36 contigo, 36 sin ti. [Otayuri] ~Omegaverse~

No

Doce semanas eran sinónimo de mucha ropa holgada, pantalones intervenidos por nuevas costuras y elásticos, antojos ilógicos a las 3 de la mañana y cambios explosivos de humor. Nikolai Plisetsky nunca creyó que cuidar a un Yura muy hormonal fuera tan difícil, es decir, Yuri siempre había sido muy mal genio y testarudo, pero ahora hasta la simple película de Disney cosechaban lagrimas en los verdes ojos del menor.

-Yuri, ¿Qué te ocurre ahora?- preguntó el anciano cuando vio el rubio secaba sus mejillas con las mangas de su pijama.

-Nada, solo ignóralo.- Nikolai se fijó en el televisor. Estaban mostrando la muerte de la madre de Bambi.

Lógico. Pero es que siempre le daba la misma respuesta por lo cual el anciano solo se resignaba a suspirar y acercarse a su lado con un plato de manzanas picadas. Cuando la sensible nariz del Omega detecto el dulce olor de la fruta su cabeza giro con brusquedad y sus ojos brillaron.

Si pudiera ponerle el nombre de su antojo a su bebe, este se llamaría "Manzana"

-Te traje la merienda- El anciano le tendió el plato y Yuri no dudo en tomarlo con una mano mientras agarraba un trozo de la fruta con la otra. Ambos se regalaron una sonrisa como agradecimiento y volvieron a fijar su vista al televisor. Nikolai posó su mano en el pequeño vientre de su nieto y sonrió- ¿Cuándo será la hora de que este pequeño poroto comience a moverse?

-Abuelo, no le digas así- bufó incómodo el menor por la caricia que el mayor le daba.

-¿Y cómo quieres que le diga entonces? ¿Pelusa tal vez?- Una risotada se escapó de la boca de Nikolai y las mejillas de Yuri se arrebolaron- ¿Y si le ponemos Mini-Pyocha?

-Se llama Puma Tigre Escorpión, no Pyocha- Yuri hizo un puchero y su abuelo volvió a reír quitando su mano del vientre ajeno.

-¿Qué clase de nombre es ese? ¡No importa! De todas maneras el gato no te hace caso cuando lo llamas por ese extraño nombre.

-¿Qué dices? Claro que me hace caso, mira - Yuri silbó al gato que se hallaba acostado boca arriba sobre la escalera, el animal al escuchar el ruido lo miró con una cara de pocos amigos- ¡Puma Tigre Escorpión, ven aquí! Ven aquí pequeño amigo...- pero el gato giró su cabeza y siguió durmiendo. Nikolai rió a carcajadas y Yura gruñó molesto por el bochorno.

-¡Ya vez que el gato ni te toma en cuenta! Pyocha es igual a ti...

-No digas más, ya entendí - formó un puchero molesto y desvió su rostro para que su abuelo no pudiera ver sus mejillas arreboladas.

Nikolai sonrió enternecido y acaricio los lacios cabellos dorados de su nieto y dejo un beso en su mejilla. No importaba cuantas canas pudiera sacarle el menor, estaba dispuesto a soportar todos y cada uno de sus berrinches y caprichos; todo por su bisnieto que crecía dentro del vientre de su amado Yuri.

-Bien hijo mío, ¿tienes alguna idea de que preparar esta noche para cenar?

-¡Pirozhkí! - Nikolai rió por la respuesta de su nieto.