Si no fuera por sus diez dedos en las manos Yurio mordería muchas cosas que tuviera a su alcance, sus uñas estaban todas desaliñadas y sus dedos rojos por las heridas que sus dientes formaban al rededor. Sentado en la sala hacia un conteo mental de lo que era su periodo de celo, según el calendario que tenía en su teléfono este tenía que haber llegado hace tres días, pero siquiera había rastros de él.
Le había mentido a Yakov diciendo que no se sentía bien y que no iría a entrenar en esa semana, que se quedaría en casa y que no se preocuparan por él pues volvería con las pilas recargadas para compensar todos esos días que estuvo ausentes, pero con todo ese sentimiento abrumador que le apretaba el pecho poco podía pensar con claridad de volver a su rutina. Miro de nuevo la fecha en su teléfono y se aseguro de que aquel temor que sentía era una falsa alarma y solo era un error de cálculos.
-Un celo no se atrasa por que sí- dijo en voz baja golpeando de manera leve su frente con su celular, suspiro y se levantó del sofá dirigiéndose a la cocina para alimentar a su gato y buscar algo que le suavizara aquel mal sentimiento que se acumulaba en la boca de su estomago, sin olvidar que aquella piedra seguía muy firme allí- Quiero... quiero comer una manzana.
Tomo la fruta roja y la lavó bien antes de darle una mordida, con celular en mano subió a su cuarto y se dedico a revisar las redes sociales, ya había pasado una semana desde que Víctor había viajado a Japón y casi un mes desde la ausencia de su novio Otabek, del primero sabía mucho pues no se cansaba de subir miles de fotos de él y el cerdo disfrutando de su "luna de miel", mas de su novio ningún rastro, Otabek había manifestado su incompatibilidad con las redes sociales y aunque el rubio le insistiera en abrirse una cuenta de Instagram o Facebook este se negaba sin darle tiempo de volver a insistir en el tema.
Segunda mordida, sintió con más intensidad el dulce sabor de la fruta, cerró los ojos y sonrió mientras mascaba con lentitud, pensó en Otabek una vez más y en las ganas que tenía de compartir esa fruta a su lado, seguro diría alguna broma pesada acerca de su nuevo pequeño capricho frutal.
Tercera mordida, tomó su celular otra vez y abrió el chat que compartía con el kazajo y leyó por milésimas vez todos los mensajes, se dio la vuelta en la cama y tragó lo que tenía en la boca, suspiro, necesitaba un poco de él, aunque fuera escuchar su voz. Su pulgar se movió a la parte inferior derecha del chat y presionó el micrófono, lo mantuvo apretado unos seis segundos antes de hablar.
-Beka, te extraño- susurró cerca del auricular, se tomó otros segundos antes de hablar- se que estás ocupado, sé que no tienes tiempo de hablar conmigo o mandarme mensajes, aún así te amo mucho, ¿sabías?- apretó los labios y se tomó su tiempo para seguir- se que te estás esforzando para las siguientes competencias y te admiro mucho por eso, pero me gustaría que también tuvieras el mismo esfuerzo en mi, en escucharme, en entenderme. Otabek Altin, eres mi mejor amigo y la persona que amo, por favor, ámame de la misma manera- sintió remordimiento por aquel mensaje y quiso deslizar el dedo hacia el costado para borrarlo, accidentalmente lo deslizó hacia arriba.
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36 contigo, 36 sin ti. [Otayuri] ~Omegaverse~
Fanfiction"Te tengo y a la vez no, me miras pero luego me ignoras, no te siento, no te oigo, no te entiendo. Es algo en lo que deberíamos estar juntos pero aun así... aun así te siento tan distante." Con 16 años una gran responsabilidad se ha puesto sobre su...