35.Sensaciones.

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En la sala del hospital se refleja la luz solar por pequeños orificios que contienen las cortinas de la ventana y me despierto abrazada a su mano, a esa única mano que siempre me sostuvo. Beso sus nudillos  y deseo poder ayudarlo en algo más que simplemente estar allí. Las enfermeras vienen a chequear los aparatos electrónicos, como todas las mañanas. Me paro del asiento mientras ellas trabajan, miro por la ventana hacia la avenida y luego me encamino hacia la sala de espera, para tomar mi café matutino. 

 -Señorita Brenda. - Me saluda una de las enfermeras. 

-Buenos días ¿cómo estás? - Respondo mientras espero que la máquina de café responda a mis monedas. 

-Muy bien ¿y ustedes? 

-Como es habitual, esperando reacciones. 

-Sucederá, él no te dejará sola, lo presiento. 

Me mira con su expresión esperanzada, con ese rostro que refleja todas las buenas intenciones, y le agradezco por ello. Tomó el café recién hecho en la máquina y me dirijo a ella. 

-Gracias linda. Nos vemos más tarde. 

 Vuelvo a sentarme a su lado y mientras lo observo doy pequeños sorbos a mi taza.  Siento en mi interior las mismas esperanzas que ella al mirarme, siento que si no es hoy, va a ser pronto, tengo una leve corazonada de que todo estará bien. Suena mi teléfono, numero desconocido. 

-¿Si? - Atiendo un tanto confusa y asustada a la vez.

-¿Brenda? Soy el oficial Blues, dime Tyler. 

-Oh, claro. Hola Tyler, que ocurre? 

-Tenemos todas las pruebas en camino a ser verificadas. Existe un 90% de probabilidades de que Dylan esté involucrado en absolutamente todo.  Precisamos de ti. 

Por un momento se me cruzaron miles de pensamientos por la cabeza y no podía callar a las voces de mi interior, no lograba concentrarme. 

-¿Me escuchas? 

-Si claro, dime todo lo que pueda hacer, por favor. 

-Preciso que te hagas la desentendida del tema, vayas a su hogar y simules una amistad verdadera con el chico, si todo esto es real, necesitamos que te cuides y estés segura de que puedes ayudar. Porque él no está bien psicológicamente   y debes saber que puede atacarte en cualquier momento. Si realmente es el actor principal  de todo lo ocurrido, está realmente jodido psíquicamente. 

-Lo haré, no me importa el riesgo al que me enfrente. 

-Estarán cuidándote oficiales de mi escuadrón a los que enviaré en modo de civiles. Rodearán la zona y no podrás dejar que la conversación con Dylan te lleve a adentrarte en su hogar, no debes por nada del mundo poner un pie en esa casa. 

-Completamente entendido, oficial. - Digo mientras entrelazo la mano de Francisco a la mía. 

-Debes cuidarte mucho en esta misión. Puede llegar a ser una misión suicida y lo sabes. Entrarás en la boca del lobo, en la mente del villano y tienes que tener mucho cuidado. 

-Comprendo perfectamente, pero no permitiré que ese hombre siga suelto, si es así como dices, me enfrentaré a lo que sea, soy capaz de cualquier cosa por vengarlo.

Siento de repente como me oprimen la mano izquierda, con la que estoy sosteniendo a Francisco. Observo como sus dedos se mueven y comienzo a llorar de forma instantánea,  él sigue moviendo cada uno de sus pequeños y frágiles dedos sobre los míos. 

-Santo Dios. - Es lo único que puedo llegar a expresar.

-¿Qué ocurre? Contesta ¿Qué pasa? 

No era tan simple de explicar, aquello que estaba sintiendo. Mis emociones están a flor de piel y cada pequeña caricia que me está produciendo aquel tacto, es lo mejor que pudo pasarme en estas semanas. 

Dejo el móvil sobre la pequeña mesa ubicada al lado de la camilla  y comienzo a besar sus mejillas, su frente, sus labios, sus hombros, su nariz y su cabello.  Aún no abre sus ojos, pero con ese simple movimiento sé que está conmigo, que no se ha ido del todo, me espera así como yo lo espero y desea estar conmigo tanto como yo lo deseo. Acerco su mano a mi rostro y siento su tacto vivo, su piel suave sobre la mía, por un segundo creo que tal vez todo sea un sueño. Pero es tan real como mis lágrimas, es tan real como el amor que siento hacia él y las ganas que tengo de liberarlo de su tortura.  

Tomo el móvil sin soltar su mano y sonrío al saber que él me está escuchando.

-Oficial, haré lo que sea, cuente conmigo. 

Y cuelgo para seguir  en mi mundo de ilusiones junto a él. Quiero tenerlo el tiempo suficiente a mi lado y por esa razón no he llamado aún a las enfermeras, porque quiero que se quede solamente conmigo y tal vez resulte egoísta, pero quiero disfrutar el momento a solas con Francisco como vengo esperando hace tanto tiempo.  

Libérame (Completa, en fase de edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora