El fin de semana llegaron los chicos al apartamento. El plan era reunirnos todos ahí para después irnos a algún antro, pero mientras esperábamos a que llegaran los demás alguien puso musiquita rica, después alguien encendió un porrito, luego alguien más llegó con una botella de vodka y no faltó Pirli con sus pastillas y su polvito blanco. Total que entre una cosa y la otra nos olvidamos del antro y nos quedamos ahí.
Entre la gente que llegó había una chica de la carrera de diseño llamada Fernanda. La conocía, era linda y muy coqueta. Siempre andaba con el rabito paradito y una sonrisa encantadora. Coqueteaba conmigo, pero también con todo el mundo, así que no sabías si te quería ligar o simplemente era su manera de ser. Como sea, desde hacía algún tiempo Fernanda formaba parte de mis fantasías secretas y estaba en mi lista de gente con la que quería acostarme.
La música, el porrito y el vodka combinaban perfecto. Cuando tuve oportunidad me armé de valor y le dije a Fernanda, como si nada, como quien dice se me antoja un helado de Roxy, que estaba interesada en acostarme con una chica.
Tan pronto como lo solté me puse nerviosa. Estábamos sentadas en el sofá. Nuestras piernas se tocaban y mi piel estaba muy consciente de eso. Ella me empezó a preguntar si esto era algo nuevo y no sé qué tantas cosas más y en algún momento puso su mano en mi rodilla e inmediatamente yo puse mi mano sobre la suya y la empecé a acariciar.
Se acercó para susurrar "Me gustas mucho" y después besó mi mejilla. La sangre se me fue a la cabeza, me puse muy roja y sentía la cara muy caliente. Estaba muy nerviosa porque había mucha gente en el apartamento. Tomé un largo trago de vodka para calmarme y llenarme de confianza, la besé largamente en los labios y después la cogí de la mano y la llevé conmigo hasta la habitación.
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La Desventura
Short StoryLa vida cotidiana, encuentros y desencuentros, drogas, amigos, sexo, fantasía, humor y amor en relatos cortos.