Sin tí

2.3K 305 24
                                    

El japonés fue de los primeros que se enteró que Yuri había entrado en trabajo de parto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El japonés fue de los primeros que se enteró que Yuri había entrado en trabajo de parto. Era media noche cuando Nikolai le mandó un mensaje de texto avisando que Yuri estaba en el hospital por el pronto nacimiento de su ahijada; los mantendría al tanto de todo.

— ¿Le diremos a Otabek? —fue la pregunta del japonés. Víctor frunció los labios y sacó su teléfono, también necesitaba detalles sobre Yuri y su niña.

—Por ahora no. Con suerte pudimos despejar la cabeza de ese bobo, no es la mejor idea ponerlo aún más tenso ahora que está a treinta puntos bajo tu puntaje—Nikolai le contestó el mensaje de texto, mencionando lo divertido que era ver a Yuri quejarse por todo—. Lo que daría por estar con Yurio en este momento, estoy preocupado por él.

—Víctor—Con una sonrisa, el Beta lo tomó de las manos y dejó un beso en su mejilla—, Yurio va a estar bien, Nadezhda también, no te preocupes. Además… —Su mano se posó sobre el plano vientre del ruso, sacando una sonrisa avergonzada de su parte —… El estrés le hace mal a nuestro bebé.

—Qué lindo suena eso. “Nuestro bebé” —Compartieron una sonrisa y un beso de buenas noches.

Ellos debían descansar, mañana seria la presentación del programa libre. Por mucho interés y preocupación que tuvieran por Yuri, debían enfocarse en la importante final.

 Por mucho interés y preocupación que tuvieran por Yuri, debían enfocarse en la importante final

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nunca antes le había causado tanta gracia ver el mal humor de su nieto. Antes de que su nieto se embarazara, era un rasgo muy difícil de tratar, más de una vez tuvo que regañarlo para que suavizara el carácter un poco, pero sus palabras entraban por un oído y salían por el otro.

Lo que hacía la situación distinta en ese momento era, claro, el dolor de sus contracciones, estas lo ponía así de molesto. Nadia, su pequeña niña, vendría al mundo en unas cuantas horas más.

—Mierda, ¿Qué hora es? Quiero irme a casa —rezongó el menor, frotando su cara con sus manos para luego esconder sus ojos bajo su antebrazo.

—No podemos irnos a casa. ¿Estás loco? Sólo preocúpate de respirar como te enseñó la doctora y todo estará bien—Nikolai acarició los cabellos rubios del menor, desenredando los nudos con sus dedos —. Son las once aún—agregó, sacando una mirada llena de sorpresa del menor.

36 contigo, 36 sin ti. [Otayuri] ~Omegaverse~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora