Capítulo XVIII: ¡Vamos a una nueva Zona del Digimundo!

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  • Dedicado a Tagiru Akashi
                                    

     En una pequeña cancha de baloncesto se encontraban tres muchachos. Uno era moreno, el otro castaño y el tercero rubio. Se había vuelto una monótona costumbre el ir a aquel lugar, aunque uno de ellos no pudiese hacer ninguna actividad desgastante sin que sufriera un desmayo. El chico castaño y el chico moreno usaban gafas de aviador, casi idénticas. El moreno lanzó el balón al aro y consiguió un punto perfecto.

     — ¡Bien hecho, Taiki! —dijo el castaño.

     Taiki Kudou soltó un suspiro que denotaba que estaba aburrido y se dejó caer en la banca.

     — ¿Te sientes bien? —dijo el rubio preocupado.

     —Si, Yuu, no te preocupes —dijo Taiki tomando un trago de agua helada.

     — ¿Entonces qué te pasa? —dijo Tagiru Akashi.

     —Hacemos esto todos los días —se quejó Taiki—. Comienza a volverse aburrido, eso es todo.

     Yuu Amano se sentó junto a Taiki y le dio una palmada en la espalda.

     —Pensé que Tagiru era quien se deprimiría más cuando el Xros Heart dejó de tener trabajo —comentó con una sonrisa—. Pero tú lo estás tomando peor.

     —Nunca dije que se tratara del Xros Heart —se quejó Taiki, su voz demostraba lo contrario—. Es sólo que estoy aburrido.

     —Pero no tenemos otra cosa que hacer —terció Tagiru uniéndose a ellos.

     Taiki sacó un objeto extraño del bolsillo de sus pantalones, era de color rojo y parecía algo semejante a un videojuego.

     — ¿Todavía llevas contigo el Xros Loader? —se sorprendió Yuu.

     — ¿Tú no? —Se indignó Taiki—. Tenerlo cerca me hace sentir cerca de Shoutmon y los demás.

     Yuu pareció ofenderse con ese comentario y les mostró a sus amigos un objeto semejante al de Taiki, pero de color amarillo.

     —También me gusta sentir cerca a Damemon —comentó Yuu con tristeza.

     —Pensé que era el único que se sentía así —sonrió Tagiru mostrando un tercer objeto de color rojo—. También me gusta sentir cerca a Gumdramon y…

     En ese momento se escuchó una voz que no pertenecía al grupo. Parecía salir de la misma cancha de baloncesto, pero al mismo tiempo no pertenecía a ninguna parte.

     —Taiki…

     El chico se sobresaltó y se levantó de un salto.

     — ¡Shoutmon! —Gritó sorprendido escudriñando cada rincón con la mirada—. ¡Shoutmon! ¿Dónde estás?

     Yuu y Tagiru intercambiaron miradas. El rubio quiso decir algo, pero en ese momento...

     —Tagiru…

     El chico castaño actuó de la misma forma.

     — ¡Gumdramon! —Dijo en una perfecta imitación de Taiki—. ¡Gumdramon, te escucho!

     Fueron segundos que parecieron una eternidad, hasta que se escuchó una risa y la misma voz que se escuchó al principio dijo:

     — ¡Lo sabía! ¡Nos escucharon!

     — ¡Shoutmon! —repitió Taiki emocionado—. ¿Dónde estás?

     — ¡En el Xros Loader, Taiki! —respondió Shoutmon y cuando el chico lo vio se dio cuenta de que la pantalla de aquel artefacto se había encendido.

     — ¡Shoutmon! —Repitió por tercera vez esbozando una amplia sonrisa—. ¡Qué gusto escucharte!

     — ¡También a nosotros nos agrada escucharlos! —Respondió Gumdramon, desde el Xros Loader de Tagiru—. ¡Necesitábamos hablar con ustedes con urgencia!

     — ¿Qué pasa, Gumdramon? —dijo Tagiru de repente muy emocionado.

     Yuu miró su Xros Loader, que seguía apagado. Se mostró decepcionado y deprimido.

     —Hay problemas en el Digimundo —explicó Shoutmon con seriedad—. Los Tres Ángeles que cuidan de nuestro mundo han sido enviados a un lugar llamado la Zona Obscura, de forma que un grupo de humanos ha tomado el control del Digimundo.

     — ¿Qué? —dijo Taiki sin querer creerlo.

     ¿Qué había sido del Digimundo que él había ayudado a construir?

     —Ophanimon, una de los Tres Ángeles, pudo ponerse en contacto con los Heroes Legendarios, nosotros —continuó Gumdramon—. Los siete debemos reunirnos para poder ayudar a una nueva generación de Niños Elegidos y vencer a esos humanos que quieren dominarnos.

     — ¿Siete? —Se extrañó Tagiru—. Pero… ¿Qué no eran seis los Heroes Legendarios?

     Shoutmon rió antes de responder.

     —Tagiru —dijo al fin, Taiki y Tagiru adivinaron que estaba sonriendo—. Arresterdramon y tú salvaron el mundo en una ocasión. Demostraste un gran valor al enfrentarte a Quartzmon, eso fue suficiente para que se te concediera el honor de ser un Héroe Legendario.

     Tagiru se ruborizó. Taiki le dio una palmada en el hombro.

     — ¿Qué necesitan de nosotros? —dijo Taiki a la pantalla del Xros Loader.

     — ¡Necesitamos que vengan cuanto antes al Digimundo! —Dijo Shoutmon—. Taiki y Tagiru serán transportados a una zona del Digimundo conocida como la Isla File

     Taiki y Tagiru intercambiaron miradas y después, sus ojos se posaron en Yuu, que escuchaba todo atentamente.

     —Shoutmon... —dijo Taiki sin quitar sus ojos de Yuu—. ¿Sólo nosotros dos?

     — ¿Qué hay de todo el Xros Heart? —Dijo Tagiru en el mismo tono—. ¿No vendrán con nosotros?

     —Por ahora no podemos traer a más humanos aquí —explicó Gumdramon—. Ophanimon nos dio un poco del poder que le quedaba para hacerlos venir a ustedes ahora.

     —Pero todas las Generaciones deberán reunirse para la batalla final —explicó Shoutmon y añadió, como si únicamente Taiki estuviese escuchando—: Taiki, por ahora necesitamos al General del Xros Heart en el Digimundo para intentar restablecer un poco de paz antes de la batalla final.

     Taiki intercambió una mirada con Tagiru y ambos sonrieron, diciendo:

     —Iremos.

     — ¡Eso quería escuchar! —Dijo Shoutmon—. En unos momentos los traeremos aquí.

     — ¡Esperen unos segundos! —añadió Gumdramon.

     —Taiki… —dijo Yuu acercándose a ellos.

     —Tranquilo, Yuu —dijo Taiki sonriente—. Estaremos bien.

     —Sí, no te preocupes —dijo Tagiru dándole una palmada en el hombro—. Nos veremos pronto.

     Y diciendo esto, Taiki y Tagiru se vieron deslumbrados por un fuerte resplandor que salió de sus Xros Loaders. Segundos después, habían desaparecido.

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