¿Finales Felices?

20. Viajando a Burano.

Madrugamos como nunca. A las 4:30 estábamos todos en pie.
Ayer al llegar a casa le envié un mensaje a Mario "me temo que no nos veremos en una semana, Anne insiste en irnos de vacaciones, nos vamos a Burano, no se como será este sitio, pero ya nos veremos."
Me sabía mal irme sin decirle nada.
Esta mañana he leído su respuesta.

"Ten cuidado con Kike."

Será imbécil. Ni "buen viaje". Ni "pasalo bien". Ni "cuidate". Nada. Absolutamente nada. Un puto "ten cuidado con Kike". Asqueroso. Ni que fuese mi dueño. Soy una persona libre y con todo el derecho a tener sexo con quien quiera. Y eso haré.
Cabreada me visto. Por suerte el tiempo que estemos allí desconectaré de todo. Ni móviles. Ni ordenadores. Ni nada que me comunique con el resto del mundo. Yo y mi libertad. Mi libertad y yo. Haré lo que quiera. Como quiera cuando quiera. Ese imbécil se va a enterar. Sabrá lo que lleva un "ten cuidado con Kike."

En cuanto llegamos a la casa nos asignan las habitaciones, Kike y yo dormiremos en una cama de matrimonio, encima juntos.
Aunque él sigue sin mirarme nos tocará dormir juntos. Me tocará aguantarlo. Aguantar que me ignore y esas cosas.

-Nos vamos a conocer este sitio, Roxy, Kike, ¿venís?
-No. -Dice Kike inmediatamente.
-Yo... Tampoco. -Contesto mirándole. No me mira.
-Está bien, si salís tenéis las llaves detrás de la puerta. Cerrarla con doble llave.

Anne coge su bolso y sale. Estamos solos. Kike y yo solos.
Sin decir nada se levanta y se mete en la habitación. Por un momento dudo; ¿le sigo o voy por mi camino?
Intento encender la televisión pero extrañamente no encuentro el mando así que sin darle mas vueltas voy a la habitación donde está Kike.
Me debato si tocar la puerta, pero un impulso me hace abrirla sin mas.
Mala idea.
Kike está solo en calzoncillos de espalda a la puerta buscando algo en su maleta, o espera, en la mía.
Sin inmutarse Kike habla.

-En ese orfanato debieron enseñarte a tocar antes de entrar a una habitación ajena.
-Esta es mi habitación y esa mi maleta. A ti debieron enseñarte a no hurgar en la maleta ajena.
-¿Donde tienes tu maldito móvil?
-¿Y a ti que te importa? -Entro y cierro la puerta detrás mía.

Kike se gira y veo su tan perfecto cuerpo. Me sonrojo pero a penas se me nota.
Se acerca a mi.
Lentamente.
Muy despacio.

-Ahora mismo me vas a decir donde narices está tu móvil.
-Ya te he de dicho que no te importa. -Trago saliva. Empiezo a acojonarme.

Kike sigue avanzando.
Como anteriormente pone su brazo al lado de mi cabeza, atrapándome entre él y la pared.
Mi respiración se acelera.
Y se entrecorta.

-¿Me vas a decir ahora donde está?
-Eh... No...

Acerca su cara hacia la mía.
Me coge de la barbilla delicadamente y me obliga a mirarle a los ojos. A penas hay espacio entre nosotros.

-Roxy, Roxy, te estás portando muy mal. Voy a tener que castigarte. -Agacha la cabeza.
-¿Que?

Sin decir mas me coge del culo y tira hacia arriba, haciendo que mis piernas se enreden en su cintura, después me besa.
Me moría de ganas.
Le beso.
Comienza a andar en dirección la cama. Se tira hacia atrás dejándome encima suya. Tengo el poder. Le beso mientras me muevo encima suya. Quiere. Quiero. Queremos.

-No aguantaba mas esta situación contigo. Roxy yo...
-Callate. -Le beso. -Nada importa ahora.

Me desabrocha la camiseta que llevaba y me la quita. Hace fuerza y me da la media vuelta. Me deja debajo. Un ultimo beso y baja a quitarme los pantalones. Tarda una décima de segundo hasta que vuelve a subir a besarme. Los dos nos movemos. A veces descoordinados y otras coordinados. Finalmente nos deshacemos de nuestra ropa interior.

-¿Estás segura?

Asiento. Quiero. Claro que quiero. Mario se va a enterar.
Kike se levanta a su maleta y saca un condón de ella.
¿Sabía lo que pasaría?
No importa. Roxy ya esta bien. Nadie predice el futuro, los tíos son así, siempre llevan condones.
Kike me acaricia el pelo mientras se coloca. Vamos a hacerlo. Por primera vez juntos. Él y yo.
Respiro hondo, me preparo.
Junta sus labios con los míos y lo hace. Noto una pequeña punzada y después placer, contra mas rápido lo hace, más placer siento. Más necesito. Mas quiero y mas pido. Se mueve rápido pero a la vez siguiendo un ritmo. Muchísimo mejor que Mario. Mis manos recorren su espalda arañándole por completo. No se queja, eso solo le impulsa a ir mas rápido y terminar su recorrido hasta el final. Me siento en la necesidad de gritar. El placer es demasiado. Noto sus leves gemidos. Me gusta oirlo gemir. Da un último empujón y ambos gritamos a la vez. Pobres vecinos.
Con la respiracion agitada se quita de encima y se echa hacia un lado.
Se quita el preservativo y lo tira al suelo junto a la cama. Se tumba a mi lado a la vez que yo me levanto.

-¿Qué? ¿Ya? ¿No te vas a tumbar conmigo? ¿Ni a descansar?
-Yo... Kike...
-Me has usado, ¿no?

Le miro apenada.

-Da igual. No respondas.
-No es eso... Yo nunca...
-Ni si quiera eras virgen. ¿Quien fue? Mario, ¿cierto? Ese italiano... Como no. ¿Cómo fui tan jodidamente ciego?
-Kike...
-Dejalo Roxy. Tirate a quien quieras. Daña a todos. Hazles creer que hay o puede haber algo. Enamoralos. Y después de tener sexo les dices que amas a un italiano de mierda.
-¡YO NO ESTOY ENAMORADA!
-Por dios Roxy, se te nota en la mirada. Le miras como una niña pequeña mira los juguetes. Como si te fuese la vida en él. Como si él te hiciese feliz. Le miras como si estuvieses a punto de dar la vida por él. Estás enamorada de él, como yo lo estoy de ti.
-Te confundes. Yo no creo en el amor.
-Vete a engañar a otros con esas tonterías. Tú lo amas.

Se levanta. Se viste y se va.
¿Amor? Eso es para cobardes. Yo no necesito a Mario. No lo necesito.

Nota de la autora:
Ya está aquí ¿como va? Espero que os haya gustado jo, hoy no pondré un gran texto😍.
Nos vemos el domingo.