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Nightmare

Algo que Minseok odiaba eran sus pesadillas, claro que a nadie le gustaban pero es que las de él eran simplemente intolerables por el simple hecho de que soñaba con cosas que sí habían pasado. Y la de esa noche había sido espantosa, tan espantosa que despertó en la madrugada retorciéndose sobre su cama de la angustia.

Había soñado con el día donde casi se suicida.

Cuando despertó, la cadena de malos pensamientos apareció en su cabeza y comenzó a recordar aquellos días horribles, los días sin Jongdae, lo días sin sonrisas y lo días de mangas manchadas. El simplemente no podía con todos aquellos pensamientos cuando venían todos de golpe y lo tomaban desprevenido. No podía con la sensación de desesperación y con el dolor de su pecho y no podía controlarse ni controlar sus lágrimas.

Minseok se metió al baño para no despertar a Jongdae y para intentar calmarse pero no lo logró.

Sus recuerdos lo continuaron abrumando y jura que cada imagen de él cortando sus brazos apareció en su cabeza y las cicatrices comenzaron a doler o tal vez solo era su cabeza, no lo sabía pero quería aliviarse y terminó rompiendo la caja de banditas y se sacó el suéter con desesperación y se puso banditas como un loco en todas sus cicatrices, con rabia; todo le dolía, sus errores le dolían, y las banditas se acabaron, solo habían veinte.

Y se sintió mal por tener tantas cicatrices y sin querer colocándose de forma brusca una bandita se rasguñó y eso lo volvió loco y acabó en el suelo del baño llorando y golpeando la caja de banditas, hasta que Jongdae logró abrir la puerta del baño.

La reacción de Minseok fue de susto. No quería que Jongdae lo viera, estaba horrible y estaba actuando de la misma forma, horrible.

—T-t juro que yo n-no hice nada —dijo Minseok escondiendo sus brazos y llorando después.

Jongdae se agachó hasta quedar a la altura de Minseok y puso una mano sobre su pecho.

—Te estás congelando, Minseok —fue lo primero que pudo decir—. Extiende tus brazos para abrazarte y darte calor.

Jongdae necesitaba saber porque Minseok escondía sus brazos. Y estaba aterrorizado pero no lo podía demostrar, tenía que ser fuerte para su novio. Tenía que ser su firme pilar.

Minseok abrió los ojos como platos y comenzó a balbucear entre sollozos—. S-solo n-necesito... Y-yo, otra maldita caja de banditas —soltó y el corazón de Jongdae dio un giro de 360°.

—¿Para que las necesitas, Minseok? —preguntó claro y tratando de sonar calmado.

Minseok simplemente se derrumbó y extendió sus brazos.

—Me duelen Jongdae, me duelen —chilló—, m-me duelen como c-cuando iba a morir —Minseok comenzó a halar su cabello—, ¡U-una m-maldita pesadilla! —gritó y Jongdae tuvo que tomar sus brazos antes de que se los estrellara en la cabeza— ¡Más banditas! —gritó Minseok otra vez y empujó su cabeza contra el pecho de Jongdae.

El menor soltó sus pálidos brazos y en su pulgar había un hilo de sangre. Eso lo hizo moderse la lengua y actuar más rápido. Tomó la cara de Minseok con fuerza pero sin lastimarlo.

—Solo fue una pesadilla, no necesitas banditas.

El mayor abrió la boca para intentar hablar pero Jongdae no lo dejó.

—No necesitamos banditas —repitió Jongdae y elevó uno de los brazos Minseok y comenzó a retirar las banditas que Minseok se había colocado, este las veía con desespero.

—Pero me duelen, Jongdae —dijo Minseok en un tono muy quedado.

Y Jongdae comenzó a besar cada cicatriz, una por una, sin detenerse y aunque tardó mucho, a Minseok le encantó ese gesto y poco a poco las emociones de su cabeza se fueron volviendo más tranquilas y giraban en torno a Jongdae y a la forma en que sus labios hacían sentir a su piel. La sensación que más lo ayudaba a disipar sus pensamientos eran los labios de Jongdae sobre sus cicatrices. Nada de objetos punzocortantes servían tanto para aliviar su cabeza como esos labios.

—Sin querer me hice un rasguño —dijo Minseok enseñándole el sitio de donde ya casi no brotaba sangre—. ¿Me crees, no?

Jongdae no dijo nada y besó el pequeño rasguño, el sabor metálico de la sangre se coló por sus labios, pero era muy poca—. Te creo Minseok, nunca romperías una promesa.

Y así se dedicó toda la madrugada a escuchar los malos sueños de Minseok para luego recordarle que el pasado es pasado y que se concentrara en el presente y en sus labios curando su ser.

(...)

Esto es oficialmente la mitad de la historia✨
Ojalá todos tuviéramos un Jongdae para las noches malas 😢


Enough ; Chenmin | Xiuchen  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora