Capítulo diecinueve.
Mi mala suerte tenía cambios repentinos, de hecho mi vida se denominaba por la palabra repentino, no sabía si lo que había pasado era un tipo de recompensa por todo lo anterior o simplemente una pequeña casualidad o tal vez algo bueno que después termine en llantos y sufrimiento. Me inclino más por lo último. Pero sabía, que me había hecho sentir mucho mejor—hasta ahora— vaya a saberse hasta cuando durará, todo lo bueno tiene un límite. Y eso lo tenía comprobado.
Aún así, no podía negar la sonrisa que llevaba plasmada en mis labios, era evidente y no podía disimularla. Aunque lo intentara, mis labios se convertían en una curva más parecido a una mueca.No quería que piense que soy una tonta, no quería alejar a otra persona de mi círculo de inepcia. Así que relajé mis mejillas y dejé que la sonrisa fluya, así se veía normal. Tal vez así logré parecerle agradable supongo. No insinuaba comportarme como una idiota enamorada frente a él, no quería proyectarme como lo hice con Tod, fui una completa estúpida frente a Tod, una niña indefensa y sonrojada. Tenía que comportarme más fuerte frente a estas personas si quería ganar su confianza.
Igualmente, a culpa de mis lágrimas Xad se había acercado a mi, si hubiera sido diferente, no creo que se haya acercado a hablarme.Al ver la puerta del instituto iluminado por los faroles de velas a unos pocos metros, me sentí un poco triste, cada paso que daba más cerca de aquellas escaleras de piedra, bajo el porche de madera, sería una distancia más cerca del adiós.
Abrí la puerta de roble oscuro y pesado, mientras inclinaba mi cabeza para mirarlo y contemplar su figura relajada bajo las tenues luces de las velas de cera, seguramente hecha por los mismo alumnos. Intenté hacer una fotografía metal de aquel cuadro tan cautivante, que supe que no volvería a ver de nuevo.
—Tu debes irte al...
—Castillo si, supongo que ya lo sabías —pronunció como si aquello le molestara y apoyó su peso en la baranda de piedra de la escalera.
—Es otra cosa muy comentada lo lamento.
—No te lamentes, no es que me molesté solo... si me molesta en algunos aspectos, pero debo aceptarlo es lo que me tocó ¿No? —aunque me dio intriga saber sus razones, opté por no tocar ese tema por conveniencia.
—Yo emh, debo irme —señalé detrás mío.
—Claro, adiós Mad. Espero no volver a verte llorar —se alejó en reversa.
—Intentaré —mordí mi labio inferior—, adiós Xad, intenta buscarle el lado positivo de ser príncipe, seguro hay una muy buena.★~•~★
Los ojos verdes botella de Kyle se abrieron como plato y susurró un “Oh my fucking bitch”, ante mi última redacción.
—¿Enserio te dijo eso? ¡Ayy! Te lo dije, eres una suertuda —saltó de alegría mientras aplaudía —, ves, algo bueno tenías que encontrar aquí en Hatlas, tu noooviooo.
Tomamos una bandeja y comenzamos a elegir nuestra comida del mostrador. Había llegado al instituto a la hora de la cena y por suerte nadie lo había notado, menos Kyle que tenía una cara de picardía.
—No es mi novio, ubícate con tus palabras y no creo que lo sea, aparte él ya tiene novia —tomé un dedo de zanahoria y lo mordí.
—¿Novia?
—Emh si... Lexy —alargué la “i”.
—¿Te dijo eso? —se sirvió un pastel.
—No, no me lo dijo, lo supuse y aparte es obvio —me alejé del mostrador ahora para buscar una copa de ponche.
—Pues deja de suponer, porque ellos no son novios ni nada, ella tiene una loca obsesión con él, más bien con su corona. No te preocupes, él está libre para tí—imitó mi acción y fuimos hacia una mesa y nos sentamos.
—¿Por qué? Ellos se ven todo el tiempo juntos, pegados un poco más.
—No —rió—, ella está pegada a él como una agarra pata, mira, si se casa con Xander, ella será la princesa y después la reina cuando coronen a Xander como rey de Hatlas ¿Sabes lo horrendo que será tener como reina a Lexy? Y no es la única, todas las chicas del reino lo desean, hasta las mayores que él, pff interesadas —comió un poco de su platillo de nombre desconocido para mi, ya que habían un montón de comidas que yo realmente no conocía y tampoco ansiaba de probar.
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El Reino Hatlas -En edición #RedQueenAwards
Fantasía★~•~★ Maddie Rymondfield, es una persona común y corriente como cualquier otra chica de preparatoria. En su décimo año de estudios, comienza a experimentar una muy fea sensación en su cuerpo, como náuseas, pérdida de sangre en sus orificios nasale...