-¿Y bien?
Había sido todo muy repentino. Pero ¿Y si estoy enamorada? Se que dije mil veces que no, que eso no existía, ¿el amor? Es basura. Pero sin embargo cuando lo miro a él, sus ojos, su sonrisa, sus gestos, como me mira, se que el amor existe, a través de él sé que todo lo ficticio es real.
Me siento feliz, de una manera que jamás lo había hecho. Me tiemblan las piernas y me entran calores cuando él está cerca. Me siento en el cielo si me besa. Me calmo cuando me abraza. Se me suben los colores cuando me piropea. Agacho la cabeza cuando me sonríe. Siento vergüenza si su padre está aquí. Y... Sí, estoy enamorada.
No vale la pena negarlo.
No me atrevo a dudarlo.-Sí, claro que si quiero.
La cara de Mario refleja la mas grande de sus sonrisas
Era una auténtica locura decir que si, pero mas de locos habría sido decir que no. La situación ya estaba bastante jodida, me había recorrido gran parte de la unión europea con tal del volver aquí, ¿cómo iba a ser capaz de negarme? Sus ojos brillaban y su sonrisa mas. Sabía que estaba metida en un lío, pero cualquier cosa habría valido la pena por ver a Mario como estaba sonriendo. Si antes cabía una mínima duda, por pequeñísima que sea, ya no existía. Ya no.
Los meses pasan rápido. Ya van diecisiete. Me cayó una bronca monumental, pero no importó, los humos se calmaron cuando les conté que Mario y yo estábamos juntos, la verdad, se alegraron muchísimo. Kike no soportó la relación que tenemos Mario y yo y se fue de casa, ahora vive a saber donde, se echó una novia Hippie y se recorren el mundo en una caravana ranchera. Sofi sigue igual de preciosa, incluso la llevaron a un concurso de belleza, y quedó segunda, pero lejos de rendirse, Sofi sigue preparándose. Mis padres adoptivos hicieron las paces con el padre de Mario y su hija adoptiva. Las cosas han ido bastante bien, incluso Mario y yo somos graduados, si, Mario, el mismo Mario que siempre estaba en líos. Ahora estamos haciendo nuestras maletas, porque mi madre salió del psiquiátrico, ¡Si! ¡Salió! Por fin le dieron el alta definitiva. El médico dice que debemos vigilarla las 24h, y como yo ya tengo 18 años, puedo hacerme cargo de ella. Según nos dijeron, ni siquiera necesitaba sus antidepresivos, había pasado como medio año limpia, sin mono, sin ninguna pastilla medicinal, estaba completamente curada, por fin podíamos formar una nueva familia, aunque sin olvidar a la que me crió y educó por dos años. Mario no quiere separarse de mi, es tan mono conmigo. Creo que nunca nadie me había cuidado tanto. Y piensa ayudarme con lo de mi madre. Jamie, mi mejor amiga, se fue a un país de esos, ya sabéis, de los que necesitan ayuda, de voluntaria para ayudar a que esos pequeños no se mueran de hambre, se enamoró de un chico que formaba parte de ese voluntariado y hace poco tuvieron su primera cita, aunque no se mucho mas porque en el país que está es tan pobre que a penas tienen cobertura. ¿Y Melissa? Eso fue gracioso, se enamoró de Nathan, o Riky o como narices se llame ese imbécil, que por cierto la dejó embarazada y huyó. Al parecer Jamie y yo tuvimos mucha suerte al alejarnos de ese tipo. Melissa tuvo una niña a la que llamó Bárbara, y si os pensáis el por qué de ese nombre, adivinad que diminutivo usa, sí, Barbie.
Pero bueno, ha sido un año de locos, locos y locuras, han pasado cosas tan extrañas, que ni yo sabría explicar. Cuando el medico me llamó y dijo que mi madre tenía el alta, me alegré mucho, pero mucho, corrí a contárselo a mis nuevos padres y ellos enseguida me apoyaron, de hecho, ellos me pagan el viaje y el hospedaje a la gran ciudad, donde mi madre está, también pagan el de Mario y el de mi madre, son personas maravillosas. Lo cierto es que aunque tengo un pasado muy gris, parece que el sol empieza a salir, no tardaré mucho en tener un arco Iris en mi vida, las cosas empiezan a girar en el buen sentido. Ahora si.
De mi padre biológico recibí noticias, el mismo día en el que yo me convertía en modelo revelación 2016. Que digo yo, vaya casualidad. ¿No lo había contado? Perdón. En Junio hicieron un concurso para buscar nuevas modelos por mi ciudad, tenía el pelo rojo recién teñido, rojo fuego, y lo cierto era que llevaba meses en el gym, por culpa de Mario, total que Mario a escondidas mandó mi foto con mis datos al concurso y en un abrir y un cerrar de ojos estaba posando para miles de revistas, con el título de modelo revelación. Un montón de revistas preguntaron por mi historia, la cual sigue siendo un secreto para aquel publico que me admire. Por ahora mi carrera de modelo la he estancado, no me importa perderla, porque lo primero es mi madre.
Y en fin, en las puertas del plató de TV donde me nombraron Modelo Revelación apareció mi padre suplicándome un perdón, y si, le perdoné por todo lo que hizo, gracias a lo que él hizo yo estaba ahí, pero para mi él no es mi padre, así que perdonar, no es actuar como si nada hubiese pasado.
Me pone nerviosa la idea de volver a ver a mi madre, no se como es, solo se que de joven era una mujer guapísima, y espero que algún día recupere esa belleza, junto a esa sonrisa que siempre le iluminaba la cara.
Si hay algo que me sabe mal de esta historia es que mi abuela, que en paz descanse, nunca podrá ver lo fuerte que salió su nieta, y la recuperación definitiva de su hija. Sin duda, si aquí se ha de hablar de luchadoras, esas somos mi madre y yo.
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¿Finales Felices?
RomanceRoxy, como le gusta que le llamen, jamás se ha criado en un entorno estable o acogedor, su madre, drogadicta y depresiva, lleva mudándose casi toda su vida. Tras ese ejemplo Roxy ha comprobado que el amor no existe y a sus 16 años ya tiene claro que...