36 contigo, 36 sin ti. [Otayuri] ~Omegaverse~

¿Por las buenas, o no?

—¿Cómo estuvo tu estadía en Moscú? Escuché que a Otabek le fue bien —El anciano dio una palmaditas en su espalda compartiendo una sonrisa con su nieto.

Luego de pasar aquella noche juntos, durmiendo muy apegados el uno al otro, el kazajo recobró energías y ganas para seguir adelante. La presentación de su programa libre fue magnifica, dejándole un puesto en el podio y le daba mas probabilidades de llegar a la final y ganar su tan preciada medalla de oro, el pase de entrada para acompañar la llegada de su hija a este mundo.
Yuri, al momento de regresar a su hogar, se apresuró a tomar sus cosas y partir al hospital para ver a su abuelo. Él estaba bien, eso le tranquilizaba bastante.

—Extrañaba Moscú —Contestó con calma el Omega —Me trajo muchos recuerdos.

—Si quieres, podemos volver a vivir allá.

—No —Yuri mordió su mejilla por dentro, su abuelo le miro con curiosidad —Estamos bien aquí. Además, si me voy, Víctor y el cerdo harán berrinches y…

—Y no podrás ver a Otabek, ¿Cierto? —Las palabras del anciano causaron que las mejillas del Omega enrojecieran, este no contestó, solo se encogió de hombros y desvió la cara a un costado —Yuri, entre nos… ¿Te gusta Otabek?

—“¿Qué dices abuelo? ¡Eso ni muerto! Otabek es solo el padre de Nadezhda y, de paso, un tonto. Jamás podría estar con un hombre como él, no después del daño que me hizo…”— quiso contestar todo eso y más, pero su boca se selló a la par que sus mejillas se teñían de un suave rosa palo. Su corazón comenzó a bombear sangre a una mayor velocidad y, como si la niña compartiera la misma alegría que su madre, comenzó a patear fuerte, sobresaltando a Yuri.

—No tienes que decir nada ahora, pues creo que la nena habló por su mami —Sonriendo leve, el anciano posó una mano en el vientre de su nieto, divirtiéndose por los bruscos movimientos que su precioso tesoro daba.

No tenia ya nada más que protestar, aunque a Nikolai, la idea de que su nieto siguiera enamorado del Alfa que lo abandonó, le desagradaba, tendría que ser fuerte para darle todo el apoyo que podía para él. Yuri Plisetsky era su todo, y si la felicidad de él consistía en ser una familia con el feo y tosco kazajo, le daría la bendición; no completa, aun no permitiría que el joven tomara su mano o similar, solo se había ganado un poquito de su respeto.

Por que amar a otro, es respetar sus decisiones y velar por su felicidad a toda costa.

—Hay un cambio en la agenda de este mes, así que no creo que pueda organizar el Baby Shower de Yuri hasta después del siguiente campeonato —jugando con su rojizo cabello, Mila siguió al kazajo por los pasillos del mini market, si importarle que este le hubiera dicho hace unos minutos atrás que estaba trabajando.

—¿Te refieres a la de Francia?  —desganado, el kazajo comenzó a reponer la sección de lácteos, siendo mirado con insistencia por la chica —Mila, de verdad no quiero sonar descortés ni nada, pero me regañaran si me ven hablando contigo en horario de trabajo. Mi efe es un ogro y…

—Con sinceridad, es eso lo que busco —Sonriente y con un aire de grandeza, Mila camino alrededor del joven —Yuri es mi amigo del alma, es mi pequeño gatito y tu le hiciste cosas de grandes, así que eso me tiene molesta…

—Mila…

—Pero no puedo odiarte por eso. Yuri maduró mucho por su cachorrita, y creo que siente muchas cosas por ti, más que simple amistad, claro está —la pelirroja sacó de su bolsillo su teléfono celular y lo desbloqueó, se dirigió a la pantalla de contacto y extendió el aparato al moreno —quiero ayudarlos, a los dos, en lo que más pueda. Es por eso que hablé con mis padres sobre el asunto…

—¿Y por qué hiciste eso? —de mala gana y con el ceño fruncido, Otabek tecleó su número de contacto y le devolvió el teléfono a la muchacha.

—¡Claro, tú no lo sabes! Mis padres tienen ingresos extras alquilando cuartos para estudiantes a un buen precio. Ellos accedieron a cederte un cuarto en uno de sus edificios —Con una dulce sonrisa, la muchacha dio unas palmaditas en su hombro, sintiendo gracia por la cara que el kazajo ponía —La condición es que tienes que trabajar para ellos en su cafetería.

—Estás loca. No puedo dejar este empleo por una cafetería, gano lo suficiente para…

—Ganarás más que aquí, y es por turnos. Es un local donde llegan muchos turistas, ellos pagan callados. Tendrás mas tiempo para entrenar o para pasar tiempo con tu amado Yuri. ¿no quieres eso acaso? ¿Tener tiempo para tu familia?

Otabek tragó en seco. La propuesta era muy tentadora, más si tenía de por medio condiciones tan simples de cumplir como las que Mila había dado y un buen billete. Pensó en su pequeño gatito, pensó también en su cachorra. Él tenia muchas ganas de superarse, la vida le estaba dando pequeños premios por su esfuerzo, sin duda este era uno de esos.

—Creo… creo que aceptaré.

—No Otabear, tu no “crees" que aceptaras —una maliciosa sonrisa asomó en los labios color coral, tirando de su nariz con ambos dedos finalizó la frase — tu lo vas a aceptar, por las buenas, o por las malas.

Y, si por las malas implicaba a un Yuri Plisetsky dándole sermones de mala suerte, mejor era decir que sí rápidamente.

ME VOY DE VACACIONES CARAJOOO

Intente subir a oro, fue misión fallida, lo siento tanto :(

Nopo, no debería disculparme por eso 🤔

Ahora si, !Perdón por tardar! Es que estaba haciendo un análisis de la trama y me estoy estresando por que hay un pequeño vacío antes de los últimos 4 capítulo finales, que es más o menos lo que le falta a este fic... ya vere como lo soluciono 🤔

Capítulo cortito, pero tierno... creo... amen a Mila como yo, es mi Bitch Queen 💅💅

Despidiéndome con un besito, les digo que les quiero.

Nos leemos~