estaba atada de manos y pies. Si no, ya le hubiera dejado estéril.

-Ahora, ¿te gusta tu vestido?- me señaló.

Traía puesto un vestido blanco sucio. Este idiota me quitó la ropa. Ahggr. Ahora si no sale vivo de aquí.

-Ni te molestes en tratar de huir. Esas cuerdas no las rompería ni el hombre más fuerte del universo.- río.

-Idiota-

-En unas horas será la ceremonia. Descansa, lo necesitarás.- se acercó para besarme, pero escupí su cara.

-Ja, ja, ja- me tomó del cuello ahorcándome.- ¡No vuelvas a hacer eso es tu puta existencia! ¿¡Me oíste bien mujerzuela!? ¡Jamás!- me soltó.

Respiré como pude. Casi me mata. ¡Maldito psicópata!

-Hasta mañana, amor- apagó el foco encima mío y se fue.

Tengo que salir de aquí. ¿Pero cómo?

Castiel POV

Le conté todo a Rosa y Nath. Desde la extraña conversación en el instituto aquella noche, hasta lo que pasó hoy.

-Entonces ¿tienen alguna idea de quién puede estar detrás de esto?- dije desesperado.

-Ni idea.- replicó Rosa.- ¿Quién le quería hacer daño?- dijo tratando de entender.

-Además, ella es nueva. Ni siquiera nadie la conoce tanto como para odiarla.- asentí. Aunque yo sí la conociera desde años, no quiero que ellos lo sepan. No aún.

-Esto no está ayudando mucho.- bajé mi cabeza.

No se que haría sin ella. Estos años fueron una tortura. Y ahora qué la vuelvo a ver, me la arrebatan así. ¡No! Esto NO se va a quedar así.

-Escuchen- me miraron- Tengo las llaves de su casa aún. Deberíamos ir y buscar alguna pista que nos lleve a quien hizo esto.-

-Buena idea. Vamos- dijo Nath.

-Pero aún así deberíamos llamar a la policía. Ellos nos ayudarán.-

-Sí, tienes razón. Los llamaremos en cada de Su.- Nath asintió.

Nos pusimos en camino.

Vamos a encontrarte Su. ¡Sí o sí!

Mundo Paralelo {Corazón de Melón}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora