10. Día uno después de la fiesta.

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Imagen: Jamie, antes y ahora.

Jamie y yo quedamos como siempre en la puerta de su casa, Kike me acompañaba cada mañana hasta ella, siempre íbamos distanciados, pero después de este grandioso fin de semana estábamos más unidos. Íbamos codo con codo y riéndonos. Risas y bromas. Su risa era escandalosa y atractiva. Me agradaba oírlo. A pesar de que era muy, muy, muy escandalosa.
Estando en la puerta de Jamie la veo salir, pero no como siempre. Hoy brilla más. No se la reconoce. Está preciosa. Kike la mira embobado. Yo también.
Sale sonriendo, su sonrisa habla de lo feliz que está tras el viernes.

-Estoy ansiosa por ver como ha reaccionado la gente. ¡LA FIESTA FUE FANTASTICA! y bueno, ligué. Por eso estuve toda la noche desaparecida.
-¿Ligaste? ¿¡Con quien, maldita zorra!?- Ella sabe que lo digo con cariño.
-Ya te contaré. Esta noche tenemos una cita.
-Estoy deseando que me cuentes.
-¿Y vosotros...? -Nos mira a Kike y a mi.
-Oh... -Me sonrojo. -Nada. Somos hermanos.
-Claro... Hermanita. -Kike me coge por el hombro.
-A mi no me engañáis perros.
-Vamos Jamie, se hace tarde. -Sonrío.

Tiro fuertemente de ella para que se calle a tiempo.
No quiero que nadie sepa que Kike y yo sólo somos hermanos. Hermanos que se besan. Que se comportan como una familia, pero hermanos.
Rápidamente llegamos al instituto. Todas las miradas van hacia nosotras pero esta vez no es odio. Es admiración. Admiran nuestra fiesta. El haberles alegrado el fin de semana.

-Hola Jamie. Hola Roxy. -Nos saluda Esteban, Stiwy para los amigos. El popular del instituto. Es jugador del fútbol y la temporada pasada vinieron de Madrid y Barcelona para ficharlo a su equipo. Él se negó por Patricia, su hermana, sufre parálisis cerebral y no quiere dejarla sola. Eso le hizo ganar puntos con las chicas.
-Hola Esteban. -Digo.
-Llamarme Stiwy. -Nos guiña el ojo.
-Tía que nos ha saludado Stiwy.  -Murmura Jamie.

Igual la fiesta si que fue buena. Empieza a parecerse a una vida típica de película americana. Roxy. Stop. Deja de ver esas películas.

-Ho...hola chicas. -Dice el chico rarito.
-Hola Alex. ¿Que tal van las clases?
-Todo genial Jamie. Supongo que dejarás el equipo de ajedrez.
-¿Que te hace pensar tal cosa?
-Ahora eres popular.
-Y no me haré una estúpida, me apasiona el ajedrez Alex. Nos vemos esta tarde.

Miro fijamente a Jamie.

-¿Que pasa?
-¿Ajedrez?
-Subcampeona.
-Wow, realmente le agradas a Alex.
-Es sólo un amigo. Además, yo ya tengo una cita.
-Aún no me has hablado de él.
-Bueno, no sé mucho de él. Esta noche hablamos de él. Después de la cita.
-Me vas a tener integrada, maldita zorra.
-Yo también te amo.

Sale corriendo. Acaba de sonar la campana anunciando el inicio de clases y ella odia llegar tarde.
Toca inglés, y como los profesores saben que voy atrasada respecto esta asignatura, tengo uno particular en otra aula.

—————————————

Que día tan aburrido. Es decir, en las clases. A la hora del recreo hemos estado muy bien acompañadas.
Estábamos sentadas en unos de los bancos del patio, donde siempre nos hemos puesto Jamie y yo. Al momento un gran grupo de chicos nos han rodeado.

-¿Y bien?
-Somos los chicos del gimnasio. La verdad es que no nos relacionamos mucho con la gente de fuera del gimnasio pero gracias a vosotras, en esa fantástica fiesta, nos sentimos en nuestro propio ambiente. No estábamos siendo excluidos de una fiesta como siempre hace Melissa. Vosotras hacéis que cada persona de este instituto se sienta parte de él.
-Eso es porque todos necesitamos ser oídos. -Dice Jamie.
-Y te doy la razón. Tú nos haces hablar.
-Bueno...
-Gracias.

Se levantan todos a la vez y se van.

-Esto ha sido realmente extraño.
-¿Has oído Roxy? Hemos conseguido que todo el mundo se sienta acogido.
-No, claro que no, lo has conseguido tú.
-Y tú Roxy, y tú, si tu no hubieses aparecido, ¿que hubiese sido de mi? Fíjate, todo esto lo has conseguido tú. Eres una especie de milagro. Ángel guardián. No lo sé. Pero has venido a salvarnos.
-Estás exagerando Jamie.
-Tal vez. O tal vez no. Tal vez tú no lo sepas, pero nos estas ayudando a todos. Mira, hace dos meses Alberto, no podía andar, y hoy ya va con muletas. Tú le animaste aquella vez, cuando le hiciste dar dos pasos, creyendo que te mentía. Mira a Tamara, ella no tenía amigos y tú le invitaste a la fiesta, ahora tiene amigos, raros, pero los tiene. Mira a Jorge y Amaya, nunca se dijeron lo que sentían hasta que tú les encerraste. Incluso mira el director Francis, jamás ha sido respetado por los alumnos y tú le enseñaste a tener mano dura, bien, para que castigase a Mario, pero le enseñaste. ¿Y Melissa? ¿La ves? Hoy no está aquí para hundir a nadie, porque tú la hundiste a ella. Roxy, nos has ayudado, a todos, a veces queriendo, a veces sin querer, pero en este instituto todos te deben algo.
-Vaya Jamie, si que eres observadora.
-Siempre quise ser policía, de la secreta. Pero esto no ha terminado, fíjate en la mirada de Mario, jamás ha mirado a nadie como te mira a ti. Date cuenta Roxy, el amor si existe.

Jamie me deja sin palabras. No tengo nada que decir. Le doy la razón en casi todo. El amor no existe.

Nota de la autora

Hola, hola!
Ya es miércoles y la verdad es que tenía ganas de que llegase este capítulo ¿os gusta? Creo que la emoción comienza a aumentar, no . Bueno espero que lo hayais disfrutado y que nos volvamos a leer el próximo miércoles.
Cualquier comentario no dudeis en decirlo.
GRACIAS

¿Finales Felices?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora