(MUÉRETE)
¿Por qué no te mueres, amor mío?
Muérete.
Vive diez vidas
y en todas muérete.
Revive.
Vuélvete a morir.
Muérete por dentro.
Seca más tu corazón
-si es aún es posible-.
Quédate muerta,
como tú me dejaste a mí.
Muérete
como lo hizo la poesía que te escribí.
Muérete en mis besos,
en mis brazos;
muérete en mi pecho,
escucha mi corazón latir;
muérete en la pasión,
en el deseo;
muere como el amor que alguna vez te di.
Puedes morirte
en la sequía de mis lágrimas;
en mi gritos sordos;
la mirada perdida.
Pero no pienses que odio,
sólo quiero que te mueras.
Muérete,
siente lo que yo siento
cada día.
Muérete en mi cabeza;
ya no vuelvas,
cada noche,
a mis sueños.
Muérete en mis brazos,
en mis labios,
muérete en mi muerte;
muere conmigo;
déjame ser de tu muerte
el dueño.
¿Por qué no te has muerto?
¿Será porque te hice inmortal
con mis palabras?
¿Por qué no te has muerto?
Muérete conmigo.
Unamos en el infierno
nuestras almas.
Te estoy esperando
para cuando decidas morir.
Te di mi vida,
mi vida fue tuya;
tu muerte es intrínsecamente
para mí.
¿Por qué no te mueres?
Ven conmigo,
abrázame,
bésame,
dime,
¿por qué no te mueres?