NOVIEMBRE 11, 2015

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Hoy, después de dos meses de haberla visto por primera vez, puedo decir que no me equivoqué al pensar que ella tenía algo especial aquella tarde en el auditorio.

Hoy estoy con ella, está conmigo, estamos juntos, somos felices y podemos recostarnos sobre el césped, tomados de la mano, a mirar las estrellas y platicar sobre los temas más banales o transcendentales de la vida.

Ya no somos ella y yo, somos nosotros. Nosotros, no otros.

OCTUBREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora