Capítulo LI: ¡Reacciona, Taiki! ¡Calumon Salva el Día!

778 26 0
                                    

     —Ven, siéntate aquí.

     Hikari y Kira ayudaron a Takuya a llegar bajo la sombra de un árbol. El chico se dejó caer en ese lugar, quejándose de que era un brazo lo que lo aquejaba. Hikari se ocupo de revisar sus heridas.

     —Hikari… —Daisuke se acercó a ellos—. Iré a buscar un escondite.

     — ¿Un escondite? —dijo Hikari.

     —Si nos quedamos en campo abierto, los enemigos podrán encontrarnos con facilidad —dijo Daisuke.

     —Entiendo —dijo Hikari—. Ten mucho cuidado, Daisuke.

     El chico sonrió antes de retirarse.

     — ¡OmegaShoutmon, quiero que los ataques ahora! —ordenó Taiki agresivamente.

     —Pero, Taiki… —dijo OmegaShoutmon dando un par de pasos hacia atrás—. No puedo…

     — ¡Tienes que obedecerme! —Dijo Taiki—. ¡Soy tu compañero, tienes que hacer lo que yo te diga!

     — ¡Reacciona, Taiki! —Dijo Tai—. ¡Éste no eres tú!

     — ¡Ese sujeto te está usando! —dijo Takato.

     —No importa cuánto le hablen, Taiki no volverá a ser el mismo hasta que no lo hayamos derrotado —dijo FairyKarminmon.

     —Pero… —Masaru no tenía ánimos para pelear—. No podemos lastimarlo.

     —Masaru tiene razón, Taiki es un amigo nuestro —dijo Tai—. No podemos luchar contra él.

     — ¡Si no lo hacemos, él nos destruirá! —dijo Katsura.

     — ¿Qué esperas, OmegaShoutmon? —Dijo Taiki—. ¡Obedéceme!

     — ¡No, Taiki! —Dijo OmegaShoutmon—. ¡No lo haré!

     — ¿Está muy herido? —dijo Kira preocupada.

     —Es lo que voy a averiguar —dijo Hikari mientras descubría una herida sangrante que Takuya tenía en el brazo derecho—. Es una lástima que ese pequeño Digimon, Cutemon, esté en el Digivice de Taiki. Con él, podríamos curar las heridas de…

     —Déjamelo a mi —dijo Cheepmon colocando sus diminutas patas amarillas sobre la herida de Takuya.

     Las diminutas patas de Cheepmon emitieron un resplandor de luz dorada. Cuando éste se apagó, la herida había desaparecido. Takuya sonrió.

     —Gracias, Cheepmon —dijo el chico.

     —No sabía que podías curar las heridas —dijo Kira sonriente—. ¿Por qué nunca lo dijiste?

     —Porque no es una de mis técnicas especiales —respondió Cheepmon contento. Aunque era imposible ver su sonrisa, porque todo su cuerpo estaba cubierto de plumas—. Pero me alegra saber que fui de ayuda.

     — ¡También a mí! —dijo una tercera voz que salía del Digivice de Takuya. El chico miró la pantalla, ahí aparecía un extraño símbolo—. ¡Qué bueno que estás bien, Takuya!

     —Agunimon —sonrió el chico—. ¿Estabas preocupado por mi?

     —Claro que sí —respondió Agunimon.

     — ¡Agunimon del Fuego! —Dijo Cheepmon emocionado agitando con rapidez sus alas—. ¡Uno de los Dioses Legendarios! ¡Qué inspirador! ¡Un Digimon Legendario preocupándose por un amigo humano!

Digimon A.D.N AdventureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora