Digimon A.D.N Adventure

Capítulo IV: Las Instrucciones del Señor Genai

     Los ocho chicos se vieron confundidos por aquellas palabras. La situación era de lo más extraña, comenzando porque se encontraban en una playa, acompañados por un grupo de creaturas extrañas y la voz de aquel anciano parecía salir de cualquier parte, excepto del teléfono de Kira.

     — ¿Niños Elegidos?  —Dijo Miyu—. ¿Quién es usted? ¿Cómo consiguió este número?

     —Soy alguien que también lucha por liberar a este mundo —respondió el anciano—. El señor Genai. Supongo que ya han conocido a sus acompañantes, los Digimons Elegidos.

     — ¿Alguien puede explicarme qué está pasando?  —dijo Kat pero el anciano la interrumpió.

     —Hemos estado esperando su llegada desde hace dos siglos.

     — ¿Nuestra llegada?  —Dijo Kira—. ¿A qué se refiere con nuestra llegada?

     —En un momento comprenderán todo —dijo el anciano—. Por ahora, debo hacerles entrega de esto…

     En cuanto el anciano dijo eso, los chicos presenciaron la llegada de ocho esferas de luz de distintos colores que salieron del suelo, como si estuviesen ocultas ahí y ellos hubiesen llegado porque era preciso que las encontraran. Eran de color naranja, azul, rojo, purpura, gris, verde, amarillo y rosa. Cada esfera se posó enfrente de uno de los chicos: la naranja, para Kira; la azul, para Katsura; la roja, para Miyu; la purpura, para Itou; la gris, para Kyo; la verde, para Kat; la amarilla, para Touya; y la rosa, para Natsumi.

     —Tómenlos —ordenó el anciano.

     Parecía que esa misteriosa voz los estuviese espiando porque, de alguna forma, había adivinado que los chicos no se atrevían a tocar las esferas de luz. Sin embargo, así lo hicieron. Cuando sus manos hicieron contacto con la luz, se materializaron ocho objetos semejantes a collares, que llevaban un extraño símbolo del color de la esfera que se les había otorgado.

     —Son sus Etiquetas —explicó el anciano—. Me he tomado la libertad de reunirlas todas, ya que sus anteriores dueños no protestaron cuándo les dije que sería necesario que me las entregaran. El símbolo que aparece en ellas es su Emblema.

     — ¿Emblema?  —dijo Kira confundida mirando el símbolo que aparecía en su Etiqueta: un sol de color naranja.

     —Los Emblemas son ocho: el Valor, la Amistad, el Amor, el Conocimiento, la Sinceridad, la Pureza, la Esperanza y la Luz —explicó la voz del anciano—. Los Emblemas harán parte del trabajo en sus aventuras a partir de hoy, sin embargo hay algo que necesitarán para sobrevivir y no podré entregarles eso personalmente.

     — ¿Sobrevivir?  —dijo Touya.

     —El Digimundo, el lugar donde se encuentran ahora —explicó el anciano—, se encuentra en una época de crisis. Hay cuatro humanos que están destruyéndolo todo, convirtiendo este hermoso mundo en un infierno para quienes lo habitamos. Estos cuatro humanos se han hecho llamar los Dark Tamers. Ustedes ocho han sido elegidos para salvar el Digimundo de los poderes de los Dark Tamers, con ayuda de los ocho Digimons Elegidos, que habrán de alcanzar el Nivel Ultra de Digievolución. Y eso será únicamente posible con el A.D.N Digital.

     — ¿Qué?  —dijeron todos a la vez.

     —La luz de sus Emblemas puede expulsar tanto A.D.N Digital como sea necesario para alcanzar los diferentes Niveles de Digievolución —explicó el anciano—. Los Niveles de Digievolución son diez: Digihuevo, que podrán usarlo para hacer que sus Digimons renazcan en caso de que se vean obligados a caer en batalla; el nivel Bebé; el nivel Novato, que es dónde se encuentran ahora sus Digimons. Después se encuentra el nivel Campeón, Mega Campeón, Híper Campeón, Silver Campeón, Warrior Campeón, Ultimate Campeón. Y por último: Ultra Campeón, el Nivel más poderoso de Digievolución. Desgraciadamente, no podrán alcanzar altos niveles sin haber pasado por los anteriores, deberán ir alcanzándolos con el pasar de sus batallas. El DigiSense, que es lo que le dice a un DigiDestinado cuándo es momento de Digievolucionar, será lo que los guíe en esta travesía.

     —Un momento… —dijo Kat mareada ante tanta información—. ¿Por qué nos dice todo esto?

     —Ustedes son la única esperanza del Digimundo —explicó el anciano—. Y para poder utilizar su A.D.N Digital, necesitarán también esto…

     De repente aparecieron ocho destellos de luz que salían de los bolsillos de los ocho chicos, comprendieron lo que era cuándo el teléfono de Kira se transformó en un extraño objeto semejante a un pequeño videojuego de color naranja. Los chicos descubrieron que también sus teléfonos se habían transformado en aquel artefacto. Era pequeño, cuadrado y tenía una pequeña pantalla.

     —Estos son sus Digivice —explicó la voz del anciano que aún salía del artefacto—. Estos aparatos se llaman DigiLectors, los cuales podrán leer sus datos y hacer que sus compañeros Digievolucionen.

     De repente la voz dejó de hablar como si no tuviese más que decir.

     — ¿Y quién le dijo que aceptaríamos?  —dijo Natsumi confundida.

     —Aceptaremos —dijo Kira decidida.

     — ¿Qué?  —dijeron sus amigos incluso los mellizos Yokou.

     —No podemos dejar desamparados a estos seres —dijo Kira valientemente—. Mi padre me enseñó a jamás dar la espalda a quien necesita ayuda.

     —Pero, Kira… —dijo Katsura que por primera vez parecía no querer pelear contra algo o alguien.

     —Estás loca, Yagami —dijo Kat—. Yo no pienso participar en esto.

     Kat se dio la media vuelta para alejarse, pero Cherubimon la llamó diciendo:

     —Los Niños Elegidos son un equipo. No puedes abandonarlos, no tienes alternativa.

     —También yo pienso que es una locura —dijo Touya—. Es un error, nosotros no tenemos nada especial.

     — ¿Y qué es eso del A.D.N Digital?  —Dijo Miyu que se había convencido con las palabras del señor Genai—. ¿Cómo lo expulsaremos? No hemos recibido ningún tipo de entrenamiento y… —Miyu se interrumpió cuándo escuchó un sonido semejante a un gruñido, un sonido gutural que se acercaba a ellos—. ¿Escucharon eso?

     Pero sus amigos estaban paralizados del miedo. Aprovechando la confusión se había acercado a ellos una creatura extraña y aterradora. Un gigantesco ogro de color verde, que arrastraba un garrote por el suelo.