De la realeza

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Capítulo diecisiete

  Al despertarme después de mis escasas horas de sueño, vi a mis pies a un Kyle ya peinado, vestido y bañado. Con ojos hinchados y mirada adormilada lo saludé y me respondió con una sonrisa cautivante. Me levanté sintiendo la calidez del mármol pegarse a mis pies combinado con la humedad de ambiente, había olvidado el extraño calor de la isla. Al mirar mí cama, solo pude observar las sábanas de lino y las mantas tiradas en el suelo desordenadas, por lo que caí en la conclusión, mi calor corporal había generado que mi piernas alocadas patearan todo lo que había a su alrededor, con tal de conseguir refrescar un poco mi cuerpo.
No solía estar acostumbrada a este calor húmedo, básicamente porque vivo en zona de montañas, y Salem era igual, a altura y frío.

Me coloqué el mismo vestido que tenía ayer, total, no tenía otra cosa que ponerme. Y me peiné el cabello, sin listones, liso y aburrido. Kyle se dio media vuelta al anunciarle ya estar cambiada y lista.
  —Espera ¿Te pondrás el mismo vestido que ayer? —señala mi atuendo. Y sentí un poco de vergüenza por ello. Intenté ocultar mis mejillas rosadas detrás de mis palabras.

  —Bueno... es el único vestido de mí talle que tenía Clarise, pero dijo que me hará nuevos en estos días, por lo que tendré que permanecer con este vestido hasta nuevo aviso.
  —Que mal, mmh ven creo que tengo algo que te irá a la perfección —va hasta su armario, donde contempló un montón de prendas de vestir y saca de ella un hermoso vestido verde manzana hasta debajo de las rodillas, sin mangas y con un tanto de vuelo en la falda.
—Oh, ¿De dónde sacaste esto? Es precioso —contemplé el hermoso vestido tocando la tela entre mis dedos.

  —Lo hice yo.
  —¿Lo hiciste tú? Wow, eres un genio de verdad, con razón veía que tu ropa era una de las mejores de las que había visto por los pasillos. Pensé que le habías sobornado a una de las costureras —rió por mi comentario y negó.
  —Mi madre era modista de vestidos de novia y con ella aprendí muchas cosas. Al pasarme por el salón de telas que hay en el instituto, no puede evitar volver a la costura. Hice cosas para mí, pero después quise hacer algo diferente —me coloqué el vestido y noté como me quedaba un poco ancho de cintura y busto. La maldición de no tener muchos pechos—. Es más pareciera que fue hecho para tí, te ves hermosa. Pero déjame arreglar eso —se dirigió hacia el tocador y extrajo de él algunos alfileres e hilos. Para así arreglarlo a mi talle.
  —Gracias Kyle, es hermoso.
  —Por nada. Pero deberías ponerte algo en el cabello.
  —¿Por qué? Me gusta así, sin nada.
  —Lo lamento pero son las reglas del lugar, por lo menos una hebilla  —Sacó un listón verde de seda y me la colocó en el cabello como una vincha dejando un moño en la parte superior.
  —Me siento Alicia en el país de las maravillas, literalmente —dije mientras me veía al espejo. Y él lanzó una risita chillona.
  —Buen ejemplo.

★~•~★

  —Los convoqué aquí nuevamente para hacerles una propuesta y una ayuda —otra vez la vicedirectora Mara estaba del otro lado de su escritorio mirándonos amistosamente y nosotros cinco del otro lado sentados en un asiento cada uno. Ya me estaba acostumbrando a esto, de venir aquí todo el tiempo—. Se que les va a costar muchísimo acomodarse aquí, ya que no tenemos electricidad, tenemos diferentes costumbres, la vestimenta, las personas nuevas, tuvieron que dejar a sus padres para venir aquí y sobre todo, van a comenzar una energía nueva en sus cerebros. Aprenderse todos las reglas y la historia, les va a costar mucho si lo hacen solos, y necesito que lo aprendan lo antes posible. Ya que nos queda poco tiempo y sus compañeros​ ya están entrenando hace semanas, meses, y hasta años.
Por lo que decidí que van a tener unos tutores personales, ellos son los mas avanzados con sus Heits, los saben dominar como un verdadero chef con un huevo frito. Déjeme presentárselos.¡Pueden entrar! —grita y de una puerta entran cinco chicos, miré a cada uno por lo que comprobé que eran tres chicos y dos chicas, y una de ellas era Lexy. Genial, me gustaría elegirla a ella esta vez.

El Reino Hatlas -En edición #RedQueenAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora