Capítulo doce.
Nos paramos frente a una puerta grande y pesada, su color era diferente al resto del laboratorio, gris oscuro. Nunca había venido a esta zona del laboratorio, por lo que nunca había visto esta puerta.
-Es aquí, recuerda se cortez y educada -habló en voz baja Josh. Me quedé inmóvil, sin inmutarme a asentir - ¿Bien?
Lo miré seria y volví mi mirada a la gran puerta que mi cuerpo no ansiaba en cruzar.
Cuando se abrieron las dos grandes y pesadas puertas, mi vista se clavó en las personas de traje que estaban sentadas en una mesa larga y ovalada. Conté dieciocho personas, y no tarde en reconocer quien eran. Personas del ejército, cenadores, algún que otro doctor o científico, el vice presidente y el presidente. Que diablos. Tal y como lo dijo Yosef.Realmente mi vida en los últimos meses dió una vuelta de trecientos sesenta grados. Nunca pensé en mi vida que estaría parada frente a un público tan honrado por todas las personas de Estados Unidos. En cuanto puse un paso en la sala, todos se pusieron de pié.
-Señores, ella es Madison Rymondfield, la persona de la que tanto estuvimos hablando-dijo Josh a mi costado.
-Hola Madison, creo que tenemos un tema muy pendiente por el que tenemos que hablar -dijo el presidente.Tragué seco.
★~•~★
Me sentaron en una silla apartada de la mesa principal. Me sobresalté al sentir mis manos amarradas detrás mío.
-¡Oigan! ¿Para que es esto?
-Es para nuestra seguridad -aseguró uno de los cenadores.
Una luz cegadora y una cámara de vídeo se encendieron frente mío.
-Comencemos Madison, te haremos un par de preguntas, que obviamente vas a tener que responder con la mismísima verdad -carraspeó un soldado mientras veía unos papeles y se acercaba a mi- ¿Sabes lo que eres? ¿Te han hablado sobre tu enfermedad?Fijé mi mirada en el suelo, no quería que la cámara captara mi rostro. Despegué mis labios resecos para poder contestar.
-No con exactitud, solo se que somos personas diferentes y ustedes no quieren muertos por eso.
-Silencio, estás hablando el el presidente. No estamos para juegos, contesta lo que yo te pido. Ahora ¿Quienes son tus padres?
-Robert Rymondfield y Jordyn Kleew.
-Tus verdaderos padres.
-No lo sé...
-Responde.
-¡He dicho que no lo sé! Era pequeña cuando me separé de ellos, y mis padres me contaron la verdad hace unos minutos.
-Okay ¿Has tenido sueños paranormales últimamente? -mi respiración de cortó.
-No... -diablos ¿Por qué dije eso?
-Miente ella me contó ayer que si los tenía -Josh se interpuso. Me dieron ganas de abofetear a Josh, y abofeterme a mí por haber dicho eso.
-¿Le has mentido a tu bandera nacional? -levantó su mano de un ágil movimiento y como si hubiera leído mis pensamientos abofeteó mi rostro. Saliva fue despedida de mi boca para colocionar contra el suelo. Mi pómulo derecho ardía en fuego, y una pequeña lágrima de dolor corrió por mi mejilla. ¡¿ACASO ESTABA LOCO?! -. ¡Contesta! -me gritó nuevamente -, ¿Has tenido algún sueño paranormal últimamente?
-¡Si! -me costó pronunciar por la rabia interna y el dolor físico.
-¿Cuales? Cuéntanos -esperé unos segundos, intentado aguantar el golpe que quemaba mi piel. Pero mis lágrimas se acumularon en mis ojos.
-Un chico...
-Un chico, mmh muy bien, y ¿Cómo era él?
-Tenia ojos celestes, brillantes.
-¿Qué más?
-Nada más.
-¿Es todo?
-Si, y también...
-¿Tambien...?
-Una palabra.
-¿Cuál era esa palabra?
Y como si me costará pronunciarla.
-Hattens.
-Ya lo habíamos oído antes -sonrió satisfecho -. Ahora... ¿Dónde está su guarida? -¿Y de qué estaba hablando este?
-¿Qué? ¿Guarida de qué?
-He dicho ¿Dónde están el resto de esas personas? ¿Cual es su guarida? ¿Dónde se esconden? -como todo soldado, caminaba cuatro pasos, se daba media vuelta y hacía nuevamente otros cuatro pasos. Fije mi vista, y el resto de las personas nos miraba atentamente.
-No se a lo que se refiere -dije entre dientes.
-Usted si lo sabe.
-He dicho que no lo sé -lo miré a los ojos furiosa. Pero cuando nuestras miradas se cruzaron, frunció el seño cambiándolo a uno enojado y volvió a encestar otra abofetada pero con puño en mi pómulo izquierdo.
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El Reino Hatlas -En edición #RedQueenAwards
Fantasy★~•~★ Maddie Rymondfield, es una persona común y corriente como cualquier otra chica de preparatoria. En su décimo año de estudios, comienza a experimentar una muy fea sensación en su cuerpo, como náuseas, pérdida de sangre en sus orificios nasale...