Capítulo LXIV: El Obsequio de Ophanimon

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     Salieron de la Zona Obscura gracias a los poderes de los Tres Ángeles. Cuando se dieron cuenta, habían llegado a un hermoso campo de flores. El Digimundo lucía distinto a como lo habían conocido luego de su llegada. Cuando Kira se acostumbró a la atmosfera, se dio cuenta de que los siete Heroes Legendarios se encontraban ahí, muertos. Taichi, Willis, Katsura y Natsumi seguían de pie. Karminmon también se encontraba ahí, mirando sus manos como si fuesen algo sagrado: su cuerpo había sido fusionado con el de los All Stars y eso la hacía sentirse extraña.

     — ¿Dónde estamos? —dijo Natsumi.

     —Es el castillo de Ophanimon —dijo Nyaramon mirando una hermosa edificación que quedaba cerca de ellos.

     — ¿Así que eso fue todo? —Dijo Katsura—. ¿Clarisse ha sido derrotada?

     Kira giró la cabeza para buscar el cuerpo de la chica rubia, pero lo que encontró fue distinto. A pocos metros de ella se encontraba el Digivice de Clarisse, con la pantalla rota. Kira intentó tomarlo, pero apenas lo tocó éste estalló en mil pedazos. Ella quiso decir algo, pero en ese momento…

     —Tranquila, la paz ha vuelto al Digimundo.

     Kira volvió a girar la cabeza. Ahí, frente a ellos, traslucida como una ilusión, estaba Ophanimon. Ella les sonrió.

     —Les agradezco que hayan salvado nuestro mundo —dijo el ángel—. Aunque lamento que Takuya y el resto se hayan visto afectados —se lamentó.

     —Ellos cayeron luchando por nuestro mundo —dijo Karminmon a Ophanimon—. Señora Ophanimon, permita que Kira y sus amigas se lleven los cuerpos de nuestros heroes para darles un entierro digno —suplicó.

     —Todavía quedan muchas cosas que explicarnos —dijo Katsura mirando a Ophanimon—. ¿Quién era Clarisse? ¿Porqué fue corrompida por la…?

     —No, ella no estaba corrompida por nada —corrigió Ophanimon—. Clarisse era una chica con mucho odio y rencor hacia la vida guardados en su corazón. Por eso, cuando el Emblema de la Oscuridad la encontró, Clarisse se encontró tan identificada con él que terminó por sucumbir ante sus poderes. Aunque claro, Clarisse era malvada aún sin su Emblema.

     — ¿Y PiccoClownmon? —Dijo Natsumi—. ¿Qué será de él?

     —Renacerá con el resto de nuestros amigos —dijo Ophanimon—. Aunque su corazón será purificado antes de que salga del Digihuevo.

     — ¿Y los Heroes Legendarios? —dijo Kira suplicante—. ¿Ellos podrían volver a la vida?

     —Sus almas se han ido en paz —dijo Ophanimon.

     — ¿Y qué pasará con Loppmon, Patamon y Gatomon? —Dijo Willis—. Ophanimon, ustedes dijeron que ellos tomarían su lugar como los Tres Grandes Ángeles de este mundo.

     —Patamon y Gatomon tendrán que renacer para tomar nuestro lugar —sonrió Ophanimon a Willis—. Ahora que la obscuridad ha sido controlada, el Digimundo volverá a ser lo que era antes.

     — ¿El Emblema de la Oscuridad fue destruido? —preguntó Natsumi.

     —No, pequeña —dijo Ophanimon—. Para que haya luz, tiene que haber oscuridad y viceversa. Ambas, luz y obscuridad, se complementan como todo lo que existe en ambos mundos. La sombra siempre opacará a la luz y la luz siempre destruirá a la obscuridad, ese es el orden natural de las cosas.

     —Pero los estragos que provocó Clarisse ya fueron arreglados, ¿no es así, Ophanimon? —dijo Taichi.

     —Correcto —sonrió Ophanimon.

     —Pero… —dijo Kira—. Cheepmon… —una lágrima brotó de sus ojos.

     —Bueno, tú diste mucho en esta batalla, Kira Yagami —dijo Ophanimon—. Por eso, quiero darte un obsequio.

     Un pequeño Digihuevo con motivos de color negro y amarillo, apareció en el cielo y descendió hasta quedar en las manos de Kira. La chica, incrédula, miró a Ophanimon.

     — ¿Qué es esto? —preguntó.

     —Como saben, los Datos del Digimundo tendrán que reiniciarse —explicó Ophanimon—. Eso significa que las memorias de los Digimons serán borradas. Pero me parece injusto que ustedes tres —miró a Kira, Natsumi y Katsura—, tengan que verse afectadas en esto... Por eso, mi obsequio es que sus compañeros Digimons las acompañen de vuelta al Mundo Humano.

     — ¿De verdad? —dijo Nyaramon emocionado.

     — ¿Podemos ir, señora Ophanimon? —dijo Tsunemon.

     Ophanimon se limitó a sonreír.

     — ¿Así que aquí se termina todo, verdad? —dijo Kira.

     —Yo no diría que esto es un adiós, Kira Yagami —dijo Ophanimon—. Tengo la esperanza de que volvamos a vernos.

     Ophanimon no dijo más y se desvaneció en el aire. Sin duda, no habría más problemas a partir de ese momento.

Digimon A.D.N AdventureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora