Capítulo IX: ¡No puedes irte, Takuya!

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     Un auto negro y elegante con cristales polarizados aparcó en el estacionamiento del Aeropuerto Internacional de Odaiba. Las portezuelas se abrieron para dejar salir a un grupo de amigos que se dirigieron al maletero para ayudar con el equipaje de su querido amigo que, en un par de horas, se iría a Norteamérica. La única mujer del grupo intentó tomar una de sus maletas, pero el chico de gafas de aviador se lo impidió, sonriente.

     —Zoe, te dije que no hicieras eso —se quejó divertido—. Sólo quería que vinieras conmigo, no que llevaras mi equipaje —miró a la mujer que los había llevado en el auto elegante y le sonrió—. Muchas gracias por traerme al aeropuerto, señora Himmi.

     —Es un placer —respondió la mujer—. Después de todo, has sido muy bueno con Tommy.

     — ¡Hermano Takuya! —Dijo el más pequeño del grupo abrazando a Takuya—. ¡No quiero que te vayas!

     Takuya sintió una punzada de dolor y culpa. Tommy era el primero que le confesaba que no quería que se fuera, aunque sabía que todos sus amigos pensaban igual.

     —Será sólo por un año, Tommy —lo consoló Takuya, pero lo cierto era que él tampoco quería irse—. Además, prometo venir de visita para pasar la Navidad con ustedes.

     En ese momento, Takuya recibió una llamada en su teléfono celular. Lo tomó para responder y vio ese símbolo en la pantalla. Intentó no hacer evidente su sorpresa, pero no pudo hacerlo.

     — ¿Qué pasa, Takuya? —dijo Kouichi.

     Takuya miró discretamente a la madre de Tommy, pero no atrevió a decir de qué se trataba. Su teléfono volvió a timbrar.

     — ¿Porqué no contestas, Takuya? —dijo la señora Himmi.

     —Señora Himmi, iremos a buscar a alguien que nos ayude con el equipaje —mintió Takuya y miró a sus amigos—. Vamos, chicos.

     Confundidos, Zoe, Kouji, Kouichi, J.P y Tommy siguieron a Takuya. Pero su amigo no entró al aeropuerto, si no que se ocultó detrás de un auto. Sus amigos se apiñaron cerca de él.

     — ¿Qué está pasando, Takuya? —dijo Kouji.

     Como respuesta, Takuya les mostró la pantalla de su teléfono celular. Todos soltaron una expresión de sorpresa. El teléfono timbró una vez más y esta vez, Takuya respondió:

     — ¿Ophanimon?

     —Qué gusto escuchar tu voz, Takuya —respondió la voz de una mujer al otro lado de la línea.

     Takuya y sus amigos sonrieron, igualmente contentos por escuchar esa voz.

     — ¿Qué pasa Ophanimon? —dijo Kouji.

     —Muchachos, necesito su ayuda —dijo Ophanimon—. Las cosas en el Digimundo se han convertido en un verdadero caos. Los Tres Ángeles del Digimundo estamos atrapados en la Zona Obscura y no podemos hacer nada para salvar nuestro mundo —el grupo de Elegidos escuchaba atentamente la explicación—. Es por eso que necesitamos la ayuda de los All Stars, la Pareja Celestial y por supuesto, la ayuda del Brave Snatcher.

     — ¿La ayuda del qué? —dijo J.P confundido.

     —Brave Snatcher —repitió Ophanimon—. No tengo tiempo para explicarlo ahora, J.P. Sólo les diré que el Brave Snatcher es esencial para dar el golpe final al enemigo que una nueva generación de Niños Elegidos deben de enfrentar. Para que las Fuerzas de la Luz sean los ganadores, necesitaremos la ayuda del Ancient Spirit Evolution, Susanoomon

     — ¿Dices que debemos volver al Digimundo? —dijo Takuya emocionado.

     —Exactamente —respondió Ophanimon—. Desgraciadamente no me queda suficiente poder para hacerlos venir a todos, Takuya. Tú eres quien deberá ser transportado y cuándo recupere mis fuerzas, te enviaré el poder de los DigiSpirits de tus amigos.

     — ¿Qué no iremos todos? —Se indignó Zoe—. Pero, Ophanimon, Takuya necesita nuestra ayuda.

     —Querida Zoe, prometo enviarlos al Digimundo para que participen en la batalla final en cuanto recupere mis poderes —prometió Ophanimon—. Ahora, temo que Takuya tendrá que irse al Digimundo cuanto antes.

     — ¿Pero cómo, Ophanimon? — dijo Kouji.

     —Confíen en mí —dijo Ophanimon.

     En ese momento, el teléfono celular de Takuya emitió un intenso resplandor dorado que lo cegó junto con sus amigos. Cuándo recuperaron la visión, Takuya ya no estaba.

Digimon A.D.N AdventureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora