(IRREMEDIABLEMENTE)
¿Quién podría odiarte como yo lo hago?
Con este modo tan mío de odiarte mientras te amo.
Amarte mientras te extraño.
Extrañando amarte,
y no amarte por no tenerte a mi lado.
¿Quién te odiaría
de un modo tan contradictorio?
¿Quién te amaría como yo
de una forma inconfesable?
¿Quién soportaría por ti
esta ambivalencia del destino?
¿Quién sería capaz de explicar
por ti lo inexplicable?
Yo ya no sé si te amo
o te odio con mayor medida.
Pero sé que
te odio como nunca quise a nadie,
así como Luis Ramiro lo decía.
Yo ya no sé si eres tú quien me mata
o quien me mantiene vivo;
ya no sé qué mierda hacer con tus cartas,
con tu recuerdo,
con tu maldito olvido.
Y tú me preguntas,
casi inocentemente,
si te odio.
Y tu pregunta vaga
dolorosa por mi mente,
tan ruidosa
que ni a mis pensamientos oigo,
tan agónica
que todo dentro de mí perece.
Y sí, cariño,
te odio...
Todos los días
te amo y te odio
irremediablemente.